El problema de los Warriors con el center
La franquicia de Toronto consiguió una proeza que ya forma parte de su historia con solamente haber alcanzado las Grandes Finales por primera vez. Este hecho insólito en Canadá ha sido una obra construida por un arquitecto llamado Kawhi Leonard. Lo que ya estaba siendo una temporada perfecta y para el recuerdo inmortal de los aficionados del equipo se vio mejorada con lo ocurrido en el El Scotiabank Arena durante el primer partido que les enfrentaba ante los Golden State Warriors.
En el game one los claros favoritos para el público general eran los de La Bahía dado que estaban ante su quinta final consecutiva mientras que los canadienses eran debutantes. Para la gran sorpresa y felicidad de los que esperaban una final igualada, sin un dominio absoluto de Warriors, la victoria se quedó en el pabellón de los Raptors. Ante esta victoria donde Kawhi fue «anulado», y pongo comillas porque es imposible secar a este jugador ahora mismo, comenzaron las dudas en el frente de San Francisco.
El partido fue muy igualado y aunque los de Nick Nurse mantuvieron la iniciativa no se puede decir que tuvieron controlando a sus rivales todo el tiempo. Hubo momentos en los que el marcador se ajustaba y tenían que responder los locales con parciales en lo que no dejaban fluir a los Golden en ataque.
Desde que salieron anunciados los quintetos titulares algo llamó la atención en los Warriors. Se había anunciado que DeMarcus Cousins estaba disponible y se especulaba que podría salir desde el inicio, pero no, fue Jordan Bell el llamado por el técnico de GSW para verse las caras con Marc Gasol en el primer baile de la Final. Bell estuvo en pista solamente 12 minutos, fue Kevon Looney quien ocupó la posición de center durante más tiempo en el partido con 28 minutos. Esta rotación dejó a Cousins con solamente 8 minutos, los que fueron suficientes para comprobar que no estaba preparado para jugar un partido de tanto calibre en el que se juega un campeonato y además no contaban con KD para salvar los platos rotos.
¿Han sumado los minutos de los 3 pívots que han entrado en el partido por parte de Golden State? Pues sí, son 48 minutos o lo que quiere decir el encuentro completo. Un equipo que había conquistado varios anillos con su «Quinteto de la Muerte«, donde no necesitan la figura del interior puro para ser superiores, había renunciado a sus principios de jugar con sus sistemas campeones. ¿Por qué lo han hecho? Pues poniéndome en la piel de Steve Kerr tengo estás dos explicaciones:
- La figura de Marc en el bando enemigo les obligó a tener con frecuencia a una pareja defensiva que evitara que les hiciera un destrozo ofensivo. La amenaza de un center de tanto bagaje en la liga como es Gasol seguramente asustaba a los Warriors y no quisieron correr muchos riesgos.
- El hecho de no estar Kevin Durant en la rotación dejaba un serio problema en la defensa: el emparejamiento con Pascal Siakam. El físico de KD es el idóneo para defender al africano de los Raptors, pero su ausencia dejaba la necesidad de centímetros en la rotación para intentar ayudar a frenar a Siakam.
El problema para Kerr es que los dos factores que «tenía planteados» (o eso pienso yo) para neutralizar a los complementos de Leonard no funcionaron. Por otro lado cabe destacar que la defensa sobre Kawhi si que fue efectiva ya que le dejaron por debajo de los registros y porcentajes que acostumbraba en playoffs. Seguramente lo que no esperaban es la descomunal explosión de Pascal y la buena aportación de Marc con sus 20 puntos. Una de las claves del buen nivel de Gasol vino, sin quitarle méritos al catalán, de la mala presencia de los pívots a los que enfrentó dado que se les vio muy lentos en las transiciones y perdidos en los cambios de marca tras bloqueo rival. En especial Looney fue a quien más se le notaron estás carencias, aunque también se debe a que fue el encargado de estar en pista los momentos más difíciles.
Veamos un ejemplo de una jugada en la que Looney no llegó a defender a su principal objetivo, Marc. El center español, dado su gran IQ, fue capaz de conseguir muchas situaciones donde se liberaba de Kevon para conseguir un lanzamiento sencillo como en esta donde sacó cerca de 3’6 metros de distancia.
Estos ajuntes que intentaron los Warriors, además de no ser efectivos en ataque, fueron un lastre a nivel ofensivo. Con el ya comentado planteamiento habitual de Golden se gana un extra en fluidez de la pelota, de hecho se podría decir que son uno de los mejores equipos en este factor cuando tienen los hombres indicados en pista. En este mismo factor fue donde más brillaron sus rivales, siendo esta otra de las claves de la victoria de los Raptors.
Un partido tan importante para los de La Bahía y que no utilicen el famoso «Small Ball» es algo totalmente inquietante. La fórmula del triunfo había sido jugar con esos esquemas desde ya hace varias temporadas y ver que con el encuentro tan cuesta arriba Kerr no haya recurrido a su «Plan A» es algo muy extraño.