Sabrina Ionescu, a la conquista de Brooklyn

Las New York Liberty se encuentran en un momento nuevo para la entidad. Son una de las franquicias que se han mantenido desde la creación de la liga, pero han tenido su primer cambio de emplazamiento desde 1997. Varias décadas después de estar instaladas en el corazón de New York ha llegado el momento de volar del nido.

Desde el grupo de propietarios de los Brooklyn Nets han adquirido a las Liberty, y ahora pasaran a jugar en el Barclays Center en busca de conquistar a los aficionados de otra zona en esta nueva etapa. Un escenario idílico para que una jugadora como Sabrina Ionescu entre en acción para seguir aumentando su leyenda. Ha conseguido tener una gran fanbase después de ser una de las mejores universitarias de la historia y le toca ser profesional para demostrar que no se quedará solo en eso.

La salida de Tina Charles rumbo a las Washington Mystics fue otra muestra de que desde las oficinas quieren un lavado de cara. Han pensado que llegar a Brooklyn significa una oportunidad de pensar en el futuro y crear un grupo de jugadoras jóvenes que atraigan a los fanáticos al pabellón.

Es muy importante para una franquicia de la WNBA que va a establecerse en una zona y echar raíces que todos los habitantes de la ciudad amantes del baloncesto sientan curiosidad por el equipo. Algo para lo que Sabrina les puede ayudar, pero en el caso de no estar bien acompañada no durará mucho tiempo el interés de la gente, ni quizá el de Ionescu por mantenerse en el equipo.

Desde el 2002 que las Liberty no quedan campeonas de la Conferencia Este, y en toda su historia no saben lo que es ganar un campeonato. Por lo que instaurar una cultura ganadora en esta nueva generación es muy importante, y una pieza importante en esto es Kia Nurse. La jugadora que fue All-Star la temporada pasada a sus 23 años es la llamada a ser compañera de baile de Sabrina para empezar a construir sobre ellas.

Un pequeño problema que pueden tener esta temporada es que las jugadoras más importantes serán gaurds, que es una posición que tienen bastante colapsada, mientras que en otras posiciones tienen menos activos. Aunque sin tener como objetivo principal competir al máximo nivel en este 2020 no importe tanto, quizá tendrían que haber apostado con elecciones del draft por otros puestos.

En la pintura tienen muchas carencias y seguramente sea el punto más debilitado que tienen. Por lo que la prioridad debería de ser establecer a las posiciones exteriores y empezar a configurar los roles de la plantilla. De cara al próximo draft o agencia libre tendrán que reponer esa salida de Charles, pero ha sido algo que han dejado en la lista de cosas pendientes.

A raíz de ese combo de Ionescu y Nurse, las Liberty tienen que conseguir tener ser lo más competitivas posibles para que la gente se acerque al pabellón todas las noches. Eso no significa ganar siempre, ni entrar en los playoffs, pero dar una buena imagen a los nuevos fans es importante. Algo para lo que Walt Hopkins como entrenador jefe tiene que saber responder. En Brooklyn la gente buscará espectáculo después de toda la expectación que se ha creado con la jugadora formada en las Oregon Ducks.

Sabrina ha asegurado que uno de sus principales objetivo es conseguir aumentar los fanáticos de la franquicia, y no quiere hacerlo ella sola. Sabe que es muy complicado que una sola figura consiga atraer a las masas en un deporte colectivo, por lo que intentará involucrar a todas sus compañeras.  “Quiero que más y más jugadoras se acerquen a los fanáticos e intenten obtenerlos como parte de nuestra familia y así, con la esperanza de que podamos seguir aumentando la base de fanáticos”, dijo Ionescu en una entrevista con Stephen A. Smith.

Un factor importante para esto es que los Nets se encuentren en un buen momento. Es cierto que su plantilla no ha estado completa por las lesiones, pero las figuras de Kevin Durant y Kyrie Irving hacen que el baloncesto en la ciudad tenga un mayor atractivo, y como efecto colateral las Liberty dispondrán de ese beneficio. Desde sus altas esferas les han aplanado el terreno con la franquicia de la NBA, estando en uno de los mejores momentos, o quizá el mejor, desde que la franquicia se encuentra en Brooklyn.

A la hora de estar al mando de James Dolan y siendo relacionadas con los Knicks, las cosas no han salido para nada bien durante estas décadas. El listón no se encuentra muy alto, pero los alicientes para que la nueva etapa de las Liberty sea mejor que el resto de su historia están servidos.

Por otro lado, esta llegada de Sabrina a Brooklyn abre las puertas a que los equipos de la NCAAW de la ciudad comiencen a coger más impacto teniendo la oportunidad de que las jugadoras puedan ser drafteadas sin tener que mudarse. Las Liberty tienen la capacidad de construir un proyecto que con el paso de los años consiga tener una gran trascendencia para que el baloncesto femenino se extienda por un lugar donde no se encuentra tan arraigado.

Puede que este escenario haga que los espectadores menos asiduos a la liga piensen que las neoyorquinas puedan ser de las mejores en caso de jugarse la temporada 2020, pero no debe ser así. Son un equipo en reconstrucción y que dependen del rendimiento de una jugadora que aún no ha tenido experiencia contra profesionales. Este año será una primera toma de contacto para ver que otras piezas pueden ser importantes para el proyecto. No se deben adelantar acontecimientos ni tampoco es una sorpresa que ESPN las pronostique como las peores.

Tienen que instaurar los valores de un juego dinámico y no ser una plantilla que juega sin un plan estratégico, algo que será vital para empezar a cambiar la dinámica de una franquicia que en dos décadas no ha conseguido su primer anillo siendo de las entidades más longevas.

 

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