El sueño cumplido de la familia Gobert

El sueño cumplido de la familia Gobert

22/02/2020 0

Los viajes a Guadalupe, archipiélago francés en las aguas del Mar Caribe, han sido habituales en la vida de Rudy Gobert desde que era un niño. Es donde vive su padre, Rudy Bourgarel, quien observa desde cerca y sin descanso la carrera de su hijo después de que sus propios sueños con la NBA se desvanecieran hace muchos años.

“Puedo ver lo orgulloso que está de verme en la televisión. Significa todo para él”, explicó Gobert a The Undefeated. “Cuando hablo con él sobre ello siento que estoy viviendo su sueño. El sueño que no pudo cumplir. Así que no es solo mi sueño. Es el de los dos.”

Bourgarel defendió la camiseta de los Red Fox del Marist College entre 1985 y 1988 en un equipo en el que brillaba el futuro pívot de los Pacers Rik Smits. En su tercer año promedió 10,7 puntos, 6,8 rebotes y 1,5 tapones por partido, logrando despertar el interés de la NBA. Sin embargo, nunca jugaría en la mejor liga de baloncesto del planeta debido a un compromiso forzado con la selección nacional francesa.

“Iba a ser reclutado, pero el equipo nacional francés quería que jugara para ellos, pero para ello tendría que prescindir de los entrenamientos y el draft. Se negó, pero la selección le hizo regresar para cumplir con su servicio militar. Entonces era obligatorio hacerlo. Finalmente se libró pero se vio obligado a regresar a Francia y no pudo completar ningún entrenamiento en la NBA.”

El destino, caprichoso, le tenía un regalo preparado. En Francia terminaría jugando en París y en Saint-Quentin. En este último destino es donde conocería a Corinne Gobert y, posteriormente, nacería el actual jugador de los Jazz. Sus padres se divorciarían apenas tres años después y él se quedaría en Francia con su madre, mientras su padre hacía las maletas rumbo a la lejana Guadalupe. En Saint-Quentin se enfrentaría a los desafíos que suponía ser un niño mestizo.

“Soy mestizo, pero para los niños blancos yo era negro. En Francia tenemos muchas etnias diferentes. Viven muchos árabes. Personas blancas mezcladas con personas negras. Entonces, siempre hay algo de ignorancia entre la gente. Una ignorancia que viene de los padres que no educan a sus hijos sobre la existencia de diferentes personas de color. Nunca me ofendió. Para mí, solo era un ser humano más. Siempre veo a las personas como seres humanos.”

Pese a la distancia entre ambos progenitores, Corinne se aseguró que Rudy hablara con su padre al menos una vez por una semana. Unas conversaciones que tenían como tema principal el baloncesto. Y así sería durante muchos años. Además, su madre ahorraba el suficiente dinero como para que pudiera viajar a Guadalupe para ver a su padre una vez cada tres años. El dolor por no poder jugar en la NBA duró mucho más.

“No ir a la NBA lo destruyó. Estaba fascinado por el baloncesto y se lo quitaron. En aquellos tiempos era muy difícil para los jugadores internacionales tener esa oportunidad. La ventana era muy pequeña. Una vez cerrada, todo se acababa. Perdió su amor por el baloncesto. Es una locura. Mi padre podría haber sido el primer jugador francés en ser elegido en el draft.”

El ex-NBA Tariq Abdul-Wahad recuerda haber visto a Bourgarel con la camiseta del Racing París y del Saint-Quentin durante su adolescencia antes de ir a Estados Unidos para jugar en el baloncesto universitario.

“Era un gran tipo, pero todos sentimos que lo estaban tratando mal después de ser uno de nuestros primeros jugadores en regresar de Estados Unidos”, recordó Abdul-Wahad. “Al baloncesto francés no le gustó aquello. No hicieron todo lo posible para que se sintiera bienvenido. Incluso aunque para nosotros fuera alguien especial, los clubes para los que jugó en Francia no parecían respetarlo como jugador. El baloncesto francés siempre ha sentido fascinación por el baloncesto pero querían que su modelo fuera el baloncesto blanco [europeo] no el afroamericano. Y él lo sufrió en aquel momento.”

Abdul-Wahad se convertiría en el primer jugador francés en ser elegido para jugar en la NBA en 1998 por los Kings con la undécima selección. El escolta abrió la puerta a otros franceses, quienes poco a poco fueron reclamando el sitio que a Bourgarel le había sido denegado. Así llegaron los Tony Parker, Boris Diaw, Ronny Turiaf, Nico Batum, Joakim Noah, Evan Fournier y compañía. Y, por supuesto, Rudy Gobert.

Gobert aterrizó en la NBA en 2013 tras ser seleccionado en la 27ª posición del draft por los Jazz tras jugar en el Cholet francés. Desde entonces ha ido escalando posiciones en la NBA hasta convertirse en dos veces el Mejor Defensor del Año. Con sus 216 centímetros de altura y 236 de envergadura, el pívot es uno de los jugadores más imponentes y determinantes de toda la liga. Y ahora, también, es All-Star.

Hace un año, muchos de sus compañeros de profesión lo criticaron duramente después de ser sorprendido en un vídeo llorando tras conocer que no formaría parte de la cita de las estrellas celebrada en Charlotte. Este año, finalmente, logró el tan merecido reconocimiento. Un éxito que ha querido regalar y compartir con su padre.

“Es genial el haberlo logrado finalmente. En cierto modo, siento que estoy viviendo su sueño. No es algo de lo que hable mucho. Nadie realmente sabe esto, de verdad. Pero para mí también significa mucho poder cumplir su sueño.”

Superado ya el All-Star Weekend de Chicago, el próximo objetivo de Rudy Gobert apunta mucho más alto todavía. Directamente hacia el campeonato.

 

#EntraEnLaZona

Jacobo León
jakovich90
Deja una respuesta
Translate