El camino de Marina Mabrey hasta llegar a su mejor nivel
En la mejor liga de baloncesto profesional de los Estados Unidos no es nada sencillo para las jugadoras jóvenes hacerse con un puesto continúo en sus primeros años. Y más en el caso de no ser una de las primeras elecciones de la generación. El año pasado se vio a muchas cortadas por sus entidades o que se han quedado al margen hasta la temporada actual. Unos ejemplos conocidos en España son Maite Cazorla y Karlie Samuelson que juegan con Perfumerías Avenida pero no han estado en la WNBA los últimos veranos por diferentes motivos.
Por suerte para muchas jóvenes, hay equipos en reconstrucción que tienen los brazos abiertos para desarrollar su talento. Son pocas franquicias en la liga en esa situación, pero siempre suele haber alguna fuera del ratio de aspirantes al anillo reclutando a las que no han podido mostrar su valía entre las mejores del mundo y pueden dar mucho al equipo.
Este es el contexto de la franquicia texana, donde Marina Mabrey está dando pasos de gigante que la ponen en proyección de llegar a ser una All-Star de la liga en algún momento.
Se formó en la universidad de Notre Dame y fue drafteada en la segunda ronda por Los Angeles Sparks, pero ha sido en Dallas Wings donde ha jugado su mejor baloncesto hasta el momento dando una gran impresión en las primeras semanas del actual curso baloncestístico.
Una temporada 2020 vital para ella
La joven guard de Dallas, que ahora mismo está en su segunda temporada con esa camiseta, tuvo la oportunidad de jugar su primer partido como titular en la WNBA el curso pasado aprovechando ausencias en su equipo. Ni Satou Sabally ni Moriah Jefferson estuvieron disponibles y Mabrey fue la encargada de salir en el quinteto inicial.
El primer duelo de la ex-jugadora de Los Angeles como titular iba a ser contra Diana Taurasi y Skylar Diggins-Smith, unas rivales nada sencillas pero contra las que se puede aumentar bastante estatus en la liga.
Marina contra Phoenix Mercury hizo la máxima anotación de su carrera profesional hasta ese instante con 17 puntos con un 6 de 11 en tiros de campo, haciéndose notar en un partido muy especial para ella y jugando un baloncesto que recordó a la soltura que tuvo estando en la universidad de Notre Dame.
«En la WNBA tan sólo hay 144 plazas y muchas grandes jugadoras. Una jugadora en esta liga debe encontrar una buena situación para ella, encajar y demostrarles en qué es buena» nos dijo la temporada pasada la jugadora de las Wings a El Perímetro en una entrevista y sabiendo el funcionamiento de la liga hizo las cosas muy bien con los minutos que tuvo en el 2020. Aunque su plantilla sea muy joven, existe bastante competencia por los minutos y esta temporada es el momento de demostrar que merece la pena seguir apostando por ella en el proyecto.
Mabrey el año pasado antes de ser titular tuvo muchos minutos contra Seattle Storm, haciendo una buena actuación con 13 puntos, 4 asistencias y 4 robos. Con eso se fue ganando la confianza para dar el siguiente paso que es comenzar los partidos desde el principio.
Hasta ese partido ante las Storm no había salido con más de 10 minutos en ninguna ocasión durante la temporada, siendo una media de 6.4 que es inferior a lo que tuvo como rookie. El cambio fue radical teniendo un total de 58 minutos en un solo fin de semana. En ese sexto partido, el de Seattle, tiró más veces a canasta que en la media decena inicial de la temporada.
No hay dudas de que ha sido un pequeño paso para las Wings al haberles salido bien el experimento de poner a Mabrey de titular, pero sobre todo es un gran paso para la jugadora que cada vez ve más claro en el horizonte tener continuidad permanente en una competición donde no siempre se puede estar si no te lo ganas con trabajo y teniendo una pizca de suerte.
«Marina hace algunas cosas que muchos equipos están buscando. Ella tiene buen tiro, que ahora es el nombre del juego. Ella estuvo de base en la universidad y jugó un poco el año pasado para las Sparks. Es valioso tener otra controladora de la pelota, pero también significa que es inteligente y tiene un alto coeficiente intelectual de baloncesto. Y lo último es que es dura. Ella no retrocede ante nadie y tiene un poco de arrogancia en el buen sentido de la palabra. Necesitas jugadoras así si quieres ganar partidos difíciles» nos dijo Bryce Agler, asistente de Dallas el curso pasado, en una entrevista a El Perímetro.
Las Wings se han acostumbrado a ser el equipo con la media de edad más baja. No tienen ningún tipo de prisa por saltarse pasos y quieren hacer las cosas bien con este grupo de jugadoras tan interesante que tienen entre manos. Un contexto que hace que Mabrey a sus 24 años se encuentre cómoda y sin presión ninguna, solo tiene que centrarse en hacerlo lo mejor posible cuando salga a la pista.
Su explosión en esta temporada 2021
Después de consolidarse como una jugadora importante en Dallas, en las primeras semanas de este curso ha tenido un nivel de juego totalmente inesperado. Se ha convertido en una de las mejores anotadoras de la liga teniendo además una gran mejora en prácticamente todos los aspectos de su juego.
Ya en Notre Dame dio buenas impresiones a pesar de no tener unos números escandalosos ni tampoco ser elegida en la primera ronda del draft. El potencial para brillar siempre lo ha tenido, pero le faltaba dar ese paso al frente en un equipo que le de un rol que le permita demostrarlo.
En las Wings se ha convertido en la principal referencia junto con Arike Ogunbowale, siendo un estilo de juego quizá un poco anárquico pero que ha permitido la explosión individual de Mabrey siendo una de las sensaciones de la liga durante los primeros partidos del año.
Marina está haciendo sus mejores números en puntos, en porcentajes de tiros de campo, triples y desde la personal, en rebotes, en asistencias y en robos. Ha tenido una mejora superlativa aprovechando que tiene más minutos que nunca en la liga estadounidense.
Sus promedios en anotación actualmente son de 19.3 puntos con 48.8% en tiros de campo, 46.7% en triples y 91.7% en tiros libres. En otros aspectos del juego está en 6.3 rebotes, 3.8 asistencias y 1.5 robos, siendo una clara candidata a jugadora más mejorada de la temporada si sigue manteniendo este nivel.
Es cierto que en lo colectivo tiene mucho que evolucionar el equipo y ella debe ser importante para eso, pero en lo individual hay poco que se le pueda recriminar durante las primeras semanas de competición.
En su temporada rookie necesitó 77 intentos para llegar a los 21 triples anotados, mientras que en lo que llevamos del actual curso ya está con 21 dianas en solo 45 intentos, siendo una evolución más que significativa en los lanzamientos exteriores.
#EntraEnLaZona
Si te gusta leer y escuchar podcasts sobre baloncesto te recomendamos que nos sigas en nuestro Twitter y allí encontrarás todo el contenido que publicamos. ¡En @ElPerimetro_es lo encontrarás!
Imágenes vía: Dallas Wings y The Athletic