Luka Dončić, una mente voraz

Luka Dončić, una mente voraz

25/03/2019 0

No suelen aparecer mentes repletas de una competitividad enfermiza muy a menudo en la NBA. Cada año son muchos los rookies que llegan a la liga destacando unas cualidades físicas y técnicas que desatan ríos de tinta a cerca

Es solo la competitividad interna y las ganas de seguir mejorando lo que diferencia a los buenos jugadores de los grandes jugadores. Poseer una mente enfermiza y voraz capaz de hacerte superar tus límites es un privilegio. Es una cualidad innata. Con ello se nace, se lleva en cada partícula de ADN.

La competitividad se lleva dentro, pero es la mente la que proyecta sobre la pista y sobre el jugador un espíritu competidor que no permite el fallo si no es como forma de aviso de que aún falta mucho por mejorar. Y cada caída, cada error, cada traición interna que se produce duele como la más dolorosa de las puñaladas. Es la correlación descompasada entre el nivel exigido por la mente y el nivel demostrado por el cuerpo lo que más duele a un competidor feroz.

Y si el gen marca el espíritu competidor, son sus caídas las que dejan huella y punto para no volver. Acostumbrarse a ellas no entra en el gen. Se aceptan, se dejan pasar y se empieza a trabajar para el siguiente reto. A lo largo de una carrera deportiva son varias las caídas que se pueden contar en un jugador. En el caso de Luka Doncic (que es hoy el que nos atañe) también podemos encontrar varias a pesar de contar con varias caídas y varios reflejos de una mente enfermiza y competitiva como pocas.

La carrera del joven esloveno no es normal. Es ilógica, pero es que el ‘77’ no es un jugador corriente. Pocos jugadores a edad tan joven demuestran un carácter, una madurez y una calidad como la suya. Ese esa inteligencia, ese saber vivir en los momentos de mayor exigencia y de mayor necesidad de sus equipos donde ha demostrado que su nivel mental está muy por encima de la edad que se muestra en su carnet de identidad.

Su inteligencia dentro de la pista para saber en qué momento y situación se encuentra y que tiene que hacer en cada una es su mayor virtud. Es de su velocidad mental desde donde se generan sus ventajas sobre la cancha. Puede que su físico no sea el más rápido pero su mente se maneja en términos de velocidad que son élite en la liga. Te gana con la mente, te duerme con el cuerpo y te ejecuta con la mano. Para cuando la mente de su rival reacciona, la suya ya está en el siguiente paso. Propio de un jugador veterano, impropio en un chaval que supera la veintena por pocos días.

Acostumbrado a vivir con una voracidad letal y dispuesta a superar cualquier reto, son las caídas donde se demuestra el lado más inexperto y propio a una edad tan joven. Y es su reacción a ellas donde no deja dudas de que es una de las mentes más feroces y competitivas que han llegado a la NBA.

Con tan solo 6 meses como profesional, allá por 2016, ya se empezaban a ver las primeras pinceladas de lo que es ahora mismo una mente voraz que no permite el fallo sin una respuesta de seguido que lo supere. A los 16 años, en un CSKA-Real Madrid, y tras varios minutos de desconexión del esloveno, Pablo Laso pedía un tiempo muerto para recriminarle a él, tan solo a él, su influencia en el partido: ‘¡Una p**a jugada, una jugada la que quieras, para que tengamos orden, una p**a jugada!’. Tras ello, y fruto de dicha competitividad interna, reaccionó con 3 triples y un rebote defensivo para volver a poner a su equipo en el partido. Cualquiera tan joven se hubiese hundido en ese partido. Él respondió con creces. Lo que decíamos, una mente muy avanzada a su edad.

Andrés Nocioni, conocido por su entrega, corazón y garra sobre la cancha y por poseer una mente también competitiva como pocas, fue testigo directo del crecimiento del joven Luka. Ejerciendo en ocasiones de mentor del ‘77’ reconocía horas antes a la Final Four de la Euroliga 2018 que ‘Está en una edad en la que tiene que equivocarse, es normal, es joven y todos nos hicimos a base de errores y aciertos. Todo depende de él, es su cabeza la que pone el límite de lo que quiere llegar a ser’. Y si Nocioni lo decía era por algo. Por qué ha visto desde cerca como crecía una de los jugadores más superlativos en lo técnico y en lo mental que salían de Europa. ‘El Chapu’ sabía cuál era su verdadera potencia y no estaba en lo físico, estaba en lo mental.

Y así ha sido como ha dominado el juego a su aterrizaje en la NBA desde el IQ y la mente. En un lugar donde el físico que posee no podría hacer frente a sus rivales, al ritmo y a la velocidad que se juega en Norteamérica el esloveno ha conseguido dominar el ritmo y el juego desde la mente y hacerse poderoso para sacar partido y ser una amenaza para toda la liga. La mente por encima del cuerpo. Una mente voraz.

Adrián Pozo
Adrian Pozo
Deja una respuesta
Translate