Breanna Stewart: Un legado inmortal en UConn Huskies

Breanna Stewart: Un legado inmortal en UConn Huskies

22/03/2020 0

Desde muy joven, el físico hacía que Breanna Stewart destacara a simple vista en sus equipos. En la escuela secundaria sus compañeras la apodaban ‘6-10’, debido a su envergadura. En octavo grado, sus promedios eran de 9 puntos, y casi 9 rebotes y 7 tapones. Aún lejos de ser la estrella de la WNBA que es en la actualidad, pero empezando a obtener muchas ventajas por su físico.

Una vez empezó a rodarse en el High School, sus números subieron hasta 24 puntos y 15 rebotes de media. Unas dimensiones muy diferentes y que empezaron a convertirla en una de las jugadoras más destacadas de los últimos años en categorías de formación. Hasta el punto de generar expectativas muy altas, teniendo a muchas universidades tras sus pasos. Todas querían tener a ‘Stewie‘ entre sus filas durante sus últimos años antes de ser profesional.

Después de entrenar con muchas entidades, fueron las UConn Huskies quienes la cautivaron. Al realizar las pruebas, habló con el cuerpo técnico y les dijo: “Me gustaría comprometerme con esta universidad si me llevarais“. Una vez sabiendo que la respuesta era afirmativa, Stewart firmó su carta de acceso encima del capó del coche, para luego enviarla desde la oficina de su padre. Así fue como se inició una etapa que sería de las más brillantes de la historia de la liga universitaria de los Estados Unidos, tanto en ámbito femenino como masculino.

Su llegada a la NCAAW fue sobre ruedas. En sus primeros 10 partidos registró 169 puntos, siendo el récord para una rookie en la historia de las Huskies. Algo con mucho valor teniendo en cuenta que Sue Bird, Diana Taurasi, Maya Moore y otras leyendas del baloncesto vistieron esa camiseta. Aunque después de ese ‘Supernova’ de unas semanas, empezó a jugar a un ritmo humano durante el final de la regular season.

 

UConn women's basketball: Breanna Stewart makes case she's the greatest ever with fourth title | NCAA.com

 

Un bajón de rendimiento le hizo centrarse mucho en los entrenamientos, perfeccionando su disparo y movimientos de piernas. Unas prácticas que le sentaron bien antes del torneo de la Big East, en donde anotó 51 puntos e igualó el récord de Taurasi siendo debutante en la liga. Una buena toma de contacto para seguir creciendo a una velocidad desmesurada en cuestión de semanas hasta llegar a ser la mejor jugadora de la Final Four del March Madness, siendo la primera que lo consigue como estudiante de primer año desde 1987. Un hito que marcaría el porvenir de las siguientes temporadas.

Una característica que destacaba mucho de Stewart era su capacidad de leer las situaciones del juego. En todo momento era consciente de cuando tenía que exigir la pelota a sus compañeras y cuando no, siendo totalmente efectiva cuando la necesitaba en sus manos. Un factor que hacía muy fácil a sus entrenadores saber como ejecutar los tramos de encuentro donde la confianza abordaba a Breanna.

En su segunda temporada cada vez exigía más y más tener siempre el control de la pelota. Y por suerte para ella, los sistemas cada vez se centraban más en un mayor volumen de jugadas en su figura. El contexto que le permitió ser nombrada AP Player of the Year. Una proeza que solamente habían conseguido antes Courtney Paris y Maya Moore siendo estudiantes de segundo año. Unos números de 19.4 puntos, 8.1 rebotes, 3.1 asistencias, 16 robos y 2.8 bloqueos. Un dominio total de todos los aspectos del baloncesto, mostrando que tenía la materia prima suficiente para ser una jugadora histórica y ganar su segundo campeonato al hilo.

 

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Stewie‘ tuvo todo para continuar el legado de UConn con participaciones consecutivas en la Final Four desde 2008, y no solo eso sino escribir una de las páginas más prestigiosas en la historia de la universidad. Durante su tercera y cuarta temporada siguió levantando el trofeo de campeona de la NCAAW, siendo la mejor jugadora del March Madness en todas las ediciones que participó – desde el 2013 a 2016 -. Una era en el baloncesto universitario que tiene nombre y apellidos: Breanna Mackenzie Stewart.

 

 

En 2015 y 2016 fue galardonada con todos los premios individuales prestigiosos de la liga, algo que no había conseguido nunca una jugadora de las Huskies desde 2004 que existen todos ellos. En el caso de Moore, los obtuvo todos en el 2011, pero sin hacer nunca el pleno en diferentes temporadas. Un motivo más para que pueda dar a pensar que sea la mejor jugadora durante su etapa en Connecticut.

Luego en las Seattle Storm ha seguido esculpiendo su leyenda, ganando el anillo, MVP y FMVP de la temporada 2018. Eso antes de lesionarse y tener que abandonar las canchas un periodo más largo de lo que le hubiera gustado. A sus 25 años, puede seguir optando a que pueda ser considerada la G.O.A.T sin miedo a darle ese honor. Algo que quizá ahora puede parecer lejos, pero realmente pocas jugadoras habían tenido el impacto de Stewart a su edad.

En UConn el legado que dejó ‘Stewie‘ será eterno, ya que consiguió elevar todavía más a una universidad histórica que parecía haber alcanzado su techo años antes de su llegada.

 

 

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Manu Fresno
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