Vientos de cambio en el baloncesto americano
A pesar de no tener torneos deportivos por el coronavirus, la NBA no para de darnos noticias, ya sean jugadores, equipos o la competición en si. Pero el día de ayer se nos ha informado de un hecho que puede crear un precedente en el panorama baloncestistico en EEUU. Y es que Jalen Green, el prospect más talentoso de High School en la camada de 2021 ha decidido pasar por la G-League en vez de decidir ir por la rama universitaria de la NCAA, algo similar ha pasado con Isaiah Todd, que estaba comprometido con la universidad de Michigan y esta semana desechó esa opción.
En su caso se hablaba de que su destino estaría en la liga australiana (liga que tiene contacto directo con la NBA) para estar el año que le queda hasta poder ser elegible en el draft, pero con la noticia de Green, también se ha animado a apuntarse a la G-League. Con esto la NBA está trabajando en crear un equipo al sur de California para estos prospects que vienen de high school y no pasen por la universidad. Este equipo será independiente a las franqucias NBA, algo que preocupaba por el tema scouting, por lo que la duda queda solucionada pero ¿como se ha llegado a este hecho?
Jalen Green, potential No. 1 pick in 2021 NBA draft, says he is bypassing college and signing in the NBA G League.
— Shams Charania (@ShamsCharania) April 16, 2020
La G-League como liga de “canteras”
La liga de desarrollo, conocida actualmente como G-League se creó en 2001 como idea de expandir aún más la NBA y tener una sola liga profesional en Estados Unidos intentando quitarse la poca competencia que tenían de ligas menores como la CBA. Una liga que empezó con 8 equipos y poco a poco fue expandiéndose e incluso adueñándose de equipos menores de otras ligas para llegar al punto culmen en el que nos encontramos actualmente, una liga de 28 equipos, afiliadas cada una a su franquicia NBA (excepto Denver Nuggets y los New Orleans Pelicans).
En 2016 con al firma con Gatorade como patrocinador, la NBA con Silver al mando decidió potenciar la idea de cantera que tenía David Stern en un primer momento ofreciendo los two-contracts (contratos duales). En la que dos jugadores podrían alternar participaciones con el primer equipo (limitado a 45 días) y con su respectivo club de G-League. Pero la idea de Silver no se quedaba ahí, con esto también quería hacer la G-League más atractiva para el siguiente punto en el, que hemos llegado estos días. Que la G-League sea una opción atractiva para los proscpets que salen de High School y competir con el monopolio de la NCAA, una competición con atractivo nostálgico en cuanto a su competitividad en los años 80 pero que en la era actual no se ha sabido modernizar en cuanto a temas económicos y el discurso de su dueño Mark Emmert, en el que argumenta que el periodo universitario es una fase de formación personal y bien valorada por los jugadores. Estas palabras se podrían comprar si no fuera porque cada vez hay mas one and done y muy pocos jugadores importantes se quedan los cuatro años de periplo universitario, sin cobrar. Porque aquí viene la otra cara de la moneda y es el tema económico.
El nulo beneficio económico al jugador y el caso Wiseman.
Como hemos comprobado en el punto anterior, el discurso de Mark Emmert busca siempre el moralismo, instruir y formar a los jóvenes por gusto sin beneficio alguno, algo que Adam Silver quiere combatir. El comisionado está de acuerdo en que el periplo universitario es una gran experiencia para estos jóvenes jugadores, pero el sabe mejor que nadie, que la mayoría de ellos buscan el dinero antes que la instrucción, ya sea por tema familiar, o por querer tener un sustento económico lo antes posible, los chavales pisan la NCAA, como tramite para llegar a la NBA y conseguir su primer contrato. Es totalmente respetable y entendible si lo comparamos con jugadores de su edad que están en canteras europeas donde incluso antes de los 18 años tienen un contrato. También se puede entender la postura de la liga universitaria en no pagar a sus chicos, debido a que ya solo en su primera división hay 70 equipos formado por 15 jugadores y tampoco sería justo pagar a algunos jóvenes y a otros no, todo debe ser equitativo. Pero lo que no es justo es que la liga universitaria no deje que sus jugadores tengan contratos con patrocinios.
