Derrick, su familia y Detroit
El mítico joven base de los Chicago Bulls, como todos sabemos, ha ido arrastrando unos años dónde las lesiones y la falta de continuidad no le han permitido que vuelva a estar cerca de ese nivel de MVP más precoz de la historia de la competición. Desde su salida de Illinois han sido varias las franquicias en las que se ha encontrado pero sin destellos de la estrella que era.
Su año de mejor jugador del planeta aún con los Bulls fue de 25 puntos, 4’1 rebotes, 7’7 asistencias, 1 robo y, sobre todo, una sensación de superioridad sobre el resto de «mortales» aún siendo un chaval. La electricidad y potencia que poseía le convertía en uno de los jugadores más difíciles de defender y estaba haciendo poco a poco de su equipo un contendiente en el Este. En diciembre de 2011, Rose firmó una extensión de 94’8 millones de dólares, con lo que se creó la «Derrick Rose Rule» que permitía que un jugador pudiera optar al 30% del espacio salaria de la franquicia.
En los playoffs 2011/12, durante el primer partido, Rose promediaba 23 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias con el partido prácticamente ganado contra Philadelphia 76ers. En este encuentro ocurrió lo que se podría conocer ahora como una de los peores momentos de la NBA moderna, ese instante en el que la estrella de Derrick Rose se apagó. En un salto con mala caída se lesionó el ligamento cruzado de la rodilla izquierda y abandonaba ayudado el parqué. Esas imágenes andando hacia el vestuario traen el recuerdo de como una nueva era murió antes de empezar.
Una vez recuperado de su lesión, ‘D-Rose‘ no era el mismo. Sus promedios bajaron hasta 16’4 puntos, 4’7 asistencias y, lo más importante, su explosividad en la cancha se quedó en el pasado, no era el mismo jugador sino una sombra muy lejana.
Una vez perdida la fe en volver a tener en quien centrar el proyecto se decidió enviar al base hacia los New York Knicks junto a Justin Holiday y una segunda ronda de 2017 por Robin Lopez, Jerian Grant y José Manuel Calderón. Su estancia en la Gran Manzana se puede resumir con una multa por viajar sin permiso a Chicago para ver a su madre y otra lesión en el menisco que le hizo pasar por quirófano y no le permitió terminar la temporada.
Tocaba de nuevo buscar otro destino y en esta ocasión fueron los Cleveland Cavaliers, al lado de LeBron James, un equipo que iba a competir y donde tenía la oportunidad de volver a sentirse un jugador importante. Muchos pensábamos que esta era la oportunidad de oro y que íbamos a ver un mejor Rose del que ya estábamos acostumbrados a sufrir partido a partido, año a año, traspaso a traspaso.
Una vez en los Cavs siguió la misma película hasta el punto de abandonar la dinámica del equipo el 24 de noviembre de 2018 para replantearse su carrera y si era el momento de su retirada, seguramente uno de los escenarios más tristes para todos los fans que nos enamoramos de aquel joven chico del Sur de Chicago.
El 18 de enero regresó, tras casi dos meses de parón, para jugar contra los Orlando Magic y anotar 9 puntos en 13 minutos, lo que dio un poco de esperanza pero que fue disuelta rápidamente al ser enviado a los Utah Jazz donde fue cortado a los días sin llegar a debutar. Rose se convertía en agente libre y buscaría una nueva oportunidad que no se esperaba que le fuera a traer tantos recuerdos.
Los Minnesota Timberwolves fueron el puerto en el que atracó Derrick y ahí se reunió con Tom Thibodeau, Jimmy Butler y otros compañeros que vivieron de cerca su época de ser MVP que ya muchos han olvidado, o incluso ya algunos más pequeños puede que ni hayan visto en directo. En este curso, justamente contra su último equipo donde ni tuvo tiempo de pisar la ciudad, fue cuando revivimos el ‘reflorecer de la Rosa‘ con 50 puntos contra Jazz. Este encuentro fue el carrer-high de un jugador que había levantado el trofeo de mejor del planeta. El renacer del «Ave Fenix«, aunque suene a tópico.
Una vez terminada la temporada con los Wolves llegaba otra agencia libre donde Rose tendría que tomar una decisión muy importante en su carrera. Los Ángeles Lakers, de nuevo LeBron, llamaron a su puerta con un contrato de una temporada, pero fue algo que no terminaba de interesarle. Luego apareció la ‘Woj Boom‘:
Ahora es donde llega la pregunta clave: ¿era este el mejor destino?. Seguramente a nivel económico y de prolongación de contrato, sí. De Pistons ha sido la mejor oferta que le ha llegado y por ese lado lo puedo llegar a entender dado que su mujer acaba de traer otro hijo al mundo y tener continuidad en una ciudad era a lo que le iba a dar prioridad. Esto último seguramente es el motivo que ha hecho rechazar ese único año en los Ángeles Lakers aunque fuera un destino más llamativo. Una sola temporada y luego tener su futuro en el aire ya no le interesa a estas alturas, no de su carrera sino de su vida.
Rose ha analizado el mercado más allá de lo deportivo en busca de conseguir estabilizar a su familia en un mismo lugar sin hacerles estar cambiando de hogar cada poco tiempo como ha ido ocurriendo en estos años. La familia crece y ya de por sí la vida de un jugador de la NBA no es nada sencilla para tener un núcleo acogedor para los hijos. Como proyecto deportivo tendría otros equipos para plantearse firmar pero no ha mirado por él ni por su trayectoria deportiva, ni seguramente por el dinero tampoco lo haya sido. La clave de la nueva relación entre Derrick y Detroit es su nuevo descendiente. Lo más probable es que ‘D-Rose‘ busque jugar sus últimos años de baloncesto ya como ciudadano de ‘La ciudad del Motor‘.
Lola
Buenísimo el articulo. Un cordial saludo.
26/11/2021