El breve paso por el desierto de la Selección Española llegó a su final en el EuroBasket de Eslovenia e Israel.
La caída en el campeonato europeo del 2021 y el posterior de los Juegos Olímpicos ya quedó en el pasado. El año 2022 sin torneos fue un golpe duro, pero que sirvió para levantarse con muchísimo más impulso.
El cambio generacional cogió más fuerza que nunca en esta etapa apartadas de la competición, y a pesar de contar con leyendas en activo se empezó a ver con más claridad el paso adelante de jugadoras más jóvenes que están empezando sus andaduras con el combinado nacional.
Una gran gira de preparación dio paso al que es uno de los torneos que más marcan lo que es esta Selección. El ADN competitivo de España en su máximo esplendor.
La fase de grupos
Empecemos por el inicio del campeonato, y con el que fue un golpe de realidad que sirvió para ir construyendo todo lo que vino después.
El primer encuentro de España en el torneo fue una derrota ante Letonia, que visto en perspectiva incluso se agradece porque sirvió para que la Selección sacara su mejor versión a partir del siguiente partido. El 67-63 a favor de las letonas fue un punto de inflexión para construir a raíz de lo vivido. A pesar del partidazo de Laura Gil con un doble-doble de 20 puntos y 10 rebotes, fue un comienzo cuesta arriba. Las batallas más duras son para las mejores guerreras, y en este equipo lo son.
El segundo encuentro para las de Miguel Méndez fue ante Montenegro, con muchísimo en juego y con la obligación de ganar. El cambio de chip del primer partido a este fue muy notorio.
Ante la espada y la pared, con dos finales por delante aunque fuera la fase de grupos. Esa fue la presión que tuvo España y ante la que supo actuar para ganar a las montenegrinas por 78-57 tras reencontrarse con su mejor versión. Los 20 puntazos de María Conde fueron lo más destacadado del encuentro. Los diamantes brillan bajo presión, y eso hicieron las jugadoras españolas.
Para cerrar la primera fase llegaba el todo o nada contra Grecia. Ganar significaba ser primeras de grupo y pasar directamente a los cuartos, mientras que perder significado decirle adiós al EuroBasket y a la plaza en el preolímpico.
Un ‘win or gome home’ de toda la vida, en la que la emoción y la tensión se nota en el ambiente del pabellón. Por desgracia no era la atmósfera que se espera de un campeonato así por el poco público que había, pero aun así la cancha era una dimensión distinta y todas estaban centradas en el objetivo que era ganar, ganar o ganar.
España logró la victoria contra Grecia por 76-60 tras una exhibición defensiva, como estaba empezando a ser costumbre desde ese momento. Ese día la máxima anotadora fue Queralt Casas con sus 16 créditos, mientras que la máxima asistente con 6 pases de canasta fue Cristina Ouviña.
Con un récord de 2-1 y como primeras de grupo, las españolas esperaban rivales de los clasificatorios para cuartos de final mientras se tomaban un merecido descanso para recuperar fuerzas de cara a la parte más importante del torneo.
Después de el oscuro verano de 2021 y haberse perdido el Mundial, la Selección volvió a ilusionar a todo un país.
El partido contra Alemania
Luces, cámara y acción. El momento en el que no puedes permitirte una derrota llegó para España en un enfrentamiento contra una de las revelaciones del campeonato.
Alemania, liderada por jugadoras conocidas de sobra en la Liga Femenina Endesa como Leonie Fiebich y Marie Gülich, llegaba tras dar un buen nivel durante todos sus partidos. Pero en unos cuartos de final y contra España es un escenario distinto, y las alemanas lo sufrieron.
Un parcial de 20-7 a favor de las españolas dejó claro desde el comienzo del partido que una vez llegadas a estas alturas no iban a dejar pasar la oportunidad de luchar por una medalla.
El tiempo fue avanzando, pero España no bajó los brazos en defensa ni paró su producción ofensiva para quedarse con un marcador de 67-42 que les aseguraba estar en la fase de clasificación para los Juegos Olímpicos de París en 2024.
Laura Gil, que volvió a firmar un doble-doble, fue la más destacada en esta victoria tan cómoda de las españolas. La murciana hizo 13 puntos y 11 rebotes para liderar a las suyas.
La siguiente parada era el enfrentamiento contra Hungría en el que estaban ya rozando las medallas con la punta de los dedos.
