Blanca Millán y una temporada en Maine para la historia
Hay que remontarse a Galicia, en concreto al equipo de Peleteiro, para recordar cuando Blanca Millán empezó a destacar con una pelota naranja en las manos.
Antes de dar el salto a cruzar el charco estaba haciendo unos números de locura. Y es que promediando 27 puntos, 13 rebotes, 10 asistencias y 4 robos lo normal es tener las expectativas altas con ella.
Después de ese gran nivel con el club y tener su paso por la categorías inferiores de la Selección de España, varias universidades estuvieron interesadas en tenerla en su plantilla. Ante este escenario eligió las Maine Black Bears, donde se ha convertido en una jugadora con su huella grabada para la historia.
No es habitual ver jugadoras europeas dominando una conferencia de la liga universitaria de los Estados Unidos, y Blanca lo estaba haciendo antes de lesionarse del ligamento cruzado.
Ya sabía lo que es ganar el premio de mejor jugadora de la America East, además de ser la defensora más destacada y ganar el campeonato. La corona de la conferencia ha estado en su cabeza gracias a un baloncesto total con un gran impacto en ambos lados de la pista. Por lo que en esta temporada tras su recuperación le tocaba volver a sentarse en un trono que ya ha sido suyo.
Pudimos hablar con Millán desde El Perímetro hace unos meses para conocer de sus palabras como se encontraba a nivel físico después de haber tenido los problemas en la rodilla. «Estoy recuperándome, no he dejado de trabajar duro en ningún momento. El equipo médico dice que va bien, pero que seguimos trabajando para estar lista para la próxima temporada. Quiero ser prudente. Esta lesión me ha enseñado a ir paso a paso, cortos y firmes, y en ello estamos» nos comentaba la joven promesa gallega.
Por lo que las sensaciones eran buenas de cara a tenerla de nuevo sobre la cancha de Maine para continuar con la gran progresión que siempre había demostrado. Le tocaba dejar esa etapa alejada del parqué aparcada en la memoria y volver a tener la mentalidad de salir a ganar cada partido.
El 10 de diciembre de 2020 disputó su primer encuentro de la temporada, y en lugar de lesionada parece que se quedó congelada en el tiempo. Su regreso fue a un nivel incluso mejor del que tenía el curso anterior.
La mejor noticia fue que pudo estar prácticamente todos los minutos sobre la pista, pero hacerlo con 30 puntos, 14 rebotes, 3 asistencias y 3 robos es mucho mejor. No se me ocurren formas más positivas de salir de una lesión tan complicada.
En su vuelta a las pistas, la gallega, ha hecho su mejor año en números en la NCAA llegando a estar entre las máximas anotadoras del país en algunos tramos. Su línea estadística en la regular se ha quedado en 21.7 puntos con un 47.9% de acierto en tiros de campo y 33.7% en triples con 92 intentos totales. En otros aspectos con 7.4 rebotes, 2.1 asistencias y 2.9 robos.
Con este gran impacto ha conseguido volver a ganar el Player of the Year y el Defensive Player of the Year de la America East, siendo la primera jugadora de la historia de la conferencia que lo consigue en diferentes ocasiones. No es algo a la altura de muy pocas, sino que actualmente solo ha estado a la suya.
Pudimos volver a hablar con Blanca recientemente tras recibir estas distinciones, y nos comentó como se ha vivido desde dentro un curso marcado por la pandemia: «El balance es bueno. Ha sido una liga complicada, inicialmente por las normas que ha habido por el COVID, no pudimos jugar en casa, algunos equipos tuvieron positivos y se aplazaron algunas jornadas, se jugaban dos partidos el mismo fin de semana frente al mismo equipo y a pesar de ello, hemos sido campeonas de liga y jugaremos los playoff. Hasta aquí el balance es muy positivo, estamos donde queríamos estar, ahora falta nuestro principal objetivo, llegar a la final y conseguir un nuevo anillo«.
Millán dejó claro que para ella tiene mucho más valor el éxito de Maine que su rendimiento. «Mis metas no son individuales, siempre son las del equipo, estar donde estamos era nuestro reto, hemos llegado y no podemos estar más felices. El resto llega por el trabajo de todas, tres de nosotras estamos en el mejor quinteto ofensivo y eso, dice mucho, no solo mis reconocimientos» añadió.
Ha brillado en lo individual y ha ayudado a su equipo a ganar, pero la mejor noticia viene con su estado físico ya que ha podido jugar como siempre lo ha hecho. La calidad la tenía de antes, ha sido poder sobreponerse a la lesión lo más destacado.
Una vez pasada la temporada le volvimos a preguntar sobre su rodilla y la evolución que ha tenido durante el paso de los partidos. «He trabajado mucho desde que me lesioné y afortunadamente, todo ha funcionado tal y como habíamos previsto. Mi rodilla está bien y no me da ni molestias, por eso no tengo más que palabras de agradecimiento para fisios, preparadores físicos y entrenadores que tanto me han ayudado» nos comentaba la ya histórica jugadora de la America East.
Y lo normal ahora viendo el gran papel que ha dado como senior es pensar en ella de cara a la WNBA y regresar a Europa como profesional. Aunque las Black Bears no son el programa con más focos mediáticos encima, siendo un factor que le puede jugar en contra de cara al Draft 2021.
«No me imagino haber jugado en otra universidad que donde jugamos la final el primer año y hemos ganado dos anillos. Estoy feliz y agradecida a la Universidad de Maine, es todo lo que te puedo decir. Como he dicho muchas veces, ser drafteada es un sueño que tienen cientos de jugadoras de la NCAA, yo entre ellas, y seguiré trabajando para conseguirlo. Ojalá llegue el momento pero soy consciente de la dificultad. Ahora estoy centrada en los playoff y lo que me depare el futuro, ya se verá» nos decía Blanca para finalizar.
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Imágenes vía: Maine Black Bears