¿Qué hay de realidad en el hype con Atlanta?
En la franquicia de Georgia no es noticia para nadie que se ha empezado a formar un núcleo joven capaz de realizar grandes proezas dentro de la cancha. En la temporada 2018/19 se vio como el nuevo entrenador empezó a aplicar una filosofía de juego que quiere instaurar en el proyecto con el paso de los años. En una plantilla que se está formando desde cero es necesario saber el camino que van a recorrer y en el primer año de Lloyd Pierce no ha permitido que el objetivo sea pensar en el draft desde octubre.
En un periodo de reconstrucción lo ideal es sumar la mayor cantidad de picks altos posibles, siendo esto por lo que a prori deberían haber ido los Hawks, pero no fue lo ocurrido. El coach no quería comenzar su etapa dejándose perder partidos y sus chicos salían a ganar, incluso en los momentos donde cada derrota era vital para mantener la elección que llegaba vía Dallas con protección.
A lo largo de la historia se ha visto como muchos proyectos se han quedado estancados por no saber salir de esa dinámica de perder para ir a por el mejor jugador de la siguiente camada de novatos. En Atlanta en la season anterior es obvio que se perdieron partidos, pero no buscándolos sino porque el talento de la plantilla no llegaba para más. Un ejemplo claro es la victoria con un clutch de Trae Young ante los Bucks en el tramo final de la liga regular.
El último récord de la franquicia fue un 29 – 53 lejos de la lucha por entrar en los playoffs, pero realmente no tanto debido a que la Conferencia Este se encuentra ‘regalando’ las últimas plazas para equipos que seguramente en el Oeste ni puedan soñar con competir. Este factor es algo que si se mantiene puede beneficiar a Atlanta, pero que analizaremos después.
Las estrellas, o jugadores referencia, fueron un rookie y un sophomore, algo que les convierte en inexpertos, con mucho talento eso si, pero que realmente les queda mucho por pulir para poder llevar las riendas de un equipo que vaya a competir por entrar en la octava plaza. En una NBA tan competida como va a ser la temporada 2019/20 significa que van a tener un calendario con muchos partidos difíciles en los que les puede pasar mucha factura la necesidad de más ‘perros viejos’ en la rotación importante.
¿La plantilla que se ha creado es para competir ya?
La premisa que tienen desde las oficinas, como ha dejado muy claro Travis Schlenk, va a ser apostar por el desarrollo de los jóvenes, como no podía ser diferente tiendo en cuenta la cantidad de chicos prometedores que han ido acumulando. En los movimientos de la franquicia se han buscado quedar con contratos que finalicen este año, lo que hace pensar que no tendrán importancia y que los chavales serán los que acumulen la gran mayoría de los minutos en sus piernas.
En este draft se ha sumado Cam Reddish, De’Andre Hunter y Bruno Fernando, tres grandes nombres que se suman a Damian Jones que fue traspaso por Omari Spellman en un intercambio de piezas de futuro. El otro nombre que ha llegado y que seguramente si veamos tiempo en pista es Jabari Parker, por lo que a este le tendremos más en cuenta que a Chandler Parsons o Allen Crabbe.
En el caso de Evan Turner seguramente si que tenga peso como base suplente para intentar contrarrestar las carencias defensivas de Trae, por lo que la rotación para mi gusto quedaría en principio de 10 jugadores con un suplente en cada puesto. Con estos dos bases se suman: Huerter y Reddish como escoltas, Hunter y Bembry como aleros, Collins y Parker como ala-pívots y, por último, Len con Fernando como pívots.
Quizá Jones u otro de los jugadores como Goodwin o Brown que completen plantilla puedan dar un paso al frente, pero diría que comenzado junto a Crabbe y Parsons estarán con un paso testimonial por Georgia. En el caso de tener bajas, son buen recambio para suplir necesidades del equipo, pero Pierce no deberá de sobreponer a estos jugadores por encima de los que pueden marcar el destino de la franquicia.