Y aquí es donde viene la polémica. La NCAA es una competición que mueve mucho dinero también por sus sponsors y sus jugadores no reciben ningún centavo a cambio y aunque es un secreto a voces que los prospects de mayor nivel si reciben dinero ya sea en el recruit o por otras vías, la liga universitaria ha estado combatiendo estas actividades y todo ha explotado este año con el caso James Wiseman.
Como ya sabéis, sino os dejo aquí la noticia con más detalles, James Wiseman fue apartado de la NCAA porque la Universidad de Memphis con su entrenador Penny Hardaway a la cabeza había acordado compensar financieramente al prospecto más potente de la clase de 2020 de High School para hacer el traslado a Memphis. Tras recurrir, la liga decidió sancionar al jugador con 12 partidos y una multa de 11500 dolares. Wiseman en diciembre decide dejar la universidad de Memphis y prepararse para el draft en solitario. Aquí lo grave es sancionar al jugador por aceptar el dinero dando así la imagen de que la NCAA explota a los jugadores y no pueden recibir nada económicamente ya que serán multados y sancionados. lo que da que pensar y ver los casos de Green y Todd, que no han sido los primeros que deciden dar el salto a la liga sin pasar por la universidad.
Jugadores que no decidieron ir a la NCAA
Desde 2006 año donde se obligo a pasar mínimo 1 años en otra competición que dar el salto de High School a la NBA, han sido varios casos de jugadores que decidieron buscar otras opciones alternativas a la NCAA. El primero más sonado fue Brandon Jennings, un jugador que estaba pronosticado nº1 en su clase de HS y que su comparación era con Allen Iverson debido a su dominio en el juego a pesar de su corta estatura y peso. Asesorado por Sonny Vaccaro, ex ejecutivo de Nike, emprendió un viaje a Italia, donde estuvo un año para conseguir dinero ya sea contractual o patrocinios. Otro caso similar es el de Emmanuel Mudiay que decidió apostar por la aventura china simplemente para conseguir dinero para su familia, principalmente su madre.
Pero en los tres últimos años hemos tenido varios casos más. En 2017 tuvimos a Afernee Simons que palabras textuales suyas “tras hablarlo con mis padres, he decidido que no iré a la NCAA y me presentare al Draft de la NBA”. Con Mitchell Robinson que estaba proyectado como el undécimo mejor prospect de esa camada el caso fue similar. Se desvinculó de Western Kentucky al violar el reglamento interno del programa y para no perder un año con el transfer de universidad decidió prepararse en solitario para el draft.
En 2018 tuvimos a Darius Bazley que tras rechazar su compromiso pactado con Syracuse estuvo a punto de ser el primer jugador de HS en comprometerse con la G-League pero en unas declaraciones a The Atheltic, el nacido el Boston decidió prepararse por su cuenta argumentando que en la liga de desarrollo no se hacía juego en equipo ya que todos buscaban la oportunidad de ir a la NBA.
El año pasado tuvimos los casos de Lamelo Ball y RJ Hampton, el primero porque ya fue jugador profesional antes de pasar por la universidad, lo que hizo que la NCAA no le dejaran participar y el segundo es Hampton que “inspirado por Luka Doncic y su desarrollo en ligas profesionales” decidió marcharse a Australia. Ya sea por temas económicos o la búsqueda de ser profesional todos tienen un patrón claro, pasar de la NCAA.
¿Y ahora qué va a pasar con la NCAA?
Era obvio que tarde o temprano esto iba a pasar. Varios talentos se estaban fugando de asistir al basket universitario pero pronto alguien tendría que dar el paso a la G-League. De momento, Emmert veía a la liga de desarrollo como otra liga más, pero con las marchas de dos prospects de 5 estrellas, y estando más de cerca en la órbita NBA, dicha liga se está convirtiendo poco a poco en competidora en captación de prospects.
A corto plazo no tiene pinta de que la liga universitaria se vea afectada, otros grandes jugadores de esta camada como Mobley o Cunningham, si están comprometidos con universidades, pero si no se hacen cambios pronto podría ser un punto de no retorno para la NCAA a largo plazo. La NBA con el paso de los años ha absorbido ligas menores como la ABA en los 70 o la CBA en los 2000. ¿Porque no pensar que a futuro hagan lo mismo con la NCAA?
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