La competitividad reina en la WNBA

 

Ahora que quedan pocas jornadas para que la temporada regular de la WNBA termine, es momento de poner en situación a los 12 equipos que la conforman y hablar de lo que ya intuíamos en el mes de mayo: está siendo una temporada de récords.

Dejaremos el debate de los premios para otro artículo y nos centraremos en el impacto de las franquicias en la liga, como han evolucionado y qué mensaje se puede trasladar a los fans.

Que a finales de agosto todavía no estén conformadas las plazas de play-off y que, incluso el último en discordia, Phoenix Mercury pueda todavía acceder a la ronda final, habla maravillas del espectáculo que nos han brindado este año las jugadoras.

A día de hoy, parece complicado que las Mercury, las Fever o las Storm se puedan meter en play-off. Por diferentes motivos, están sufriendo muchísimo para conseguir victorias, aunque nunca se dejen llevar.

Las Seattle Storm después de perder a dos referentes de talla mundial como Sue Bird y Breanna Stewart, han conseguido competir gracias al salto cualitativo de Jewell Loyd que ahora mismo lidera la tabla de máximas anotadoras de la liga, intentando lo imposible, superar el registro de Diana Taurasi de 25.3 puntos por partido que consiguiera en la 2006. Casi nada.

Indiana Fever tenía un reto difícil pero no imposible gracias a la llegada de Aliyah Boston, cuyo impacto ha sido el esperado y ha elevado la competitividad del equipo. Lástima la cantidad de partidos que se les han ido en el clutch. El futuro es muy interesante para las Fever, aunque finalmente no consigan el play-off.

Phoenix Mercury ha vivido una temporada tormentosa en todos los aspectos y es casi un milagro que el equipo lleve este número de victorias (9) considerando el impacto emocional de las lesiones, la vuelta de Brittney Griner, el despido de Vanessa Nygaard y la llegada del nuevo propietario. Además, algunos refuerzos no han funcionado del todo bien y la pérdida de Skylar Diggins-Smith se ha notado y mucho en la progresión del juego. Aun así, que sigan vivas a día de hoy y no se hayan descolgado, habla muy bien de la citada competitividad de la liga. Son últimas, pero a un partido de Indiana y Seattle.

Otro equipo que está sufriendo de lo lindo es Chicago Sky. La marcha de su referente de los últimos años en el aspecto directivo, James Wade, supuso un auténtico varapalo para sus aspiraciones. Los refuerzos después de la marcha de históricas como Courtney Vandersloot o Allie Quigley, además de Candance Parker, han supuesto un soplo de aire fresco para la franquicia y si entran en play-off, será un grandísimo logro. Kaleah Copper ha cumplido en su papel de jugadora franquicia y sus números son dignos dentro de la marcha de altibajos de las Sky. Están novenas a un partido de play-off. Va a ser un tramo final de infarto para las que quieran jugar la ronda final.

El corte de play-offs lo marcan ahora las Sparks que cambiaron de entrenador a principio de temporada con la contratación de Curt Miller, el artífice de la evolución de Connecticut Sun al máximo nivel competitivo, y que con sus altos y bajos, ha colocado a las Sparks en un nada desdeñable octavo puesto con muy buenas formas en defensa, clara mejora respecto al año pasado. Veremos como se fajan contra las mejores, aunque el pasado fin de semana ya demostraron con su victoria contra las Aces que todo es posible en esta liga. El récord es de 14-18 con muy poca diferencia del octavo al sexto.

El séptimo puesto es para Washington Mystics el equipo que más altibajos ha sufrido esta temporada, ya que perdió a mitad de temporada a tres de sus titulares, Ariel Atkins, Shakira Austin y la dos veces MVP Elena Delle Donne. Demasiado para el equipo de la capital que, aun así, ha mantenido un muy buen nivel, gracias a la explosión de Brittney Sikes y Natasha Cloud, que han conseguido limitar las derrotas cuando lo normal hubiera sido un balance muy negativo con tanta ausencia. Esperamos lo mejor en este final de temporada para el que nosotros era el tercer o cuarto mejor equipo al principio. Si recuperan a Delle Donne, cualquier cosa puede suceder en play-off.

