El dilema Niang
Los Jazz asaltaron los titulares de la prensa norteamericana esta semana tras protagonizar el segundo movimiento más importante de la NBA hasta el momento después del que llevó a Anthony Davis a Los Ángeles Lakers. En él, los de Salt Lake City recibieron, desde Memphis, a Mike Conley a cambio de Jae Crowder, Grayson Allen, Kyle Korver y dos selecciones de primera ronda.
Una operación con la que los Jazz abrazan su gran sueño –a quien llevaban ‘persiguiendo’ desde febrero- y, por consiguiente, conforman su propio ‘Big-Three’ junto a Donovan Mitchell y Rudy Gobert. Sin embargo, este intercambio de piezas ha supuesto un pequeño desmantelamiento de la segunda unidad. Así, y a la espera de lo que pueda deparar el verano –que girará en torno al contrato no garantizado de Derrick Favors- la importancia de algunas de las piezas complementarias podría aumentar el próximo curso. Entre ellas se encuentra Georges Niang.
Posiblemente la gran pérdida, al menos en impacto actual y rendimiento a corto plazo, de los Jazz en este traspaso ha sido la de Jae Crowder. El ex de Celtics y Cavs, entre otros, se había erigido como el líder de la segunda unidad gracias a una versatilidad que le permitía desempeñar las funciones de ‘3’ y de ‘4’, aportando una mayor variedad de recursos junto a Gobert cuando compartían juego interior.
Aún sin presentar un brillante porcentaje de acierto (33%), Crowder se convirtió en una de las principales amenazas exteriores del equipo –tercer máximo triplista tras Mitchell e Ingles-, mientras ayudaba a crear espacios en el interior para el juego de Gobert, corrigiendo y mejorando, así, el bloqueo existente creado con la presencia de Favors.
Ahora, sus 6.5 triples intentados y sus 27.1 minutos por partido han hecho las maletas rumbo a los Grizzlies y, mientras se rastrea el mercado en la búsqueda del tan ansiado ‘4’ abierto, Niang podría aprovechar la situación para dar un paso adelanteo y ‘exigir’ una responsabilidad mayor dentro de la rotación.
A decir verdad, esta temporada no lo tuvo nada fácil. Al buen quehacer de Crowder se unió la poca confianza que suele depositar Quin Snyder en los jóvenes del equipo. Grayson Allen, Tyler Cavanaugh y Tony Bradley pueden dar buena cuenta de ello. Sin embargo, el técnico podría verse obligado a confiar en el ex de Iowa State, quien, por otro lado, ya ha dado muestras de su potencial.
A pesar de promediar tan solo 8.8 minutos por partido a lo largo del curso, Niang demostró solidez en los tramos de la temporada en los que gozó de mayor protagonismo y minutaje. De hecho, en el mes de abril, el último de la regular season, sus promedios ascendieron hasta los 13.2 puntos (con un acierto en triples del 45%) coincidiendo con una mayor recepción de minutos (27). Durante gran parte de la temporada existió cierta inquietud acerca de si podría traducir su dominio en la G-League -casi 20 puntos de media en tres campañas- en un nivel acorde a las exigencias de la NBA. Estas fueron despejadas en estos momentos de lucidez ofensiva construidos sobre su seguridad en el triple.
Niang se ha ido ganando paulatinamente la confianza de Quin Snyder y el cuerpo técnico gracias a una ética de trabajo inflexible, su capacidad de lucha y una inteligente toma de decisiones en la cancha. En Playoffs, su eficiencia se vio preocupante disminuida –en su defensa, similar al de resto de compañeros- aunque fue capaz de sumar réditos suficientes para continuar con su inercia ascendente la próxima campaña.
Sin Crowder, los Jazz necesitarán de Niang y éste deberá responder con números e intangibles si quiere demostrar que puede convertirse en un jugador importante en la rotación de Snyder. En la operación, Crowder y Korver han hecho las maletas rumbo a Memphis, mientras que Udoh y Sefolosha se convertirán en agentes libres. Unas ausencias que, más allá de lo necesario para poder cerrar la contratación de un base de élite como lo es Conley, demuestra la confianza que la gerencia tiene en el crecimiento de Niang.
¿Significa todo esto que recaerá en la figura de Niang los 27 minutos que promediaba Crowder? ¿Han desechado los Jazz la idea de reforzar el puesto de ‘4’ este verano? Muy probablemente la respuesta a ambas preguntas sea un contundente y decidido ‘no’. No podemos olvidar que también existen facetas en las que deberá concentrar sus esfuerzos y mejorar, como son su defensa, la circulación del balón y su desplazamiento lateral, mientras maximiza sus virtudes. Optimización de los recursos. Ser consciente de las virtudes y también de los defectos para dar a su equipo lo que necesita en cada momento. En Joe Ingles tiene un buen espejo en el que verse reflejado. Un maestro del ‘menos es más’ y ‘el fácil pero efectivo’.
Si Niang alcanza su máximo potencial esta próxima temporada, puede convertirse en uno de los líderes de la segunda unidad y asentarse como un complemento de garantías en uno de los equipos llamados a amenizar la Conferencia Oeste.