Liz Cambage, ¿la villana que necesitaba la WNBA?

La mejor liga de baloncesto femenino del mundo lleva ya un cuarto de siglo en rodaje, y se han establecido algunos roles en la historia. Aunque siempre ha faltado una especie de villana que haga el papel de generar polémicas fuera de las canchas.

Es un factor totalmente aislado del baloncesto, pero como entidad a la WNBA para que hablen más de ella le viene bien. En general, las rivalidades siempre han generado expectación en cualquier ámbito. Solo hay que recordar como Magic Johnson y Larry Bird resucitaron a la NBA con sus duelos, o fuera del deporte los conflictos de Tupac y Biggie son lo más conocido de la historia de la música urbana.

En los playoffs 2019, Liz Cambage empezó a ganarse el título de ser la gran enemiga pública que hacía falta en la competición. Después de ir perdiendo la serie contra las Washington Mystics por 2-0, la australiana atacó con el trash talking.

Las Vegas Aces se jugaban el pase a las Finales de una manera complicada, teniendo que remontar la eliminatoria sabiendo que estaban a una derrota de quedarse fuera. Aunque soñando con forzar el quinto encuentro.

En el tercer partido, Cambage consiguió dominar con 28 puntos y siendo la reina absoluta de la pintura. Una demostración de ser una de las mejores interiores de la liga, y que en Washington lo tenían difícil para frenarla si estaba enchufada. «Tienen cuatro pequeñas protegiéndome. Si no puedes manejarlo, entra a la sala de pesas o deja el puesto«, dijo la estrella de Las Vegas en la rueda de prensa al terminar su partido con un 12 de 15 en tiros de campo.

 

Un comentario al que Shatori Walker-Kimbrough respondió en Twitter citando el vídeo de Liz con un «jajaja«, dando por hecho que tenían la serie en la palma de su mano y que no habían perdido partidos consecutivos desde julio. Por lo que no tenían presente que esa fuera la primera vez.

Este mensaje de Liz se quedó grabado en la mente de algunas de las jugadoras de las Mystics. En concreto en Natasha Cloud y Myisha Hines-Allen, quienes subieron vídeos a sus historias de Instagram haciendo flexiones. Por lo que Cambage consiguió lo que se propuso, mermar psicológicamente a sus rivales para intentar que estuvieran más enfadadas que centradas en el cuarto partido.

El siguiente encuentro cerró la serie para Washington, pero sin conseguir frenar a la interior de las Ases que terminó con 25 puntos y 12 rebotes. Algo a lo que Cloud, de nuevo como siempre que se le da la oportunidad, salió en redes sociales a echar más leña al fuego. En este caso saliendo a defender a su compañera, LaToya Sanders. Una jugadora de 6’2 pies de altura que tuvo que medirse a Cambage y sus 6’8 todas las noches.

Incluso la propia franquicia de las Mystics contestó a Liz por su comentario. Desde la cuenta oficial del equipo, publicaron un vídeo de las jugadoras en la sala de pesas, haciendo referencia a que habían cogido el consejo que les había dado su rival.

 

 

Por el otro lado, Bill Laimbeer estaba encantado de la forma en la que su jugadora estaba tratando la situación. «Cambage era correcta«, dijo el entrenador para The Athletic. Aunque Cloud lo vio de una forma diferente. Es una jugadora que no suele callarse las cosas, y con la tensión añadida de unos playoffs no sería menos.

«No la escuchamos en los primeros dos juegos cuando Emma Meesseman metió 57 puntos. Todo ese trash talking no nos afecta realmente. Simplemente agrega combustible al fuego«, dijo Natasha Cloud.

Y es que el nivel defensivo del tercer partido de las Aces fue imposible de repetir en el cuarto. Detener a Elena Delle Donne sin que Emma Meessema estuviera liberada no fue sencillo. Lo consiguieron una vez, pero replicarlo fue misión imposible. Kristi Toliver aseguró que las Mystics llevaban a ese ritmo toda la temporada, y que por un trash talk de Cambage no iban a cambiar la dinámica.

«Ella quería tener buena actitud, y provocó un berrinche por un momento, pero creo que lo superó una vez que se llamó a un tiempo de espera y pudimos mantener la paz. Pero yo estaba como: Liz, relájate» dijo  Kristi Toliver.

Y no es el primer escenario similar en el que la estrella de Las Vegas se ve involucrada. Ha tenido otros episodios, como contra Chicago Sky en donde lo ocurrido en la pista terminó yéndose a las redes sociales. Un conflicto con Cheyenne Parker que terminó con la jugadora de Chicago gritando «no me toques» mientras Liz solamente se quedaba mirando con una cara de falsa sorpresa que aún encendió más a las jugadoras de las Sky.

Contra Los Angeles Sparks hay otro momento a recalcar y bastante similar. Al acabar el encuentro, Kalini Brown dijo sobre Cambage: «Ella me dijo que me iba a sacar el pelo, simplemente no pensé que realmente lo haría«. A lo que Liz respondió: «No mientas, primero le pregunté a los árbitros, luego a tus compañeras de equipo, luego a ti para que te recojas el cabello después de que me enredara y me azotara en la cara 5 veces«.

 

El lado más justiciero de Cambage

Aunque hay otra faceta de Cambage que la hace una villana dentro de la WNBA, pero una justiciera para el baloncesto femenino. Hay que recordar a principios de este 2020 cuando Marcus Morris usó el término ‘tendencias femeninas’ para referirse a Jae Crowder. Algo a lo que fue Liz quien dio una lección al jugador de la NBA para que reflexione las cosas antes de publicarlas, y a lo ante lo que Marcus se disculpó.

 

 

Morris utilizó palabras que no gustaron mucho a las jugadoras, y fue Cambage quien se encargara de la situación en nombre de todas. Referirse al baloncesto como un deporte de hombres es algo que quedó en el primer lustro de los años 90’s en los Estados Unidos.

Liz, aunque se pueda convertir en una jugadora contra la que se haga incómodo disputar eliminatorias por su personalidad y juegos mentales, no deja de ser una gran defensora de la igualdad en el deporte. Por lo que el papel que tiene en la WNBA es más que importante en diferentes aspectos, y debe de seguir este camino para seguir siendo un gran aporte a la liga.

 

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