Semana a semana (#6): El MVP no baja el ritmo
La semana que acabó con los Mavs rompiendo la racha de diez victorias consecutivas de Lakers o en la que los Bucks se pusieron líderes alargando la suya propia a once encuentros. Estos últimos de la mano del actual MVP de la liga; un Giannis que no tiene ningún interés en dejar de ser la bestia que fue y que mejora a pasos agigantados a base de trabajo. Un jugador que quiere ganar en recursos y que ya está en el primer escalón de la liga. ¿Qué nos espera con él? Porque la agenda mediática se ha centrado últimamente en Harden, Doncic o LeBron y el griego está pasando inadvertido en muchas charlas de baloncesto. Como si se hubiera evaporado el Giannis de hace meses. Nada más lejos de la realidad, porque no solo sigue ahí sino que a un estado más dominante que al que nos ha tenido acostumbrado últimamente. Está promediando más de 30 puntos, 13 rebotes y 5 asistencias, el primero que consigue estos números tras 20 partidos de temporada en la historia de la liga. Y no son los números lo que más impresiona de Anteto sino la sensación que da en pista de ser imparable. Y muchos jugadores empiezan a pensarse seriamente si flotarle, porque cada día es más certero desde la distancia. Pero claro… si no le flotas te sobrepasa con una facilidad pasmosa. Con el líder del equipo con mejor récord de la NBA empezamos la pieza.
Giannis y los Bucks
Lo que acabas de ver describe notablemente la influencia de Giannis en los Bucks, y en casi cualquier equipo en el que jugase. Domina todas las líneas estadísticas principales con una diferencia tremenda frente a los demás; salvo taponando, ya que en Milwaukee juega uno de los mejores de la liga en este aspecto: Brook López. No es una faceta en la que el griego no destaque, aunque tapona una vez menos de media por noche que Brook. Pero, siendo difícil de explicar, los Bucks no son solo Giannis. Por supuesto en un equipo candidato al anillo no pueden jugar Giannis y diez colegas más de su barrio de Atenas. Aunque sí podemos permitirnos el lujo de llamar a los Bucks Giannis y sus colegas. Uno de estos colegas, de los más veteranos del grupo y su fiel escudero, es Middleton. De él va a depender en cierta forma la esperanza de los Bucks en momentos claves del curso. Porque hasta ahora su aportación está siendo algo menor que en cursos pasados; va a tener que que dar valor al contrato de más de 170 millones (por cinco años) que firmó hace unos meses. Los Bucks no tenían mejores opciones que él: buena relación con Giannis, su ego encaja a la perfección en la plantilla y se compenetra como pocos con el juego del griego. Un tirador excelente con recursos extras. Y aún así, sin un nivel excelente mostrado por el amigo Khris (ha jugado 13 de los 20 partidos, hay que mencionarlo), los Bucks son el mejor ataque de la liga y el equipo que gana con más diferencia de puntos los partidos: sacan más de 10 puntos de media al rival en cada encuentro. Los renos van muy en serio; la racha de 11 partidos seguidos sigue viva.
La defensa de los Mavs
Los de Rick Carlisle debían tener su espacio más allá de Doncic. Claro que el esloveno es la estrella, el capitán absoluto del equipo y uno de los mejores jugadores de la NBA. Eso no lo va a discutir nadie. Sin embargo, mentiríamos si lo dejásemos solo ante el podio de elogios que está recibiendo el conjunto de Dallas últimamente. El entramado que sigue montando Carlisle es tan inteligente como esperanzador: este clásico de la liga no ha olvidado cómo gestionar equipos con potencial. Y podríamos hablar del ataque de los Mavericks: son el cuarto equipo que más puntos anota y llegaron a ser los primeros durante bastantes días. Pero no, lo que les ha llevado a ser un equipo tan competitivo y a aumentar tanto sus prestaciones en partidos importantes es la defensa. Dorian Finney-Smith y Maxi Kleber. Con estos dos jugadores en un quinteto desarmas a cualquier ataque, o juegan el partido más incómodo en mucho tiempo. DFS (llamaremos así a Dorian Finney-Smith de aquí hasta la caja de pino o el crematorio) es la intensidad personificada. Ayuda con una rapidez gestual tremenda y vuelve con su defensor como si no se hubiera marchado nunca. Maxi Kleber es inteligencia y uso de su físico hasta el límite que este le presenta. En el partido en el Staples Center ante Lakers, en el que Mavericks rompió la racha de diez victorias seguidas de los de LeBron y Davis, DFS y Kleber fueron vitales. El 17-0 de parcial que rompió el encuentro en el tercer cuarto vino cuando Carlisle puso en marcha una defensa zonal con estos dos jugadores como puntales. El alemán arruinó la noche a LeBron James y no se le vio superado por el partido en ningún momento.
