Las Oregon Ducks han sido un equipo que se lleve muchos focos en la temporada. El hype que se creó con el regreso de Sabrina Ionescu en lugar de ser profesional puso a las de verde en el ojo del huracán mediático. Algo que las convertía en unas de las claras favoritas a ganar el March Madness.
Como todos sabemos, competición no se pudo terminar. Aunque las Ducks tendrán su premio de alguna manera colocando a tres jugadoras entre las mejores prospectos del país en la NCAAW. La ya citada base junto a Satou Sabally y Ruthy Hebard dominaron la PAC-12, y están pronosticadas entre las primeras elecciones para este próximo draft.
Una jugadora que ha podido pasar algo desapercibida es Minyon Moore, quien no ha podido brillar al lado del ‘Big Three’. Aunque su impacto en el equipo ha sido más que bueno fuera de los números. Ha sido un pilar por ocasiones y ha sabido adaptarse al rol. Un factor importante, dado que en la WNBA no va a contar con un gran protagonismo en su llegada. Es por ello que invita a pensar que podrá tener un buen aterrizaje en la liga profesional.
Desde la defensa y la creación de juego ha sido fundamental para que de Oregon tengan tanta estabilidad sobre la cancha. Se podría decir que es la encargada de ejercer el trabajo sucio que no brilla tanto en la línea estadística.
Minyon nunca ha destacado por ser una jugadora ofensiva. Ella es versátil y capaz de aportar en diferentes aspectos. En el instituto promedió 14 puntos, 7 asistencias, 5 robos y 5 rebotes, mostrando su efectividad en ambos lados de la pista casi por igual. Incluso en un partido alcanzó los 40 puntos, sin ser su principal fuerte la producción de cara al aro. Suele producir más con sus asistencias que con lanzamientos. En el ataque, además de con sus puntos, como más ha destacado es dirigiendo al resto. Y en Oregon ha quedado claro que puede ejercer de segunda armadora de juego sobre la cancha sin problemas.
La última temporada universitaria, Moore promedió 7.8 puntos, 2.3 rebotes, 4.1 asistencias y 1.6 robos. Una línea estadística que podría haber mejorado en otra plantilla donde tuviera más peso. Por lo que teniendo en cuenta su contexto, es razonable que aparezca en los mock drafts como una elección de principio de la última ronda.
Aunque no debería sorprender si sale drafteada en la segunda, dado que en las Washington Mystics puede aportar siendo una jugadora que encajaría en el perfil de Kristi Toliver. La incógnita llegaría con la adaptación que pueda tener siendo rookie como para ganarse minutos en un contender. En el caso de tener la oportunidad, es muy probable que pueda conseguir su espacio en la rotación, pero podría ser muy complicado para ella. Las de la capital tienen la última elección de segunda ronda, por lo que tampoco arriesgan tanto haciéndolo. Como dijo Kurt Miller, el entrenador de Connecticut Sun: “Alguna elegida en el pick 20-24 podría terminar teniendo una carrera WNBA más exitosa y más larga que una de primera ronda“.
Si sale al principio de tercera ronda, es muy probable que termine con la camiseta de las Atlanta Dream. Con el primer y tercer pick es muy probable que las de Georgia piensen en ella como un posible robo del draft. Por otro lado, podría tener la posibilidad de seguir siendo compañera de Ionescu en el caso de que New York Liberty emplee su segunda elección de esa ronda en Moore. Ahí pueden llegar más dudas, puesto que es una plantilla donde ya tienen el backcourt bastante colapsado. Por lo que Atlanta o Washington parecen los destinos más viables.
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