Megan Gustafson se reivindica en unas Phoenix Mercury en busca de su identidad

 

Que la temporada de Phoenix Mercury es una auténtica montaña rusa sería quedarse corto. Un inicio convulso sin las principales estrellas Brittney Griner y Diana Taurasi, más la baja de Skylar Diggins-Smith por maternidad, llevó al dueño de la franquicia a cesar a la que había sido la entrenadora el año pasado, Vanessa Nygaard.

Tomaba las riendas Nikkie Blue como entrenadora interina y el juego del equipo mejoró, con la vuelta también de ambas superestrellas.

El récord de la nueva coach no es malo, con 4 victorias y 7 derrotas, pero la sensación del equipo cuando falta alguna de las principales creadoras de juego es preocupante.

Dos derrotas seguidas sin Diana Taurasi devuelven la preocupación a una plantilla que no termina de tomar el pulso a esta dura liga. Cambios en los quintetos, entradas y salidas desde el banquillo de jugadoras que no terminan de demostrar su potencial y demasiadas dudas de la entrenadora para suplir a sus estrellas.

En toda esta vorágine, Megan Gustafson, la jugadora con reciente nacionalidad española, empieza a encajar en los esquemas de las Mercury. En las dos últimas derrotas del equipo, Megan ha destacado con 12 y 19 puntos y muchos minutos de calidad supliendo a BG o a Brianna Turner, las auténticas titulares.

Desde principio de temporada, su rol pasaba por asumir el puesto de center, dando descanso a Griner e intentando que el equipo no se desmoronase demasiado en defensa. Si bien es cierto que suplir a BG es imposible, sus actuaciones destacaban por una intensidad superior al de otras jugadoras y sólo faltaba algo de acierto en ataque. Y vaya si ha llegado. Los últimos partidos evidencian un mejor encaje en el equipo y mejor definición. Además, en varias fases del partido ha compartido backcourt con Griner, dejando en el banquillo a Turner, destacable en defensa pero menos decisiva en ataque. Megan lucha como nadie, pelea cada balón y tiene un tiro en suspensión de bella factura. Su rango, además, es amplio y sin ser una especialista en el triple, puede anotar desde larga distancia.

La jugadora de cuarto año nunca ha tenido un rol importante en las franquicias por las que ha pasado. En Dallas Wings en 2019, su año rookie, participó en 25 partidos con 2.9 puntos por partido. El año de la pandemia apenas 1.6 puntos. Fue traspasada a Washington Mystics en las que apenas jugó 11 partidos y una media de 4 puntos. El año pasado ya en Phoenix y sin BG participó en 33 partidos pero su contribución no pasó de 3.8 puntos y 1.9 rebotes.

Sin embargo, esta temporada y contando con la presencia de Griner, sus números han aumentado considerablemente, siendo los más altos de su carrera, con 5.7 puntos por partido y 11.6 minutos de presencia en cancha.

Quizás estemos ante la temporada de su reivindicación, solo el tiempo dirá, por de pronto lleva dos partidos marcando máximos de carrera y grandes actuaciones en defensa y en ataque. A veces se tarda en llegar, aunque lo que importa es darlo todo cuando se presenta la oportunidad. Y Megan es de esas jugadoras que no desaprovechan el momento.

 

 

 

 

Imagen vía Getty Images

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