La WNBA comenzó a finales de los años 90’s, con las Houston Comets dominando la competición. Durante esas primeras temporadas, pacería impensable que otra franquicia pudiera levantar un título de campeonas.
En la ciudad de Seattle se encontraban a la espera de una expansión de la liga, en donde un equipo llegara a promover el deporte femenino en la ciudad. Fue en el año 2000 donde las Storm terminarían todos los procesos de unirse a la WNBA, pero sin demasiado éxito deportivo en la primera aventura.
Con un récord de 6-26 quedó claro que esa plantilla con la que se formó el equipo no era suficiente como para poder competir al máximo nivel. Por desgracia, en esa época no se tenían las posibilidades de mercado de la actualidad. La evolución debería ser a fuego lento y pensando en las jóvenes que irían entrando en la liga desde la universidad.
Los malos resultados de su primera temporada permitieron a las Storm tener una buena elección en el Draft 2001. Aunque realmente en esa generación con cualquier pick de primera ronda existían grandes posibilidades de llevarse un buen talento. Seattle se quedó en la primera elección con Lauren Jackson, pero por detrás de ella salieron otras como Tamika Catchings, Jackie Stiles, Ruth Riley o Penny Taylor.
¿Qué hubiera pasado si la elección hubiera sido otra? ¿Sin Lauren podrían haber construido el proyecto que hicieron? Son cosas que quedaran siempre abiertas para la imaginación de los seguidores.
Las Storm vieron en la australiana una jugadora franquicia para construir el futuro, y su nivel como novata fue impresionante. Hizo 15.2 puntos, 6.7 rebotes, 1.9 robos y 2.2 tapones, siendo una jugadora con un perfil muy similar a Elena Delle Donne en cuanto a aportación en diferentes aspectos del juego teniendo una gran estatura.
Aunque Jackson hubiera conseguido un buen rendimiento, no llegaron a los playoffs y fueron de los peores equipos de la liga. Por suerte otra vez, volvieron a tener la primera elección para hacerse con Sue Bird. Una base formada en las UConn Huskies y que llegaba con mucha proyección para acompañar a Lauren como la pareja que pusiera a Seattle en el mapa.
En el 2003 hicieron el siguiente fichaje importante para el proyecto después de las jugadoras estrella. Una vez teniendo activos sobre la cancha hizo falta conseguir quien estuviera a los mandos de la nave. La entrenadora Anne Donovan fue la encargada de ello.
La combinación de estas jugadoras no tardó en hacer efecto. En la temporada 2004, las Storm consiguieron un récord de 20 victorias y 14 derrotas, ganándose una plaza en los playoffs. La primera ronda sería contra las Minnesota Lynx, siendo un cruce sin muchas dificultades a diferencia de lo que podría ser jugar ante ‘Minny’ en otras ocasiones. El verdadero reto llegó contra Sacramento Monarchs, un prometedor equipo en el Oeste que le hacía competencia a las emergentes Storm.
Las Finales de Conferencia contra Sacramento fueron muy ásperas, teniendo que jugarse un tercer partido en la serie antes de conseguir el pase a las Finales. Una camino que no fue de rosas, pero que pudieron atravesar de la mano de Jackson y Bird, además de Betty Lennox a quien habían firmado por el draft de dispersión de Cleveland Rockers. Era una época de mucha inestabilidad económica en la liga, por lo que varias franquicias desaparecían.
En esa temporada 2004, las de Seattle consiguieron llevarse el campeonato con unas jóvenes Lauren y Sue que empezarían a construir su legado en la WNBA. Aunque pasaría más de un lustro hasta su siguiente anillo. Fue en el 2010 cuando las Storm volvieron a ganar, siendo esta vez Jackson quien recibiera el premio a MVP de las Finales que no pudo conquistar en el primer título por su falta de experiencia en partidos importantes.
Tras la retirada de Lauren en 2012, se quedaron unos años donde Sue buscaba una nueva pareja de baile. Pasaron las temporadas y no llegaba esa juagdora, por lo que tocó volver a pensar en el plan de principios de siglo. De nuevo había que poner la mirada en el draft para buscar jóvenes que permitieran un futuro mejor en el equipo.
En el Draft 2015 llegó Jewell Lloyd, quien no las salvó de tener el peor récord de la liga pero fue la mejor novata de al año. Solo un año después llegaría la jugadora que volviera a poner a Seattle en la élite del baloncesto: Breanna Stewart. Después de dominar la NCAA con las Huskies, siguió los pasos de Sue siendo elegida en la primera elección por las Storm.
El 2017 sería una temporada de transición, pero quedaba mucho trabajo por hacer hasta convertirse en contenders al anillo de nuevo. La temporada siguiente Bird, Loyd y Stewart fueron llamadas al All-Star, y todo parecía poniéndose cuesta abajo para que pudieran terminar ganado el que sería el tercer título de Sue.
Con 20 puntos, 8.8 rebotes, 2.5 asistencias, 1.3 robos, 1.4 tapones y solo 1.7 pérdidas de media, Breanna fue nombrada la MVP y las Storm llegaban a los playoffs como unas de las favoritas a llevarse las Finales. Aunque antes tendrían que competir con las Phoenix Mercury en una serie que se alargaría hasta cinco partidos con una actuación histórica de Diana Taurasi en medio. Con 24 puntos de media, ‘Stewie’ fue la mejor de la eliminatoria y llegarían a un último desafío.
Desde el 2010 no llegaban a las Finales, y las Washington Mystics las esperaban como las rivales que tendrían que pasar por encima para ganar un campeonato casi una década después. Breanna hizo de nuevo una gran serie y fue nombrada la FMVP a una corta edad, a diferencia de como ocurrió en su momento con Lauren Jackson.
Ahora quedan muchos cabos sueltos que atar para que Sue conquiste su cuarto anillo, siendo la mitad con cada una de sus parejas de baile. Depende de si existe la temporada 2020, de la forma en que regrese Breanna de la lesión y la competitividad que existe entre tantos proyectos contenders. Es por ello que la baja de Stewart en el 2019 se quedará como un gran ‘what if’, sobre todo pensando desde el lado de Bird.
Por suerte para Sue, la plantilla de las Storm con nuevas incorporaciones como Jordin Canada es muy apta para competir en el caso de jugarse este año. También la base de 39 años ha confirmado que estará en los Juegos Olímpicos de 2021, por lo que se espera que también en la WNBA para tener otra oportunidad más por el anillo.
Pase lo que pase, Bird tendrá mínimo una oportunidad de emular lo hecho con Lauren al lado de Breanna con otro anillo en esta época moderna de Seattle en la que no existen los SuperSonics y tienen toda la atención de la ciudad.
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