Unas semifinales para soñar
La Selección Española estaba ante el reto de ganar un partido de 40 minutos que le aseguraba llevarse el oro o como mínimo la plata en el EuroBasket.
El encuentro, como no podía ser distinto, estuvo muy igualado pero con España manteniéndose encima en el marcador gracias a una gran Alba Torrens que estaba teniendo el día en el que todo lo que salía de sus manos acababa en canasta.
Las húngaras plantaron mucha cara, incluso en el tercer cuarto llegaron a tener a España un poco contra las cuerdas. Como era de esperar en unas semifinales de un campeonato así, la derrota iba a venderse muy cara por parte de cualquier país.
Las jugadoras entrenadas por Méndez siguieron trabajando muy bien para conseguir mantenerse por encima y ver cómo se acercaba la final en el horizonte con el paso de los minutos.
El gran partido de Torrens junto a Maite Cazorla, siendo las más destacadas, unido al gran juego colectivo hizo que España volviera a lo más alto.
Sky is the limit para un equipo con tanta garra, tanto talento, tanta competitividad y, sobre todo, tanto corazón.
En la final la moneda salió cruz, pero aun así España siempre da la cara
Ante las favoritas. Ante la jugadora más destacada del torneo. Es un escenario muy complicado, pero perfecto para que España demuestre su carácter.
La Selección a corazón no pierde contra nadie, y desde el inicio del enfrentamiento contra Bélgica se notó.
Una vez el balón sale de las manos del árbitro y empieza a correr el tiempo, el contexto queda atrás y sólo queda el presente. Y España lo aprovechó dando un golpe encima de la mesa estando por encima en el marcador la primera parte.
Una Emma Meesseman que venía siendo imparable partido tras partido, se estaba viendo ante una defensa implacable. La estrella belga llegó al descanso con 10 puntos y un 4/10 en tiros de campo, mientras que España estaba siendo liderada en anotación por Queralt con sus 11 puntos.
España llegó al descanso ganando por 32-25 y con más motivos para soñar que en cualquier otro momento del campeonato. Fueron 20 minutos que se hubieran firmado desde antes de empezar.
Pero no podían bajar los brazos y tenían que seguir con la misma constancia para poder convertir el sueño en una realidad.
Bélgica siguió luchando y dándolo todo en el tercer cuarto, quedando todo en juego con 10 minutos por delante y solo 5 puntos de ventaja para España.
Después de seguir dejándolo todo en la pista, las belgas llegaron a ponerse por encima y dejar en jaque a las españolas cuando solamente quedaban acciones contadas para llegar al pitido final.
España tuvo el oro en las manos, pero finalmente unas jugadas de Bélgica que dieron la vuelta al partido hizo que no fuera posible poner el broche al campeonato.
La Selección se quedó a las puertas del oro, pero lograron una plata que las devuelve al lugar al que pertenecen; a lo más alto del baloncesto europeo.
«Ahora es muy doloroso, pero hay que sentirse orgullosas» decía Queralt en la rueda de prensa posterior a la final. Y no se puede definir mejor el sentimiento que queda tras hacer este torneo.
Algo más importante que la medalla
Obviamente estar segundas en el podio del EuroBasket es algo que tiene muchísimo valor, pero lo que hizo este equipo para volver a lo más alto va mucho más allá.
Hicieron todo lo que estuvo en su mano para que los veranos de los años atrás quedaran en el olvido y volviéramos a la normalidad de conseguir medallas.
La Selección nos ha tenido mal acostumbrados durante mucho tiempo, ganando medallas en prácticamente todos los torneos en los que participaban. Y cuando parecía que esa hegemonía iba a llegar a su final, ellas vuelven a demostrar qué el baloncesto femenino en España es algo muy especial.
El ejercicio de resiliencia y trabajo para salir del bache y resurgir como un Ave Fénix ya es parte de nuestra historia. Vivimos un capítulo diferente a los habituales, pero que acabó como siempre, con España en un podio.
Todas y cada una de las jugadoras que hicieron esto posible se merecen el máximo agradecimiento que podamos darles. Se dejaron la piel y el alma. Solo se puede decir GRACIAS.
Ellas acabaron entre lágrimas, pero hicieron que todo un país estuviera orgulloso de lo que lograron.
Imágenes vía FIBA