Juntas desde Granada hasta Western Carolina
Cuando tienes pasión por algo, pocas cosas hay mejores que tener el apoyo de tu gente cercana. En este ámbito al que nos referimos, estando sobre el parqué y notando el calor desde la grada, recibiendo el respaldo de entender las duras dinámicas de entrenamiento o las rutinas de gimnasio, colaborando con las a veces duras dietas de los deportistas… Y miles de escenarios en lo que siempre viene bien sentirse en un entorno cómodo para un mejor desarrollo del deporte.
En los vestuarios de todo el mundo se suele buscar que haya una química lo más familiar posible. Tanto a niveles de formación como profesional. No siempre se consigue, pero si debe ser una prioridad por parte de cualquier directiva buscarla. La mayoría de las personas que quieren dedicarse profesionalmente al baloncesto suelen encontrarse lejos de sus hogares, por lo que tener buenos vínculos entre los compañeros es fundamental.
En este caso, las hermanas Martín han tenido la suerte de haber trasladado parte de su vida desde Granada hasta Western Carolina juntas. Algo que ha sido posible desde que Andrea llegó en enero de 2019 con el curso ya empezado, y siendo su primer año en la temporada 2019/20. La misma que coincidiría con la despedida de Judith de la liga universitaria.
Se nos pueden venir parejas de hermanos españoles en la NBA a la cabeza, pero lo más parecido a estar juntos fue el salto entre los Gasol en el All-Star o el intercambio de los derechos de Marc en el traspaso de Pau a los Angeles Lakers. La oportunidad de disfrutar de la complicidad de estas hermanas vistiendo la misma camiseta es algo diferente.
Ambas son guards, habituando ser pareja en el backcourt de WCU. ¿Saben en que se traduce eso? En jugadas de Andrea manejando la bola en busca de encontrar a Judith bien posicionada en la línea exterior para meter un triple, o viceversa. Jugadas que se disfrutan vistas desde fuera, pero más felices deben hacerlas a ellas desde dentro.
El problema con el equipo ha llegado a nivel colectivo. La falta de centímetros en la plantilla las ha tenido muy limitadas con el paso de las semanas. En muchas ocasiones ha tenido que ser Judith, con su 5’7 de altura, quien tenga que llevar la iniciativa debajo de los aros. Una muestra de gran garra por su parte para suplir las carencias de sus compañeras, pero que por mucho corazón que le ponga es imposible afrontar una temporada sin centers. Como ella misma dijo: «siempre he sido muy competitiva y muy guerrera». Además, hay que sumar que en estos últimos partidos no han podido contar con ella por una lesión en el tobillo.
En el encuentro contra Chattanooga, estando a un enorme nivel durante los 20 minutos que jugó, tuvo que abandonar la cancha. Cosa que nunca es buena noticia. Y mucho menos después de meter 13 puntos con 50% en tiros, dar 2 tapones, hacer 2 robos, capturar rebotes, ayudar a organizar el juego y tener unas grandes sensaciones sobre la madera. Pudieron terminar ganando 61 – 53, con una buena aportación de 10 puntos y 6 asistencias por parte de Andrea. La misma que se saldría en el siguiente encuentro siendo líder del equipo mientras que su hermana haría todo lo posible por recuperarse rápido y volver a ponerse la ropa de jugar.
Ante la falta de Judith en los puestos exteriores, su hermana se fue hasta los 40 minutos en la pista. Lo mismo que tuvieron que hacer otras compañeras ante la falta de profundidad que tienen y sumarse una lesión. La victoria ante UNC Greensboro se hizo imposible, pero dejó el mejor partido en lo individual para Andrea. Sus 19 puntos y 8 asistencias se quedan por ahora como sus career high en la liga universitaria. Incluso hay que añadir que fue muy eficiente en los lanzamientos, con un 50% en tiros de campo y un 100% en los tiros libres con 7 visitas a la línea de personal.
Ahora afrontan el tramo final de temporada regular esperando a que Judith se recupere para incorporarse a jugar el torneo posterior. Con lo que van a buscar estar en el March Madness. La lucha por la clasificación no será desde el mejor punto de partida por el puesto en la tabla, pero siendo eliminatorias a un solo partido todo puede pasar. Y ojalá que sea el mejor desempeño posible de todas para que sea una buena despedida de Western Carolina de la hermana que afronta su curso senior.
Si hay una mejor forma de decir adiós a un pabellón que ha sido tu casa varios años es junto a tu hermana. Aunque se puede mejor. La forma es haciéndolo lo mejor posible en las eliminatorias para quedarse con un buen sabor de boca indiferentemente del resultado. ‘El torneo ya lo ha ganado’ pudiendo compartir pista en Estados Unidos codo con codo con Andrea.
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