Laia Flores Costa (Mataró, 1996) inició su andadura en el baloncesto con 8 años en el club de su ciudad, el U.E. Mataró. Lo que comenzó como una actividad extraescolar más para divertirse con sus amigas (y desfogar toda la energía que ya tenía desde pequeña) se convirtió en su mayor pasión.

En 2008, con solo 12 años, Laia ya supo lo que era colgarse una medalla del cuello: fue Subcampeona de España Infantil y Campeona de Catalunya Infantil en esa temporada. A partir de ahí todo fueron éxitos para Flores en Mataró: Campeona de Cataluña Cadete, dos veces Campeona de Cataluña Júnior y tres veces Subcampeona de España. Le preguntamos a César Aneas, su entrenador en esta etapa, sobre qué pensó de Laia cuando llegó a su club y su evolución posterior: “Una cosa que me impacta de Laia es que mantiene su esencia de cuando era pequeña y que ha sido capaz de consagrarse en la élite como una referente sin perder un ápice de esa enana que daba sus primeros pasos por La Gabia y el Palau Josep Mora”. El técnico afirma que “ya de bien pequeña tenía unas condiciones naturales para jugar a esto tremendas, pero sobre todo una capacidad de trabajo inagotable y una ambición y capacidad de liderazgo bien canalizadas sorprendentes en una cría tan pequeña”

Preguntamos a su familia sobre si Laia era disciplinada o le costaba ir a entrenar siendo tan pequeña, y lo tienen claro: “Siempre ha sido muy decidida y disciplinada. A ella siempre le ha encantado el deporte y le gustaba mucho el fútbol. Pero empezó a jugar a baloncesto porque su hermano estaba en el club de nuestra ciudad, Mataró, y cuando empezó le encantó”.

 

 

Llegó 2013 y Flores tuvo que cambiar de Mataró a Sant Adriá porque sus compañeras se habían marchado y Laia quería seguir ganando…y así lo hizo: ganó tanto el Campeonato de Cataluña como el Campeonato de España Junior. Además, Laia jugó la Copa Catalunya con el equipo sénior y ascendió con el Sant Adrià a Liga Femenina 2. 

Pero no todo fue bonito en Sant Adriá, ya que la jugadora de Mataró tuvo que cambiar de instituto para cursar 2º de bachillerato y compaginar el curso, la selectividad y el baloncesto fue muy duro para ella. Esto habla bien de su tenacidad y ambición, ya que consiguió sacarlo todo y poder emprender el viaje hacia su siguiente sueño: jugar en la NCAA femenina y estudiar una carrera que le asegurara un futuro más allá del baloncesto.

La etapa universitaria de Flores puede dividirse en dos partes: los dos primeros años de sufrimiento por la falta de minutos y la dificultad de adaptarse; y los dos últimos años marcados por el éxito personal y baloncestístico. Sobre sus dos primeros años, su entrenador en USF José Fernández nos cuenta que “Laia confió en el proceso, los dos primeros años fueron difíciles y un ajuste. Tenía una ética de trabajo increíble, un impulso implacable. Fue extremadamente positiva y una líder dentro y fuera de la cancha”.

Laia cursó en sus cuatro años en la Universidad de South Florida dos carreras universitarias, Health Sciences y Communications. Os preguntaréis, ¿cómo es posible que Laia Flores estudiara dos carreras en cuatro años? Pues bien, se debe a que Laia en sus veranos con la Selección Femenina de Baloncesto cursaba asignaturas online para adelantar y así poder conseguir el doble grado. Además, lo hizo llegando a las finales de la Conferencia AAC en los cuatro años que jugó allí y batió el récord de la Universidad tanto en el mayor número de asistencias durante una temporada como en más asistencias en un partido, con 17 ante Florida International University, que también fue el récord de la temporada en toda la NCAA Division 1. Un prodigio. 

José Fernández la describe como “una competidora feroz a la que fue un placer entrenar. Jugadoras como ella, algunos entrenadores no tienen la suerte de tener la oportunidad de entrenarlas. Estoy extremadamente orgulloso de ella”.

Abandonar su ciudad con 18 años no fue duro solo para Laia, su familia también sufrió con la marcha de la jugadora: “El sentimiento al principio fue de añoranza, de cierto sufrimiento por ver cómo le iría, pero también de admiración por su determinación  y valentía de querer afrontar este reto sin dudas por su parte”, nos cuenta su madre Margarita Costa. Su familia se muestra orgullosa de la capacidad de Flores para estudiar y jugar a este nivel: “Como padres evidentemente estamos muy orgullosos de ella ya que sabemos todo el esfuerzo que ha significado y significa. Siempre hemos insistido en que a parte de su sueño de llegar a jugar profesional era muy importante su formación académica”.

