Jimmy Butler, una historia de superación

Jimmy Butler, una historia de superación

17/09/2020 0

Mientras todos los niños de 13 años se centran en sus estudios, en pasarlo bien con los amigos o en echarse novia, Jimmy Butler estaba en la calle sin ningún sitio al que llamar hogar.

“No me gustan tus pintas. Tienes que irte” fueron las últimas palabras que el escolta de los Miami Heat escuchó de su madre antes de ser echado a la calle, donde tuvo que sobrevivir sólo. Sin familia y sin dinero, no tenía nada en ese punto de su infancia. Buscar a su padre no era una opción, este los había abandonado a su madre y a él cuando Jimmy tenía apenas unos meses. Así que se buscó la vida como pudo, hospedándose en casas de amigos hasta que los padres se hartaban de acogerlo y se iba a otra casa.

Tuvo problemas de todo tipo, estuvo implicado en robos peleas e incluso asuntos de drogas. Harto de todo esto decidió centrarse en el baloncesto, lo único bueno que hacía y lo único que se le daba bien. Después de un partido de la summer league de instituto un recién llegado a su escuela, Jordan leslie, al que había conocido pocas semanas antes le retó a un concurso de triples. No se sabe quien salió victorioso de aquel duelo pero sí que ambos se hicieron inseparables.

Tras innumerables peticiones de su hijo, Michelle Lambert accedió a aceptar a Butler en la familia. Una decisión que no fue fácil pues en su casa ya había otros 4 niños y Jimmy era considerado problemático. Eso sí, jimmy tenía que ganarse la estancia allí, tendría que dejar atrás todos sus conflictos callejeros, alejarse de las bandas y ser un modelo para los demás muchachos:

“Le dije que los niños se fijaban mucho en él, que tenía que mantenerse fuera de problemas, portarse bien y trabajar duro en el colegio. ¿Sabéis qué? Lo hizo. Todo lo que le pedí, lo hizo, sin preguntar y sin protestar lo más mínimo.” Contó Michelle en una entrevista post-draft.

Como capitán del instituto de Tomball, hablando ya de baloncesto, Butler promedió 19.9 puntos y 8.7 rebotes aún así ninguna universidad importante se fijó en él. Finalmente y por falta de ofertas se marchó a Tyler Junior College donde dio muestras de su calidad todas las noches. En su primer partido de conferencia anotó 34 puntos y no paro ahí. Encadenó varios partidos de 30 puntos y unos cuantos de 40.

Su fantástica temporada le consiguió, ahora si, interés de buenas universidades. Kentucky, Clemson, Mississippi y Iowa las mejores. Pese a que baloncestísticamente hablando eran los destinos más adecuados Butler se fue a Marquette. Michelle le dijo que, académicamente era la opción buena y que si, por lo que fuera, lo del baloncesto no le funcionaba así tendría otro plan a largo plazo.

Una vez allí los inicios fueron duros, acostumbrado a ser el líder indiscutible se vio relegado a un segundo plano, saliendo incluso desde el banquillo. A veces, Butler abandonaba las canchas y se marchaba a casa por los enfados que cogía. Buzz Williams, su entrenador en aquel entonces dijo esto del escolta:

“Nunca he sido tan duro con un jugador como lo fui con él. Porque realmente el chico no sabía lo bueno que era. Toda su vida había escuchado que no valía lo suficiente pero yo veía a alguien capaz de impactar de forma positiva de muchas maneras en el equipo.”

En su segunda temporada solo promedió 5,6 puntos en 16 minutos pero no dejó que eso le afectara y, en palabras de Williams, trabajó más duro de lo que nadie lo había hecho jamás. En su tercer y último año jugando para los Golden Eagles logró subir su contribución hasta los 15.7 puntos pero no solo eso. Reboteaba, defendía y asistía como el mejor y lo más importante, lideraba. Tanto dentro como fuera de la cancha.

Su historia en la NBA ya la conocemos todos. Pasar de los Chicago Bulls a unos Minnesota TimberWolves, en donde estamos hablando de una de las franquicias más mediocres de la liga. Criticas al entrenador y a un jugador como Andrew Wiggins, que al parecer no se esforzaba lo suficiente. Tras eso, un año en Philadelphia, en donde un tiro imposible de Kawhi Leonard les sacó las Finales de Conferencia de sus manos.

Ahora está encarando sus primeras finales de conferencia siendo la estrella de los Miami Heat. Para comprender un poco como se puede pasar de ser un sin techo a los 13 años a lo que es hoy en día, un referente en el mundo del baloncesto hay que remontarnos a la entrevista que concedió la noche en que fue drafteado, en la que habló sobre su dura infancia.

“Por favor, se que vais a escribir sobre esto, así que os pido que no lo hagáis de una forma en la que la gente sienta pena por mi, odio eso. No hay nada por lo que sentirse mal, amo lo que me ocurrió. Me ha transformado en la persona que soy hoy en día. Estoy agradecido por todos los desafíos que he encarado en mi vida, gracias a ellos me he dado cuenta de que todos es posible si trabajas lo suficientemente duro por lograrlo. Durante toda mi vida tuve que escuchar a la gente dudar de mi. Me decían que era demasiado pequeño y lento para triunfar en este deporte. Pero ellos no sabían mi historia, porque de haberlo sabido no me habrían hablado así. Todo aquello me sirvió de motivación.”

No quedan dudas que Jimmy Butler es uno de los mejores jugadores de la liga. Lo que está claro, es que el hate que tiene y recibe día a día, está siendo minimizado con todo lo que está haciendo con los Miami Heat. Son el tal para cual. Una franquicia con la cultura perfecta para un jugador como Butler, quién todavía tiene mucho que decir de cara a los playoffs, y quién tiene mucho para decir para todos los que lo critican.

 

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Bruno Santos
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