Steph nunca estuvo tan solo
El número «30» del conjunto de San Francisco estaba con confianza, habiendo metido 21 triples seguidos en un entrenamiento el día anterior sabiendo lo que le esperaba en el encuentro contra los Raptors en el que estaba «solo» ante el peligro. La baja de Kevin Durant era conocida hace tiempo y el equipo ya se había hecho a ello, pero lo que hizo más daño fue el golpe que sufrieron con la lesión del escolta en el game 2 de las Grandes Finales.
Con la baja de Klay Thompson y sin el «35«, los Warriors iban a necesitar la mejor versión del base para conseguir con ello la hazaña de remontar la eliminatoria y ponerse por encima contra pronóstico. Una serie que empezaron perdiendo en Canadá y fueron capaces de igualar se les podría complicar mucho sin algunos de los referentes del equipo. Mucha presión sobre Draymond y el guard de cara a conseguir contener a los de Toronto sin compañeros tan importantes.
Mucha gente ha dicho siempre de que Stephen es un jugador que no es capaz de sacar adelante al equipo en los momentos importantes y esta era su oportunidad de demostrarle a los que no creen en él que llevan mucho tiempo equivocados. Si en este game 3 contra los Raptors era capaz de sacar adelante a los suyos no quedarían argumentos para decir que no aparece en los partidos decisivos.
La temprana explosión
En el primer cuarto, Stephen Curry empezó con muchas ganas y empezando a notar su «pircorcito» al ser quien se cargue el equipo a las espaldas en anotación. No tardó en llegar a los 10 puntos bien respaldado con un 2 de 3 en tiros de triples, demostrando que lo que hace en los entrenamientos puede reflejarlo sobre la cancha en los partidos. El encuentro se estaba complicando dado que los visitantes estaban muy conectados entre ellos y estaban mostrándose muy superiores por mucho que intentará hacer Steve Kerr para contrarrestarlo. Con otro momento de gracia de Curry consiguieron acercar distancias con un triple magistral que le dejaba ya en 17 puntos en solamente el 1Q.
Los Raptors comenzaban por encima con ventajas de incluso +12, el dominio de «Los Dinosaurios» era absoluto. Por parte de los Warriors era vital que ese mejor Curry apareciera para conseguir acortar las distancias y dar el golpe encima de la mesa. El partido mágico que podría marcar un ante y un después en la eliminatoria podría llegar de las manos de Stephen. Por parte de GSW solamente el base había superado los 5 puntos en estos primeros 12 minutos.
La buena defensa de VanVleet
Ante la gran actuación de la única estrella ofensiva de La Bahía en pista durante el primer cuarto, Nick Nurse buscó una alternativa. ¿Cómo se puede intentar secar a este jugador en estado de auge? Pues muy sencillo, no se le puede parar del todo pero si que se le puede intentar molestar en su forma de enfocar el ataque y moverse sin balón.
¿La alternativa que buscaron en Toronto? Poner a VanVleet y su intensidad a perseguir a Curry sin parar como si fuera un perro de caza detrás de su presa. Durante los minutos que se mantuvo en pista durante el 2Q el base suplente de Raptors no hubo ni una sola canasta de Steph, habiéndole conseguido incluso dejar casi anulado dado que si influenció en el movimiento de pelota.
La necesidad del mejor Curry para seguir vivos
Curry salió de su corta sequía con unos tiros libres, pero lo que venía a continuación era una señal de que la gran noche de Curry iba a continuar. Consiguió anotar un triple tras drible ante dos defensores al que se le sumó una epicidad extra gracias a que rebotó con suspense en el aro y entró tras chocar en el tablero.
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— Golden State Warriors (@warriors) June 6, 2019
Con falta de más de 1:30 de juego para llegar al ecuador del partido, los 6 puntos que llevaba encestados Steph estaban siendo fundamentales para mantener con vida a los suyos. Esa anotación podría sumar un triple más aunque los árbitros, muy cuestionados, pitaron una falta de Quinn Cook que fue un simple encontronazo y anularon otro «choff» que encestaba el héroe de los Warriors. Con esto ya llegaba Curry a los 25 puntos al descanso y una ventaja de +8 para los Raptors.
En el inicio de la segunda parte Curry consiguió sacarse algo de peso ofensivo de la espalda al involucrar a sus compañeros. La defensa de los Raptors estaba muy centrada en el base y tocaba volver a ponerse a repartir la bola para que los defensores tuvieran que poner sus ojos en el resto. Entre todo ese juego colectivo fueron dos triples consecutivos los que erró Steph, pero se redimió rápido con una canasta ante dos jugadores rivales desde la esquina para ponerse en 32 puntos.
Antes de terminarse el 3Q, un triple de Curry bajó la máxima diferencia del encuentro con un triple que le dejaba en los 40 puntos con un 13 de 26 en tiros de campo y 6 de 12 en triples, unos porcentajes de escándalo sumando el 8 de 9 en tiros libres.
Curry consagraba el partido para su historia
Nada más empezar el cuarto decisivo, Curry comenzó su participación sacando una falta de tiro a Serge Ibaka desde el perímetro para anotar con ellos 3 puntos que dieran más énfasis a los minutos finales. Ya solo le faltaban 12 puntos para conseguir la mayor anotación histórica de su franquicia en unas Grandes Finales. Este récord, de Rick Barry, fue de llegar a la loca cifra de los 55 puntos.
La defensa de Toronto ya sabía de sobra a quien tenían que fijar para que no siguiera metiendo canastas, aún así no consiguieron evitar que llegara a su mejor marca anotadora de playoffs en toda su carrera con 47 puntos. Lo valioso ya no solo es el registro de 47 puntos, lo es el hecho de haberlo logrado en el momento en el que su equipo más lo ha necesitado aunque no haya conseguido la victoria.