Semana a semana (#5): Candidatos a todo
No hay sorpresas porque no podíamos empezar de otra forma. Todos lo harán porque hay que hacerlo. Luka Doncic es el nombre de la semana, de esto nadie tendrá dudas. Ha colapsado la mayoría de programas especializados en Estados Unidos y gran parte de la prensa deportiva porque un hombre de 20 años se codea en números y actuaciones con los mejores de la historia. Si nada lo impide será una leyenda porque salvo que lo haga una lesión es imparable. El esloveno es candidato a todo y está haciendo que los Mavericks sueñen ya este curso. No es un jugador de futuro (por supuesto, también), es uno de los mejores del mundo ya. El que no teníamos claro si era un jugador capaz de funcionar en el presente es Carmelo Anthony. Si la semana pasada estábamos expectantes por su debut tras un año fuera de las canchas hoy ya hemos visto varios partidos suyos. Algo nos queda claro: sigue siendo Melo. Con lo positivo y negativo que esto supone. Sigue buscando aclarados al poste de los cuales cada vez saca menos rentabilidad pero con el avance de los encuentros está siendo más útil en unos malheridos Blazers. De esto y más hablamos a continuación. Apoya el culo en un lugar sólido porque empezamos.
Entre los mejores
Luka Doncic cada día sorprende menos, y debería. Y no es culpa suya, desde luego; o más bien lo es, pero sin ninguna connotación negativa. En el último partido de la semana destrozó a los Rockets de Harden y Westbrook. Uno de los candidatos al anillo se vieron reducidos a secundarios cuando el esloveno hizo suyo el tempo del partido. Porque ese es uno de los dones de Doncic. Tras un partido absolutamente por los Mavericks, los locales empezaron a remontar y llegaron a estar a 3 puntos. Salió Luka a pista y todo cambió. Hizo suya la bola y las posesiones, su cerebro fue el encargado de llevar las manijas del partido desde aquel punto. La mejor decisión que nadie pudo tomar. Sus movimientos de piernas y cambios de ritmo destrozaban a cualquiera que fuera su defensor; terminaba anotando en la penetración o doblando al tiro exterior. Casi siempre en la mejor decisión posible, ahí está Doncic. Ya no sorprendes, amigo. Qué carajo, lo hace cada día y eso sí que es sorprendente, valga la redundancia. Ayer demostró que en partidos importantes y tensos es aún mejor que en los que no se juega nada (¡cómo si fuera la primera vez que lo vemos!). Completó ante Rockets una semana fantástica: más de 37 puntos, 11 asistencias y 8 rebotes por partido. Además, los suyos han ganado por 27,8 puntos de media. Una auténtica barbaridad. Está en estado de gracia y divirtiendo a todo ser viviente que se coloca delante de una pantalla o va a verlo al pabellón.
Los Mavs le acompañan cada día mejor. Porzingis está cada día más entonado aunque como productor autónomo aún está verde: malas decisiones al poste y abuso del tiro exterior con mediocres porcentajes. Kleber y Dorian Finney-Smith, sobre todo este último, están blindando la defensa de una forma espectacular y se atreven a hacer más en ataque en cada partido. Y por último, Tim Hardaway Jr. Aunque con dos últimos partidos tremendos, sus inteligencia en cancha deja mucho que desear y parece no entender en muchos momentos su papel dentro del equipo. Contra Rockets tuvo un acierto espectacular pero eso no va a suceder siempre. Si sabe acoplarse va a ser importante para Carlisle. Y de Brunson y Wright poco que decir: secundarios de primer nivel que hacen de la rotación de Dallas una de las más competentes de la liga.
