La última temporada para las Atlanta Dream fue para el olvido. Un registro de 8 – 26 que fue a raíz de la lesión de Angel McCoughtry que la tuvo fuera durante todo el verano, siendo el peor récord de toda la liga. Una situación que hizo que durante la agencia libre se rearmaran ante la salida de McCoughtry para que el proyecto volviera a la competitividad lo antes posibles.
Las llegadas de jugadoras como Shekinna Stricklen, Glory Johnson y Kalani Brown ha sido claramente buscando rodear a Tiffany Hayes en busca de volver a recuperar su mejor versión. En cuando a feedback han sido buenas adquisiciones y puede hacer que la escolta vuelva a tener esas sensaciones de dominio que mostró en 2017 y 2018, evitando que el bache que tuvo durante la season pasada no se prolongue mucho más.
Los números de Hayes dejaron de crecer progresivamente desde el año rookie en la temporada pasada. Su pico más alto de 17.2 puntos en 28.8 minutos de media, tirando con un 44.1% en los tiros de campo. Unos meses en donde Tiffany lo tenía todo para convertirse en la jugadora franquicia de las Dream. Aunque la mala dinámica vivida en 2019 la hizo decaer en su ritmo creciente hasta caer hasta los 14.7 puntos con porcentajes casi desastrosos. Un poco influida por la falta de ideas sobre la cancha.
Ahora las de Atlanta se encuentran mucho mejor enfocadas para la regular, teniendo incluso posibilidades de competir por entrar en los playoffs en el caso de encajar rápido todas las piezas. Además de tener a Hayes liderando el proyecto. Una misión que debería de poder hacer ahora que sus directivos han traído piezas que encajen con ella.
Este mismo fin de semana, El Perfumerías Avenida donde juega Tiffany salieron campeonas de la Copa de la Reina, teniendo una gran versión de la jugadora de las Dream en todas las rondas. Ayer mismo fue nombrada MVP después de sus 25 puntos para ganar la final, pudiendo servir como inyección de adrenalina para retomar esa versión que la llevó a ser All-Star por única vez en su carrera.
Algo fundamental para que consigan llegar a dar una buena cara en Atlanta viene influida desde este Draft del 2020 donde hay mucho talento para seleccionar. Ser el peor registro de la temporada pasada tiene que tener cosas positivas y es tener la cuarta elección. Un pick donde se pueden asegurar a Ruthy Hebard, pudiendo ser el engranaje que falte para ser una plantilla a tener muy en cuenta. Un punto a favor que tendría draftear a la interior de las Oregon Ducks viene con su buena relación con Maite Cazorla desde ser compañeras universitarias.
From "baby freshman Ruthy to senior dominating @RuthyHebard24."@SuperrJaay and @maitecazorla5 send the senior Duck good luck ahead of her postseason run.
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— Pac-12 Network (@Pac12Network) March 6, 2020
El contexto sería el ideal, dado que Ruthy tiene muchísima calidad haciendo números de 2.227 puntos, 1.554 rebotes, 205 asistencias, 320 robos y 373 tapones en la NCAAW. Mientras que teniendo a Maite podría hacer que su adaptación sea muy sencilla y aporte desde que aterrice en la WNBA.
Courtney Williams, Tiffany Hayes, Shekinna Stricklen, Glory Johnson y Ruthy Hebard podría ser un posible quinteto más que atractivo. Es cierto que Elizabeth Williams puede seguir progresando, pero el techo de Hebard podría ser mayor mientras que el impacto inmediato no tendría que ser muy diferente en el caso de que no sufra problemas de adaptación después de su salida de las Ducks.
Este escenario podría hacer que en Atlanta luchen por una plaza de playoffs y que Hayes haga una de sus mejores temporadas individuales. Ahora va a tener mucha más liberación ante las defensas, puesto que tiene compañeras que pueden hacer mucho daño. Unas ventajas que si Tiffany puede aprovechar le servirán para volver a la noche de las estrellas.
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