Dave Joerger: del ‘Grit&Grind’ al ‘Run&Go’, de Marc Gasol a D’Aaron Fox

Dave Joerger: del ‘Grit&Grind’ al ‘Run&Go’, de Marc Gasol a D’Aaron Fox

12/03/2019 0

I can’t tell you enough of how proud I am of every guy that is in that locker room, and has come throught that locker room. Con estas palabras empezaba Dave Joerger la que sería su última comparecencia como entrenador de los Memphis Grizzlies. Lo hacía tras ser derrotado en el cuarto partido de los playoffs de 2016 de la NBA ante los San Antonio Spurs por 116-95 sellando el 4-0 en su contra.

Alcanzar el máximo en Memphis de la mano del ‘Grit&Grind’

En sus palabras se notaba ya cierta sensación de ser los últimos coletazos de una era, quizás la mejor, en Memphis. Continuaba su rueda de prensa con las emociones a flor de piel. El sabía que la temporada había sido un calvario de lesiones constantes, que el trabajo diario no veía más que como la diosa fortuna no añadía más que piedras en su camino. Y, pese a ello, sus chicos lo habían conseguido. Lo habían dado todo hasta alcanzar la post-temporada y en ella, a pesar de dejarse hasta la última gota de sudor, no pudieron contrarrestar la mayor calidad de los Spurs.

‘This season’s been hard, really hard ‘. ‘They could have quit. Could have not made playoffs, and everyday they came out and fought like crazy’. Pronunciaba estas declaraciones sin poder remediar la aparición de las lágrimas en sus ojos. El orgullo por el trabajo de su equipo era enorme y remataba la rueda de prensa con un ‘We love our Grizzlies, we love on those guys’. Y lo decía con el corazón del que empieza a ver ya desde lejos, aún sin haberse ido, un lugar donde se siente querido.

Y Joerger como bien hemos dicho, se marchaba orgulloso. Por el trabajo realizado en esa temporada infernal repleta de lesiones, por el realizado las tres temporadas a su cargo en donde Memphis encontró su estilo y su sitio en el panorama NBA. El resurgir del Grit&Grind y el despertar de Marc Gasol siempre llevarán su firma.

Porque cuando el técnico, natural de Minnesota, se ponía al frente del equipo, Marc Gasol era un jugador más en la rotación de Memphis. Su papel ganaba importancia en tareas defensivas. Sabía cuál era su rol, lo que le demandaba su entrenador y hacía lo necesario por ayudar a su equipo a ganar. Todo esto sin querer sobresalir, como si hacerlo fuese algo de lo que no estar orgulloso. También por ese entonces, Marc, no era el que conocemos en la actualidad. Era fuerte, ancho, lento y con unos cuantos kilos de más. Pero la llegada del técnico supuso un antes y un después en su carrera.

Cuando dio el salto a entrenador principal, Joerger tenía algo claro. Había que sacar al mejor Gasol posible y hacer de él un elemento indispensable en el sistema. Conley necesitaba a alguien a su lado y sabía que contaba con una bestia defensiva en la zona pero que también había liderazgo, calidad y talento en el de Sant Boi como para echarse al equipo a las espaldas junto a Mike. Joe Mullinax (director de SB Nation’s Grizzly Bear) coincidía con ello. Él, los periodistas, los aficionados y los entrenadores lo sabían, si mejoraba físicamente y se hacía respetar iba a ser otro jugador distinto. Por ello Mullinax escribía en ese entonces: ‘Marc would become a Monster’.

En la hoja de ruta se presentaba como primera prioridad un cambio físico. Marc debía adelgazar para ganar en movilidad y velocidad, tanto para moverse por la pista como para ejecutar pases o tiros. Un verano de trabajo dieron con un Marc totalmente irreconocible físicamente. Era un jugador nuevo pero con las capacidades innatas de antes. Defensa, sacrificio por el equipo, visión de juego y juego de pies al poste.

El nuevo Gasol era ya una realidad y tan solo quedaba ver su puesta en escena junto a sus compañeros para ver cuál era su nuevo nivel sobre la cancha. Integrado en un sistema diseñado por Joerger donde la carga generadora de juego pasaba por sus manos casi tanto como por las manos de Conley, el equipo empezaba a generar nuevas situaciones en ataque que hasta antes no se habían visto. El ‘Grit&Grind más característico de siempre con un ataque totalmente distinto al de temporadas pasadas.

El ataque empezaba siempre en Marc y en la zona. Y a partir de ahí empezaba a generarse el rudo pero efectivo ataque ‘Grizz’. Gasol generaba en el poste tanto para sus compañeros como para él, salía de la zona y liberaba espacios para Zach Randolph bajo aros. Y descargaba de carga creativa a Conley, que más liberado de peso podía realizar en ciertas ocasiones amenazas en situaciones que antes no podía.