Analizando a los 10 hombres que entrarían en mi rotación ficticia quedan como veteranos Evan y Jabari, los que pueden aportar buenas cosas por sus perfiles, pero que se encuentran lejos de ser un Andre Iguodala o un P.J Tucker que ayuda a los contenders al mismo nivel que las estrellas por momentos.
En este grupo se nota que las expectativas altas se encuentran en el futuro y no han pensando más lejos de firmar un año dando buenas sensaciones, algo parecido a lo que hicieron el año anterior pero introduciendo a los tres nuevos rookies a la dinámica. En este instante tienen toda la materia prima recolectada, ahora entran en una etapa de ver en quienes de ellos poner las llaves del futuro para con ello establecer los roles y evitar problemas de egos. El buscar conseguir dejar todo definido desde el principio es muy clave para no tener luego que escuchar un «me merezco más importancia y tener más tiros» de ningún jugador.
Otra opción existente, aunque muy lejos de ser mi favorita, es que se de importancia a Parsons o Crabbe, lo que restaría algo de minutos a Huerter, Reddish o Hunter. En este escenario se tendría que dar una mejora de los dos primeros hasta el punto de poder asegurar que este año van a dar un rendimiento de ser tercera y cuarta espada de una de los mejores quintetos de la Conferencia. ¿El problema?, que la rotación se dispararía hasta 12 jugadores o se tendría que eliminar a Bembry y Parker, dejando con menos posibilidades de ser titular a Hunter compartiendo posición con Collins.
Son muchas incógnitas para un Lloyd que tiene muchas cosas en las que pensar ahora mismo más importantes que luchar por quedar octavos para ser barridos por los Bucks o 76ers en la primera ronda. En esta season se centrará en encajar todos las piezas del puzzle y probar diferentes formas de plantear la ecuación hasta obtener el mejor resultado.
¿Por qué tanto hype con poder entrar en PO?
El desempeño de Young en su debut como jugador de la NBA y la evolución de John han sido claves para que de coloque en el mapa a Atlanta como uno de los proyectos con mejor pinta para la siguiente década. Uno de los mejores pasadores de la liga, que además anota de una manera compulsiva, se ha unido a un interior muy atlético que se combina a la perfección con el base.
En el 2018/19 fue muy normal ver a la pajera de los Hawks en los highlights de cada semana con triples, asistencias, mates, crossovers, jugadas entre los dos del abanico que mostraron… Sin duda ha sido un año en el que los focos han girado hacía la ciudad y con ello se incrementa la gente que los sigue, se hacen aficionados, los críticos y, como no, también las expectativas del público general del baloncesto norteamericano.
El hecho de ser un equipo tan joven hace que todo el mundo tenga claro que el proyecto va a ir creciendo temporada a temporada hasta el punto de consagrarse como uno de los aspirantes a luchar por ser campeones de la Conferencia. En la actualidad no lo van a tener sencillo para entrar en los playoffs con equipos como los de Detroit, Miami u Orlando, además de Knicks y Bulls como potencias emergentes, o incluso unos Wizards con Bradley Beal.
Conclusión final
Este curso solo será positivo para el conjunto global si no se corta la progresión de ninguno de los jóvenes que se han conseguido de la noche a la mañana en una de las reconstrucciones más rápidas de los últimos tiempos, en caso de consagrarse llegando a buen puerto. El entrenador viene de Philadelphia y sabe lo importante que es trabajar con chavales para acabarlos convirtiendo en jugadores que sean capaces, exactamente lo mismo que el GM en su etapa en San Francisco.
No estar en playoffs este 2019/20 no es para nada un fracaso en unos Hawks que tienen que tener la mente puesta en el futuro y no querer saltarse pasos. Las buenas construcciones se hacen con calma para que no se derrumben pronto y perduren con el paso del tiempo, ese es el proceso que deben seguir en Atlanta para que el esfuerzo en crear esta young core no quede en lo que pudo ser y nunca fue.