Impacto y desarrollo compitiendo junto a estrellas
Desde que nació se podría decir que A’ja Wilson ha estado conectada con el baloncesto. Su padre fue jugador en competiciones europeas durante una década, por lo que en su hogar no faltó una pelota naranja prácticamente nunca.
En la secundaria, ya sería una estrella en potencia. Su dominio del juego era absoluto y se mostraba como una de las ala-pivot con mejor proyección de su edad. 24.7 puntos, 13.9 rebotes y 4.3 tapones hizo de media en 119 partidos, dejando su nombre marcado en el instituto de Episcopal Heathwood Hall.
Como senior fue campeona estatal, después de haber perdido en la final el año anterior. Ahí se consagró como una gran promesa y HoopGurlz la catalogó como la mejor prospect del año 2014 para pasar al baloncesto universitario. En ese momento entró en escena Dawn Staley para reclutarla y seguir construyendo el legado que empezó en South Carolina como entrenadora en el 2008.
En su llegada a las Gamecocks tenía una gran expectativa encima. La coach le iba a dar un papel importante y pese a ser una jugadora de primer año tendría un gran peso sobre sus hombros. Aunque no sería desde un puesto de titular como se podría esperar de la mejor prospect de la generación.
Con menos de 20 minutos de media, Wilson promedió 13.1 puntos, 6.6 rebotes, 0.9 robos y 1.8 tapones. Una jugadora que apuntaba a ser decisiva en ambos lados de la pista y con proyección de convertirse en una auténtica estrella.
Todavía tenía que desarrollar un buen lanzamiento, pero gracias a su poderío físico era capaz de sumar estadísticas de manera sencilla en la pintura. Staley aumentó su confianza en ella. La niña que llegó siendo la mejor recluta ya se estaba convirtiendo en toda una mujer que quería liderar a las suyas a lo más alto de la NCAA.
Las Gamecock se consiguieron clasificar para el Elite Eight por segunda vez en su historia y Wilson estaba empezando a marcar una época en el equipo. En las semifinales perdieron contra Notre Dame de Jewell Loyd y Marina Mabrey por 65 – 66, quedándose a las puertas de disputar el campeonato contra Breanna Stewart y sus UConn Huskies.
El segundo curso fue de transición para ser titular, y con ello convertirse en la referencia en la cancha para South Carolina. Aunque ya su volumen de tiros es muy alto para jugar 19.8 minutos como freshman, por lo que tampoco fue una mejora de números muy destacada.
Las sensaciones si cambiaron y A’ja cada vez daba dominaba más, llegando a la temporada de 2017 como una de las mejores jugadoras universitarias en todo el país. Su juego estaba evolucionando hasta tener una zona de actuación un poco más lejos de la pintura, por lo que sus rebotes y tapones de media bajaron como junior en respecto a cuando fue sophomore. Aunque seguía sin una mecánica de tiro efectiva y seguía sin atreverse con los triples. Aún así, su anotación mejoró y tuvo mejor presencia en la defender exterior con su mejor marca de robos siendo universitaria.
Al llegar el tramo final de la temporada 2017, South Carolina se clasificó para el March Madness y sin Breanna en la liga se colocaban como principales favoritas para llevarse el campeonato. Desde 2012 es una universidad que ha estado año tras año en el Madness, pero fue un lustro después cuando llegaría su gran oportunidad.
Mississippi State ganó a UConn en la prórroga de semifinales del torneo, quedando entre Standford y SC la otra plaza para disputarse el título. A’ja fue la encargada de liderar a las suyas y consiguieron ganar ambos partidos para ser el mejor equipo universitario del año. En el Madness Wilson fue nombrada como la jugadora más destacada, pero aún le quedaría una temporada más antes de presentarse al WNBA Draft.
En su curso senior, promedió 22.6 puntos, 11.8 rebotes, 1 robo y 3.2 tapones. Fue su consagración total como la mejor universitaria disponible para draftear y Las Vegas Aces estaban ante su primer draft, después del traslado de San Antonio, teniendo la primera elección. En ese momento se unieron los caminos de franquicia y jugadora.
Durante el último año de NCAA, sorprendió con 12 intentos desde la línea de triple anotando 5 de ellos. Por un momento parecía que A’ja iba a dar ese paso que le faltaba para ser una amenaza jugando abierta en el perímetro.
Al llegar a ser profesional, esa carta de tiro exterior se quedó en testimonial dado que no se ha atrevido a seguir añadiendo esa arma en su repertorio ofensivo. Desde su llegada a Las Vegas se ha convertido en una interior cerrada. Si finalmente hubiera seguido el camino de lanzar triples y pudiera abrir la cancha, ahora mismo las Aces serían una amenaza mucho mayor sin tanta responsabilidad para Kayla McBride consiguiendo espacios en la pintura.
Aún sin aportar desde el triple, Wilson ha conseguido seguir desarrollándose hasta ser una estrella de la liga compartiendo plantilla con una jugadora como Liz Cambage que tiene la misma zona de trabajo en ataque. Es muy probable que con compañeras de equipo de menos nivel o con sistemas creados para ella, sus números fueran descomunales.
Con 18.8 puntos, 7.3 rebotes, 2.1 asistencias y 1.7 tapones de media en su corta carrera en la WNBA, hay muchos momentos en los que A’ja se convierte en la líder de Las Vegas sobre la cancha. Algo que tiene mucho mérito teniendo 23 años y compartiendo vestuario con jugadoras All-Star. La materia prima para convertirse en una MVP de la liga en los próximos años.
Bill Laimbeer ha sabido desarrollar bien el talento de su ala-pívot dentro de las limitaciones que puede tener dentro del usaje de la pelota. Antes de llegar la australiana, Wilson tuvo un 29.2% de uso mientras que el año pasado bajó a 26.1%. Ese es el motivo de haber bajado su anotación, dado que sus porcentajes de tiro fueron mejores que siendo rookie.
A’ja no ha dejado de seguir desarrollando su talento y ser cada vez una jugadora más eficiente sobre la cancha. Ahora con el fichaje de Angel McCoughtry no hay mejor momento para plantearse continuar lo que empezó en 2018 con South Carolina y empezar a acomodar su tiro de triple. Y más ahora con la lesión de Kelsey Plum, es el mejor momento para ver a Wilson experimentando desde fuera del perímetro.
#EntraEnLaZona