En el top seis empiezan los equipos que deberán dar la talla en la próxima ronda. Uno de ellos es Atlanta Dream, quizás la sorpresa más grande del top-8, más por el nivel mostrado por Rhyne Howard, Cheyenne Parker y Allisha Gray que por la organización y franquicia, que lleva varios años mostrando un nivel top en todos los aspectos, cuidado del equipo, del marketing y llenando noche tras noche el pabellón. Equipo muy duro, preparado para batallar y con jugadoras de grandísimo nivel (tres all-star este año) para pelear contra cualquiera.

Un increíble Minnesota Lynx se ha encaramado a lo alto de la tabla merced a un reset después de un comienzo dubitativo repleto de derrotas y presenta uno de los mejores balances tras el parón del All-Star. Napheesa Collier ha emergido como la figura dominante que sabíamos que podía ser y se ha acompañado de jugadoras que están mostrando un gran potencial (Diamond Miller, Dorka Juhász o Lindsay Allen), otras que lo han recuperado (Kayla McBride) y para nosotros presenta el roster más completo de toda la liga, con una profundidad de banquillo larguísima, en el que todas pueden dar la cara y aportar. De hecho, Cheryl Reeve acaba los partidos con quintentos diferentes a los que presenta al principio y la evolución del juego lleva a unas y a otras a tomar el protagonismo. Son quintas con un registro de 17-17, impensable al comienzo de temporada.

El equipo más mejorado y del que hemos hablado largo y tendido esta temporada es Dallas Wings, el otrora equipo de Arike Ogunbowale y que ahora es el de Latricia Trammell y su quinteto explosivo (Dangerfield-Ogunbowale-Sabally-Howard-McCowan). Si este equipo no llegara lejos en play-offs sería una sorpresa mayúscula porque ha vencido a los equipos top y presenta una de las mejores defensas de la liga. Nos remitimos a anteriores artículos para explicar el efecto de las Wings.

En el top 3 aparecen Connecticut Sun, New York Liberty y Las Vegas Aces, los tres mejores equipos esta temporada, con las tres candidatas a MVP, Alyssa Thomas, Breanna Stewart y A´ja Wilson. Poco podemos decir de los mejores ataques y defensas de la liga que no hayamos analizado ya. No ver a cualquiera de estos equipos en semis y la final sería una auténtica catástrofe para los proyectos que tan buen resultado han dado a lo largo de esta temporada. Si había dudas sobre los superequipos, han sido la competitividad de esta liga, el tremendo esfuerzo de cada jugadora y cada cuerpo técnico el que han elevado al máximo el potencial de la WNBA y si alguien pensaba que la liga regular sería de paso, se equivocaba, como ya dijimos antes de empezar. Ha sido la liga de los récords, será recordada por eso y lo que espera al acabar no hará sino elevar todavía más la categoría de mejor liga deportiva femenina del mundo.

Mucho debemos aprender de la competitividad en el deporte profesional en estos casi cuatro meses de competición, donde nadie quiere perder (las remontadas vistas son algo insólito), se lucha hasta la extenuación, la efectividad es increíble (muchos equipos anotando por encima de los 100 puntos), los porcentajes superiores al 40% en triples de muchas jugadoras (10 por encima del 40), pero también la defensa, los tapones, robos y rebotes. Las jugadoras se han exprimido, completando partidos de casi 40 minutos noche tras noche (veremos si esto no es un récord también), sabedoras de la importancia para los fans, para el público que las sigue desde sus casas de elevar el potencial al máximo para que se amplíe la liga de una vez y puedan incrementarse las ganancias (que todavía son ínfimas en comparación con Europa), Breanna Stewart rompiendo el récord de partidos de 40 puntos, Alyssa Thomas el de triples-dobles, A´ja igualando el mítico partido de 53 puntos de Liz Cambage (¿alguien esperaba esto?)…

Qué maravilloso es este deporte cuando las jugadoras se aplican y sacan todo el potencial que llevan dentro. ¡Y Lo que nos espera en el último tramo! La WNBA reina en el deporte profesional y lo demostrará hito tras hito hasta que todo el mundo se dé cuenta. Y nosotros seremos testigos del éxito.

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