Aari McDonald: Underdog por excelencia
La base de las Arizona Wildcats no ha ocupado portadas desde el instituto. A diferencia de muchas otras jugadoras de su generación, ella no estuvo entre las más destacadas del país en su generación. Incluso para Prospects Nation no estaba entre las 50 mejores jugadoras, ni entre las 5 mejores en su posición.
Algo que es bastante llamativo, dado que en Brookside Christian High School tuvo grandes actuaciones. Como junior tuvo unos promedios de 26.3 puntos y 9.3 rebotes, siendo determinante en ambos lados de la pista. Durante su tercer año, también tuvo seis triples-dobles, un cuádruple-doble y anotó 46 puntos en un partido. Motivos de sobra para que se la pueda catalogar como una base absolutamente completa. Una jugadora a la que podrías llevarte a una guerra sabiendo que va a responder en cualquier tipo de terreno.
No solo por cuestión de números, sino también de sensaciones, se puede observar como se encontraba por debajo del radar y bastante infravalorada. Desde que se encuentran registros, demuestra una gran habilidad y garra en la cancha.
Su llegada a la NCAAW no fue nada destacada, puesto que las grandes universidades no le enviaron ofertas. Fue en Washington donde comenzó su nueva aventura, haciendo una temporada decente pero sin brillar. Fue incluida en el quinteto Pac-12 All-Freshman, y se ganó un nombre en la liga que le permitiría ir luego a las Arizona Wildcats para dar un golpe encima de la mesa y colocarse entre las mejores del país en ataque y defensa. Mostrando al mundo del baloncesto que se habían equivocado al no catalogarla entre las mejores de Estados Unidos en el 2015/16.
Su primer partido con las Wildcats fue de 22 puntos, 10 rebotes, 6 asistencias y 2 robos, dando un golpe encima de la mesa que sería seguido de otro aún más fuerte. El siguiente encuentro sería con 39 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias y 3 robos, marcando su career-high hasta el momento en la liga universitaria. Un inicio de etapa para enmarcar, siendo de 25 y 32 puntos las siguientes veces que se vistió de corto.
En ese primer curso en Arizona anotó al menos 20 puntos en más de la mitad de los partidos, haciendo un promedio de 24.1 y un récord descomunal. Se convirtió en la primera persona que logra registrar 800 puntos, 200 rebotes, 150 asistencias y 90 robos en una sola temporada desde el año 2000. Una vez mostrando que tiene las características necesarias para convertirse en una estrella del baloncesto y que por no estar en un instituto de los más conocidos del país sus posibilidades de ser parte de la élite no eran menores. Solo hay que recordar como Ruth Riley salió de un pueblo con menos de 500 habitantes.
Como sophomore fue nombrada Associated Press y WBCA Honorable Mention All-American. Es la primera ‘Wildcat’ desde Davellyn Whyte – en el 2012 – en ser nombrada All-American. Por otro lado, rompió el récord de anotación en una sola temporada de Adia Barnes – quien lo tenía establecido en 890 -. Además terminó la temporada como la tercera máxima anotadora de toda la nación. Su entrada en los All-Pac-12 y Pac-12 All-Defense la convertían en una de las jugadoras más interesantes de todo el país. Un escenario muy diferente de como se pronosticaba en el instituto que sería su futuro.
Otros récords que consiguió Aari fueron algunos como ser junto a Kelsey Plump las únicas en la historia de Pac-12 que han firmado 800 puntos y 150 asistencias en una sola temporada o ser la primera en la historia de su universidad en anotar tantos partidos de 30 puntos y la primera que lo hace en varios encuentros consecutivos.
En su última temporada, antes de haber perdido en el torneo de conferencia en ese duelo histórico con Sabrina Ionescu donde ambas superaron los 30 puntos, volvió a demostrar que será una estrella. Fue la líder de la Pac-12 en anotación y recuperaciones de balón, volviendo a ser de las mejores exteriores en todo el país.
El Draft de 2020 se deparaba con el siguiente paso en su carrera, y quizá el más importante. En muchos pronósticos aparecía como jugadora de primera ronda, más en concreto con el pick 10 para las Phoenix Mercury. Aunque en otros Mock Draft no contaban con ella entre las primeras, algo que recuerda a su etapa en el High School donde no se calculaba su valor real ni la proyección que puede llegar a tener. Sea cual sea la elección en el draft con el que sea elegida, ella hará méritos de sobra para ganarse el puesto de titular y consolidarse como una base con muchas papeletas para ser varias veces All-Star durante su carrera en la WNBA.
Si cae en una franquicia aspirante al anillo, podrá aportar desde un papel secundario. No hay dudas de que tiene la genética competitiva que hace falta para ello. Por el otro lado, si cae en un equipo que se encuentre sin las ideas claras, puede ganarse un puesto importante desde la temporada rookie. Es una ‘todoterreno’ capaz de adaptarse a todo y ya sabemos que no se ha visto afectada por tener que salir desde abajo para que su nombre reluzca. Da igual la plantilla donde caiga, Aari tendrá un buen impacto en cualquiera.
Todos los pronósticos en lo que se ha visto involucrada siempre han sido infravalorando su nivel. Es una jugadora total que en ataque puede ser decisiva y que es una de las mejores defensoras exteriores del país.
Finalmente, tendrá una temporada más en Arizona Wildcats hasta 2020/21, entrando al draft teniendo la oportunidad de ser campeona universitaria antes. Si después de otro curso siendo tan destacada sigue sin aparecer entre las principales prospects, ya será demasiado raro que no se la tenga en cuenta. Su futuro será muy brillante, independientemente de que no se tenga fe en ella por parte de los medios. Y aunque ya sea otro capítulo, cabe destacar que estas Wildcats serán unas candidatas a ganar la NCAAW lideradas por McDonald.
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