Mucho talento, pero una gran incógnita física
El jugador llamado a marcar una época en el baloncesto, como no es una sorpresa para prácticamente nadie, ha tenido desde su llegada a la NBA problemas en la rodilla que les han cubierto con un manto de dudas. En el debut con la camiseta de los Pelicans, siendo su cumpleaños y en una cita especial contra R.J Barrett, ya tuvo que sentarse en el banquillo con hielo en la rodilla. Un partido que tenía todos los focos encima, porque nadie quería perderse este duelo de primeros puestos del draft, terminó con lo que fue el inicio de una tortura para Williamson.
Su gran y potente físico tiene muchas ventajas, pero la otra cara de la moneda no es tan bonita. Un talento descomunal, pero que sin cuidado en sus piernas puede terminar con un lastre de lesiones que nunca le permita jugar al baloncesto como lo hacía siendo un ‘Blue Devil’.
En la pre-temporada, desde las altas esferas de New Orleans, no tenían ganas de esconderle y le dejaron libre para que empezara a coger vuelo. El manto oscuro llegó de nuevo al ver a Zion sentado al final del último partido con dolores en la rodilla y con el temor en el cuerpo de todos los ‘Pels’ de que pudiera ir a peor, teniendo la regular season a la vuelta de la esquina. El proyecto, en parte y como no puede ser diferente, está muy inspirado en él, por lo que una mochila de lesiones desde antes de comenzar puede ser motivo de reflexión.
Los 130 kilos que carga el alero son algo insólito en el mundo del baloncesto, teniendo en cuenta el contexto de la movilidad y explosión que le da a sus músculos. En casos como Shaquille O’Neal o Boban Marjanović tenemos cifras similares en cuanto al peso, la gran diferencia es la manera de utilizar el cuerpo aplicado a su juego. Los dos centers no daban tanta guerra a sus rótulas y meniscos, hablamos de perfiles de jugadores que no realizan mates desde el tiro libre simulando a Michael Jordan.
El mítico escolta de los Bulls, tiene una estructura corporal totalmente distinta para tener esos highlights en nuestros recuerdos. Las diferencias se ven a simple vista, pero creo que es necesario saber el dato de que Zion pesa 32 kilos más que Jordan, con solamente 3 centímetros más. La lógica actúa por su propia mano y es normal que las articulaciones del ‘próximo LeBron James’ se encuentren en alerta roja. En otras circunstancias en donde el mal augurio ha estado menos llamado a aparecer, como con Derrick Rose en su momento MVP, la explosividad de los jugadores les ha dado golpes muy duros.
El base, de por aquellos tiempos Chicago, sufrió debido a su mayor virtud en pista una lesión que nunca más le permitió ser el mismo. Rose tuvo un punto de no retorno en sus ligamentos que no pudo recuperar, pero ha quedado de ejemplo para que otros jóvenes con grandes aspiraciones no comentan los mismos errores.
Una vez realizadas las pruebas de los problemas que tuvo en la pre-season, quedó descartado el que tenga una lesión grave, por suerte para él, su equipo y el universo de la NBA, pero queda pendiente de recuperarse con calma para evitar que todo derive en un mal mayor con el transcurso del tiempo. Desde la franquicia, como dijo Woj, se van a tomar muy con calma la lesión y no van a arriesgar lo más mínimo, cosa que si no fuera así supondría un grave error puesto que la carrera de Williamson no ha comenzado de verdad.
Todo el hype que se ha generado detrás de este jugador deberá de esperar unas semanas de liga para poder seguir consumando sus ganas de verle en las canchas. Algo que queda claro, al menos por ahora, es que la ley de la gravedad no va a cambiar en Zion y deberá realizar ajustes en su baloncesto para no tener el handicap de visitar la enfermería cada ciertos meses por culpa de movimientos en pista que pudo corregir en su momento.
Tiene gran parte de la genética a su favor, pero no puede exprimirla tanto si no quiere que sea lo que más tenga en contra en el futuro.