Si hablamos de su palmarés con las categorías inferiores de la Selección Nacional puede que nos falte espacio, pero vamos a intentar resumirlo: Medalla de Oro en el Campeonato de Europa U16 de 2012 (siendo la MVP con 18 puntos, 5 rebotes, 5 asistencias y +26 valoración), Medalla de Oro en el Campeonato de Europa U18 de 2013, Medalla de Bronce en el Campeonato de Europa U18 de 2014 y Medalla de Oro en los Campeonatos de Europa U20 de 2015 y de 2016 (forzando la falta y metiendo los tiros libres que dieron a España el Oro).

 

 

En 2018 llega el inicio de su etapa como profesional y su vuelta a España con el Mann Filter de Zaragoza donde, no contenta con sus dos carreras, comienza a estudiar un Máster en Nutrición Deportiva en la Universidad Oberta de Catalunya. La constancia y dedicación de Laia con los 22 años que tenía entonces son de admirar. Fue difícil para la jugadora de Mataró adaptarse al baloncesto europeo de nuevo, pero aún así consiguió promediar 4.9 puntos, 3.6 rebotes y 2.3 asistencias en su primer año como profesional. 

Aquí coincidió con Vega Gimeno, que nos dijo esto de Laia como compañera: La Laia compañera es muy pesada, tan pesada, tan pesada que tienes que quererla mucho (risas). Es de las jugadoras que no baja los brazos nunca y que sabes que siempre va a sumar para el equipo, no va a esconderse nunca en los días malos, y eso da mucha tranquilidad”.

Tras una gran temporada en la liga italiana con Palermo, Laia volvió a España en 2019 para asumir el rol de base titular en Campus Promete, donde promedió 13.2 puntos, 3.9 rebotes y +14.4 valoración por partido siendo una de las mejores jugadoras de la Liga Femenina Endesa. Aquí volvió a coincidir con César Aneas, que afirma que la jugadora que se encontró en Logroño era “esa cría de Mataró pero desarrollando todas esas virtudes que tenía en un baloncesto profesional”. 

Esta magnífica temporada le valió para cumplir uno de sus mayores sueños: jugar en Uni Girona al lado de Laia Palau.

 

Pero, ¿cómo es Laia Flores fuera del baloncesto?

Su madre la define como “una persona responsable, trabajadora, perfeccionista y persistente para intentar conseguir sus objetivos. Por otro lado, es muy familiar, siempre se preocupa por nosotros y, a pesar de la distancia que nos separa, siempre intenta estar pendiente de sus amigos y familia”.

Cuando le preguntamos a César Aneas, lo tuvo claro: “Más allá de sus virtudes como jugadora, que son muchas y todos las conocemos, la palabra que define a Laia es líder. Como persona es un encanto, un poco mafias cuando quiere…(risas), pero muy amiga de sus amigos y una gran profesional que le encanta y vive con pasión su profesión”.

Si hay algo que se ha repetido en la carrera de Flores es que va cosechando amistades allí donde va. Una de ellas es la jugadora de Casademont Zaragoza Vega Gimeno, que nos dijo esto sobre su amistad: “Siempre hemos tenido el mismo humor absurdo y eso une mucho (risas). Adora a su familia y a sus amigos de toda la vida, pero nos deja hueco a las nuevas amistades”. Sin duda, en un corazón grande cabe más gente. Vega la definió como una persona “sincera, que siempre está para escucharte o simplemente ofrecerte una cerveza, que eso suma y mucho en nuestra amistad (risas). Diría que la base de nuestra amistad es claramente el sentido del humor”.

En Mann Filter también coincidió con Tania Pérez, que no dudó en contarnos qué pensaba cuando la conoció y qué relación tienen ahora: “Qué decir de Laia, las dos nos conocíamos por ser catalanas pero nunca había coincidido con ella. Si que es verdad que al principio tenía un aspecto un poco borde, un poco serio, un poco chulesco, pero nada más conocerla desde el principio conectamos. La cuide lo máximo que pude en Zaragoza, aunque también le metí caña…pero ella respondió muy bien a todo. Hoy en día seguimos manteniendo la relación y con eso me quedo. Es una persona muy generosa, que te ayuda en todo y que está ahí y eso es de valorar”.

Sin duda, con la jugadora con la que más años ha compartido vestuario es Ariadna Pujol, hecho que ha provocado que ambas se conozcan “como las que más dentro y fuera de la pista”. La jugadora del Cadí La Seu asegura que “jugar con ella es divertido y fácil”, pero que fuera de la pista es aún mejor: “es una persona amable, se hace de querer y es muy sensible. Hemos vivido muchas cosas, y hemos tenido nuestros altibajos, pero si necesita algo sabe que siempre me lo puede contar”.

 

Intentamos que alguien nos dijera algo malo de Laia, pero fue imposible. 

 

 

 

 

 

 

 

Imágenes cedidas por Margarita Costa

 

 

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Por Anaïs López

Coordinadora.

8 comentarios en «Laia Flores, desde dentro»

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