Diamond DeShields: ¿Dónde está su techo?
Desde la escuela secundaria, la actual estrella de las Chicago Sky se encontraba empezando a brillar en el firmamento. Aún eran categorías de formación, e incluso ella misma no tenía la concepción de su calidad. Como toda jugadora joven tenía aspiraciones, pero no eran tan altas como terminaron siendo.
Su expectativa era conseguir destacar en el instituto y ganarse un buen paso a la universidad. Ella es nacida en Florida, pero tuvo que ir a Georgia para jugar en Norcross High School haciendo un primer sacrificio al abandonar su hogar muy joven. Aunque las recompensar no tardarían en llegar. Fue llamada para ir a la Selección de los Estados Unidos U17 en 2012 para jugar el Mundial. Su gran nivel en el instituto fue suficiente para ello. Y no solo ir, sino ser la jugadora más importante, colgarse la medalla de oro y ser la MVP del campeonato venciendo a España por 75–62 en la final.
“Hice más de lo que quería. Quería un título estatal y obtuve tres. Quería formar parte del equipo McDonald’s o del equipo WBCA, y obtuve ambos“. – Diamond DeShields sobre su etapa en Norcross
Una vez llegó a la liga universitaria no defraudó. Estuvo en diferentes equipos, y entre ambos acumuló más de 50 honores diferentes en su etapa de NCAAW. Primero pasó por North Carolina, aunque luego decidió buscar otro destino para utilizarlo de escaparate hasta llegar a ser profesional.
En Tennessee jugó sus últimas temporadas, para terminar promediando 17.4 puntos, 6.4 rebotes y 3.8 asistencias. Un curso donde mostró una gran explosividad ofensiva y con buena colaboración en la defensa exterior. Un perfil que la hizo ser una prospect casi perfecta para llegar a la WNBA y tener un gran impacto directo.
Indiana Fever, con la segunda elección pudo haberla elegido, pero cometieron lo que por ahora parece un error. La primera elección no había dudas de que sería A’ja Wilson, pero como segunda salió Kelsey Mitchell. Una jugadora que hizo gran carrera de college, pero no ha terminado de llegar a ese nivel como profesional. Al menos no al nivel que si lo ha hecho Diamond DeShields con las Sky.
Cuando llegó a Chicago, la primera temporada que tuvo la guard fue a un gran nivel. Tuvo 28.4 minutos de media, siendo una jugadora determinante aunque sin ser todavía la estrella que pudiera meter a su franquicia en los playoffs.
Diamond llegó en una etapa de reconstrucción para las Sky. Acababan de perder hace muy poco a Elena Delle Donne, por lo que necesitaban una joven en la que creer de cara al futuro. DeShields llegó con esa misión, nada sencilla pero que puede estar a la altura de una jugadora tan talentosa como ella.
Su segunda temporada en la WNBA fue su consagración como una All-Star y estrella de la liga. Junto a Courtney Vandersloot y el resto de la plantilla consiguió liderar al equipo hacia unos playoffs. La primera gran prueba de Diamond para confirmarse como la exponente a ser la cara visible de Illinois durante la próxima década.
En la temporada regular, los números que hizo fueron de 16.2 puntos, 5.5 rebotes, 2.4 asistencias y 1.3 robos. Los porcentajes bajaron con respecto a su año rookie, pero siguieron siendo decentes: 39.9% en tiros de campo, 31.6% en los triples y 83.6% en tiros de campo. Un computo que terminó en un True Shooting de 50.8% y una eficiencia de tiro de 45.1%.
En los playoffs sus números subieron considerablemente, aunque fue una muestra pequeña de solamente un par de encuentros los que tuvo para hacerlo. Las Sky no fueron capaces de superar la segunda ronda después de una canasta milagrosa de Las Vegas Aces tras una gran defensa de Kelsey Plum sobre la base de Chicago sin poder darle el balón a DeShields.
Sus 24 puntos, 5 rebotes, 2 asistencias y 1 tapón por partido demostraron que Diamond puede llegar a ser parte de la élite de la liga. Solo era una sophomore y demostró estar preparada para todo lo que se le ponga por delante.
En su segunda temporada, consiguió mantener los mismos Win Shares ofensivos aunque sus porcentajes hayan bajado. Incluso pudo subirlas de 1.1 a 1.2, aunque sea una mejora mínima. Por otro lado, las Win Shares defensivas consiguieron mejorar considerablemente. Desde su 0.3 hasta el 1.2, haciendo que sea igual de contundente en ambos lados de la pista.
Tiene 25 años, por lo que aún falta por ver lo mejor de su carrera si las lesiones se lo permiten y todo sigue su cause natural. Este 2020, en el caso de jugarse la temporada, será una prueba de fuego para ella. Tiene todo lo necesario para dar el siguiente paso, pudiendo recordando un poco y salvando las distancias a los primeros años de Maya Moore. Es complicado seguir esa progresión hasta convertirse en una de las mejores de la historia, pero una forma de hacerlo es empezando al ritmo que lo ha hecho DeShields.
Un factor importante para Diamond es que otras jugadoras jóvenes consigan tener buen impacto en la liga. En este draft ha llegado Ruthy Hebard desde Oregon Ducks, siendo una de las mejores interiores de esta generación que llega a la liga y un complemento que puede ser determinante para el proyecto.
Puede que haya que esperar hasta 2021 para saber si fue una casualidad esta mejora de DeShields o realmente va en línea ascendente hasta cumplir la afirmación que hizo de ser la mejor guard de la WNBA. Tendrá que pelear mucho para lograrlo, pero en lo individual ha empezado muy bien y será necesario que la acompañen en lo colectivo.
Diamond es una jugadora muy talentosa, y ganar el Skills Challenge de 2019 lo demuestra, por lo que puede seguir creciendo en sus habilidades y ser una jugadora todavía más diferencial. El margen de mejora es enorme, y puede terminar por ser candidata al MVP en algún momento.
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