Steve Kerr sobre el puñetazo de Jordan: «Me estaba poniendo a prueba y respondí»
La leyenda de Michael Jordan está repleta de innumerables historias y anécdotas, a las que recurrimos una y otra vez. Con el lanzamiento de ‘The Last Dance’, la serie documental de diez episodios que narra con todo detalle la última temporada de Jordan en Chicago, muchas de estas historias han vuelto a salir a la luz.
Una de ellas hace referencia a la pelea que protagonizaron Steve Kerr y el escolta antes del comienzo del curso 1995-96. El actual entrenador de Golden State defendió la camiseta de los Bulls durante cinco temporadas, siendo compañero de Jordan en las tres últimas. Ambos finalizaron aquella etapa unidos por un gran vínculo, pero las cosas fueron muy distintas al principio.
Jordan, de regreso tras casi dos años alejados de las canchas de baloncesto, no solo buscaba restablecerse como el líder del equipo, sino que fue muy duro y exigente con sus compañeros para comprobar en quién podía confiar. En el training camp previo a la temporada 1995-96, Kerr se hartó de la dureza física de Jordan y comenzó a devolvérsela. Una estrategia que no le fue demasiado bien al base.
«Empecé a responder. No estoy seguro de que alguien haya hecho eso antes. Después empecé a hacerle faltas. No creo que pudiera causarle ningún impacto físico pero lo hice. Recibí el balón y él me estaba defendiendo. Lancé mi codo para alejarlo de mí y el seguía hablándome. Le respondo y, en la siguiente jugada, me golpea en el antebrazo y yo se lo devuelvo. Entonces, vino a por mí.»
«Era como el niño de Jurassic Park que fue atacado por el velociraptor. No tuve ninguna posibilidad. Fue un caos. Nos estábamos gritando el uno al otro.»
Los compañeros de equipos intercedieron para neutralizar la pelea antes de que se hicieran daño, pero no lo suficientemente rápido como para evitar que Kerr acabara con un ojo morado. «Al parecer, me golpeó. Ni siquiera recuerdo haber recibido algún golpe.»
Si bien aquel altercado lo dejó magullado, le sirvió para ganarse el respeto de Jordan. Durante una entrevista con el periodista Ernie Johnson de la TNT, Kerr reiteró que cree que ser golpeado por su compañero le ayudó a enfocar su carrera en Chicago.
«Ayudó a nuestra relación aunque suene realmente extraño. No se lo recomendaría a nadie en casa. Debe entenderse en el contexto de la intensa competitividad que teníamos.»
«Una cosa que era más frecuente en aquel entonces era la mayor intensidad de los entrenamientos. Ahora somos más inteligentes al preservar a nuestros jugadores. No tenemos tantos días de entrenamiento y nos centramos más en descansar y recuperar a los jugadores. Pero entonces los entrenamientos eran realmente intensos. Eran parte de los Bulls y Jordan las usó para establecer un estándar de juego. Y las peleas no las hubo solo en ese equipo. Probablemente hubo tres de ellas cada año en cada equipo en los jugué a finales de los 80 y principios de los 90. Había mucha competencia, las cosas se nos iban de las manos, pero tampoco supuso un gran problema para el equipo.»
«En mi caso, Michael me estaba probando y respondí. Siento que pasé la prueba y después me puso muchas otras.»
En circunstancias normales, iniciar una pelea no es la mejor manera de estrechar lazos con alguien. Pero jugar al lado de Jordan nunca fue una experiencia normal, sino un reto diario muy difícil de afrontar.
Por mucho que aquel momento haya sido doloroso, tanto literal como figurativamente, el tiempo terminó por dar la razón a todos. Aquellos Bulls conquistarían tres títulos consecutivos entre 1996 y 1998, siendo ambos figuras clave en la conquista de todos ellos.
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