John Cregor (periodista) daba su visión del plan de Joerger con Marc: ‘Joerger feeds Gasol the ball and let’s him dictate more on offense’. Gasol y Conley eran la pareja destinada a liderar los nuevos Grizzlies de Joerger. Su tarea había sido completada. Memphis era un equipo temido en la liga por su ritmo lento y de corte defensivo, y a su vez, Marc Gasol se había convertido en la estrella que todo el mundo veía que podía ser y que solo Joerger consiguió sacar a relucir. Su trabajo de tres años como ‘Head Coach’ en Teneessee pusieron fin en aquella rueda de prensa. Se iba orgulloso por el trabajo conseguido.

Renovarse o morir en Sacramento

Con las maletas hechas le tocó a Dave poner rumbo a tierras californianas, a la capital del estado, a los Sacramento Kings. Y allá la situación remitía mayor urgencia. Los Kings llevaban más de 10 años a la cola de la liga, temporada tras temporada sin meterse en Playoffs, con un proyecto que no acababa de dar los frutos esperados por Vlade Divac cuando lo construyó. Y desde el puesto de entrenador principal le tocó ver como se derruían los cimientos del proyecto que tenía a DeMarcus Cousins como centro y puntal del equipo.

DeMarcus ponía rumbo a New Orleans en la noche del All-Star. Y a la capital californiana llegaba Buddy Hield, una de sus piezas capitales este año. Joerger quería construir el mismo estilo de competitividad y lucha que rezumaba en Memphis. Quería ‘Grizzilizar’ los Kings. Contaba, además, con Zach Randolph para ayudarle en su tarea. Y la salida de DeMarcus le daba total libertad para construir la plantilla a su antojo y acorde su estilo deseado.

En el verano llegarían D’Aaron Fox, Jackson, Frank Mason, Bogdan Bogdanovic y Nigel Hayes. Y con ellos, empezaban los nuevos Kings. Los Sacramento Kings de Dave Joerger. El plan, cómo hemos dicho, era claro: ritmo lento, defensas férreas y competitividad en cada rincón de la cancha. Pero las cosas no salieron como se esperaba. Los resultados no eran primordiales ni de urgencia pero el estilo no calaba en la plantilla.

Joerger, años antes, recogía su recelo al predominio del triple como base del éxito: ‘Me gustan los triples, pero más los tiros libres’. Siempre acostumbrado a vivir en sus equipos a contracorriente de lo que predomina en la NBA estos últimos años, decidió cambiar. Se sumaba a la ola. Sus Kings iban a correr e iban a tirar de tres como hasta esta temporada no se había visto en un equipo suyo.

Y si el estilo y el ritmo tiene que cambiar, todo comienza desde el puesto de base. El director de juego tenía que elevar el ritmo y dar mucha velocidad al ataque Kings. Y ahí reluciría Fox. Que tras una primera temporada por debajo de lo esperado, si algo destacaba en sus cualidades era la velocidad. El cambio de estilo partía en D’Aaron Fox. Y desde él iba a llegar el resto.

Forzar las cosas no iba a suponer ningún avance, el cambio tenía que llegar solo. Joerger solo podía plantear el escenario y las condiciones para que Fox brillase y comandase al resto. ‘He’s making enough shots to make people play him, but we are still able to get up and down and he’s able to keep his momentum going north and south’ declaraba acerca del rendimiento del base al comienzo de la temporada. El nuevo estilo empezaba a arrancar y con D’Aaron como comandante de el.

Contagiado el base del nuevo ritmo y paradigma del equipo, la respuesta del resto de compañeros a la nueva propuesta no tardó en llegar. El siguiente en dar un paso adelante y sumarse a la causa fue Buddy Hield. Si Fox iba a marcar el ritmo, Hield iba a ser la referencia desde el triple. Con ellos dos como máximos exponentes de las dos premisas que reclamaba Joerger en su nuevo cambio de estilo, el resto sólo tenía que acompañar al ritmo y velocidad demandada para cumplir su función.

Y el cambio estaba planeado desde la gerencia. Solo así se entiende la decisión de Bagley por encima de Luka Doncic. El esloveno era y es muy bueno, pero Marvin Bagley también lo es y encajaba mejor en esa posición de 4 por condiciones físicas. Tras muchos años había un plan coherente desde la franquicia y en su primera temporada de puesta en escena ha dado resultados.

Dave Joerger resucitó en Memphis el ‘Grint&Grind’ y con él convirtió a Marc Gasol en estrella y referencia del equipo. En Sacramento ha resucitado el ‘Run&Go’ y ha desarrollado y convertido a D’Aaron Fox en estrella y referencia del equipo. De la pausa y el orden a la velocidad y el caos.

 

 

Imagen de portada vía: USA Today

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Adrián Pozo
Adrian Pozo
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