Tenemos que sacar el nombre de Porzingis porque lo merece. Sus habilidades ofensivas no están siendo destacadas más allá de un no especialmente efectivo lanzamiento exterior. Sin embargo, en defensa ha aportado esa intimidación en la pintura de la que tanto carecían los Mavs desde la salida de DeAndre Jordan el curso pasado, y desde antes. Además, su movilidad aporta fluidez y recursos a la defensa de Dallas. En la otra parte están Doncic y Curry, los puntos débiles en la defensa de Mavs. El primero por falta de aptitudes, por dejadez en algunos momentos y por cansancio en otros. El segundo por carencias físicas. Sin embargo, no creo que en Dallas critiquen mucho a estos dos si hacen su trabajo en la otra zona de la cancha.
Pacers: un inesperado proyecto
Cuando Brogdon llegó a Indiana muchos lo entendían como un gran recurso dentro de un gran equipo pero pocos esperaban que fuera capaz de liderar la ofensiva de un conjunto competitivo. Si los Bucks se tienen que arrepentir de algo es que no haber mantenido a Malcolm en su plantilla. No está dejando a nadie indiferente. No le ha pesado en absoluto convertirse en la primera espada de los Pacers mientras Oladipo sigue recuperándose, ya bastante cerca de su vuelta a las canchas. A su lado en el perímetro tiene a otra sorpresa: un jugador que ya tiene el cariño de una de las ciudades donde se vive el baloncesto con más pasión. TJ Warren llegó desde Phoenix con la boca cerrada, al menos sin ilusionar a la mayoría. Y lo que se han encontrado en su nuevo equipo es un anotador compulsivo con una efectividad desde la media distancia impresionante. Un tiro en tal rango se le hace más sencillo que una penetración finalizada en bandeja. Y luego está Jeremy Lamb. Cualquiera que le haya visto alguna vez en cancha sabe que su talento con la bola en sus manos en inversamente proporcional a su capacidad sin esta. La defensa siempre ha diezmado la gran aportación ofensiva que realiza en los equipos por los que pasa. Pero en un equipo de Nate McMillan no se tolera la falta de actitud atrás y Lamb, ayudado por la dinámica positiva del equipo, no se quiere quedar atrás. McMillan es capaz de poner a defender a JR Smith. Y así, y con un Sabonis que da clases de juego interior y de cómo poner bloqueos a los exteriores cada vez que pisa un parqué, los Pacers son uno de los equipos más competitivos de la NBA hoy. Es imposible ganarles sin tener que luchar hasta el final.
Otro día hablaremos de los Hawks, que merecen su tiempo pero desde luego no por su rendimiento positivo. O de la absoluta maravilla de equipo que siguen siendo los Raptors sin Kawhi. O de unos Pelicans irregulares que desean la vuelta de Zion para devolver la ilusión a la franquicia. O de los Clippers, que cuando defienden son imparables pero no lo hacen sino en partidos concretos: la temporada regular es un pasatiempo hasta los PlayOff. O de Carmelo Anthony, que nos ha ilusionado a todos los que vibramos con él hace años y no ha defraudado para nada. Los Blazers han vuelto a ganar en parte gracias a sus actuaciones. Y en una decisión más romántica que racional, la NBA le ha nombrado jugador de la semana del Oeste. Pero de momento lo que toca es seguir despiertos cada noche disfrutando de los mejores jugadores del mundo. Hasta la semana que viene, compañeros de madrugadas.
Sorpresas positivas de la semana: Toronto Raptors (4-0), Milwaukee Bucks (4-0) e Indiana Pacers (3-1)
Las decepciones: New Orleans Pelicans (0-4), Utah Jazz (1-4) y Atlanta Hawks (0-4)
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