Solo los Knicks podían hacerlo
Marcus Morris y Randle reviven a cualquiera, menos a Mavericks. Los Spurs llegaron al Madison Square Garden con la peor racha de la historia de Gregg Popovich: ocho partidos perdidos de forma consecutiva. Perder contra uno de los peores equipos de la NBA habría abierto una brecha de difícil solución y los Knicks quisieron ayudar el bueno de Gregg. Porque cuando los de la Gran Manzana defienden de forma intensa y corren, plantan cara a la mayoría (lo vimos contra Sixers) pero desde que esto no ocurre, los ya nombrados Morris y Randle convierten la dinámica de los ataques en 1v1 continuos sin solución de continuidad. Estén defendidos por uno, dos o tres jugadores, suelen acabar las jugadas de forma individual. Esto lastra a promesas como Barrett o Ntilikina, el mejor defensor de la plantilla. Y así fue contra los Spurs en gran parte del partido. Aquello fue una paliza hasta el tercer cuarto, los de Popovich se relajaron y recuperaron algo de aire gracias al equipo que vivió en persona el primer triple de Ben Simmons en la NBA. Tenían que ser los Knicks, claro. Esos que vieran en primera persona como el base de los Sixers metía su primer tiro de 3 puntos, desde su lugar favorito (o al menos desde el que suele lanzar en los entrenamientos). Contra NYK todos se atreven porque saben que difícilmente repercutirá negativamente en el resultado final, a no ser que que seas los Dallas Mavericks. Los Spurs siguen teniendo una de las peores defensas de la liga y la victoria contra los de Fizdale no cambia nada (por supuesto) pero alivia y rompe la racha más negativa de la era Popovich.
Los correosos Thunder
Si hay un equipo que no merece el puesto que ostenta en la clasificación es Oklahoma City Thunder. Tras la salida de Westbrook se planteaba una temporada de reconstrucción en la que darle galones a promesas como Shai Gilgeous-Alexander. Sin embargo, se ha formado un equipo capaz de competir, literalmente, contra cualquiera. Correosos como poco, con una defensa interesante y jugadores acostumbrados a manejar partidos tensos y finales apretados como Chris Paul. Con recursos ofensivos de la talla de Gallinari o Schröder y con el siempre efectivo Steve Adams en la pintura. Diallo, Muscala y Noel, además, son jugadores de rotación interesantes para cualquier plantilla. Y con ellos han plantado cara a todo equipo al que se han enfrenado, salvo a los Pacers. Clippers y Lakers, dos potencias del Oeste y favoritos a todo, ganaron en los últimos segundos contra los Thunder. Y si por algo se les conoce este curso es por pegarse a los partidos como un chicle; no dejando irse al rival con diferencias insalvables. Hay que matarlos varias veces para ganar. Los de Donovan son una de las sorpresas positivas de la temporada aunque su récord sea de 5 victorias y 10 derrotas. Merecen más y ganarán más. Les ha tocado vivir en una conferencia de una competitividad que asusta a cualquiera. En el Este seguramente estarían en puestos de PlayOff.
Y hasta aquí la semana. Podría haber sido diferente si el choque de Kemba Walker con Ojeleye hubiera concluido en algo grave, como así parecía en un primer momento. Por suerte, el accidente terminó en una contusión y no en una lesión en el cuello o las vértebras. Esquivó (y esquivamos) esa bala. Y aunque los últimos partidos de los Celtics han sido complicados, han perdido 3 de sus últimos 4, la diferencia total ha sido solo de 8 puntos. Los de Brad Stevens compiten hasta el final todas las noches. Lo de los Blazers ya es otro asunto. Ya ni compiten en muchas fases de los partidos. Sus problemas defensivos no los iba a cambiar Carmelo Anthony, aunque se esté esforzando. Deshacerse en verano de jugadores como Harkless y Aminu ha deteriorado su capacidad de frenar jugadores y las lesiones han puesto a la pintura en grave riesgo. Son incapaces de ganar a la mayoría de equipos de la liga y no parece que eso vaya a cambiar en un futuro cercano. Lillard, CJ y los suyos tienen mucho trabajo por delante para llegar a unos PlayOff que se complican más a cada partido que juegan. Los Pacers, que merecían ser nombrados, siguen ganando y convenciendo; Oladipo ha sido asignado los Mad Ants, equipo de Indiana en la G League. Por fin está cerca de volver a jugar en la NBA. Hasta la próxima semana, compañeros de madrugadas.
Sorpresas positivas de la semana: Dallas Mavericks (4-0), Denver Nuggets (4-0) y Sacramento Kings (2-1)
Las decepciones: Portland Trail Blazers (0-4), San Antonio Spurs (1-3) y Detroit Pistons (1-2)
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