Ya se ha conocido una estimación de los planes que tiene la comisionada Engelbert de cara a plantear la temporada 2020. Ha sido un año donde concretar todo ha sido muy complicado, pero poco a poco se ha conseguido ir dando forma a un formato lo más realista posible.
Tener toda la temporada completa en la WNBA es algo importante de cara a los ingresos televisivos, y más sin contar con las entradas de los aficionados, pero es algo inviable teniendo en cuenta la necesidad que tienen las jugadoras de tener su segundo contrato jugando fuera de Estados Unidos.
La primera fecha que se ha puesto sobre la mesa es el 24 de julio, la cual queda muy lejos de cuando debería haber empezado. A mitad de mayo se debería haber estado en las canchas, pero no haber podido ha hecho que la temporada regular sea imposible de realizar con los 36 juegos que se pensaban.
Cathy Engelbert y su equipo de especialistas piensan en la cifra de 22 partidos, sin tener aún conocimiento de como serán los playoffs. Algo que si sabemos es que coincidir en calendario con el extranjero tiene que ser algo que se evite a toda costa. A nivel económico es vital para gran parte de la liga tener ese segundo ingreso, aunque eso signifique no descansar en todo el año en muchas temporadas.
Aunque haya mejorado la situación económica en la liga, sigue siendo necesario para las jugadoras tener que compaginar sus veranos en la WNBA con pasar el resto de meses compitiendo en Europa, China o Australia.
Por otra parte, y pudiendo ser un factor positivo o negativo depende de cuando se concrete todo, las competiciones europeas como la primera división de España no tienen aún fecha de regreso. Desde el punto de vista de no tener extrema prisa por acabar la WNBA antes de que empiecen puede parecer buena noticia. El problema podría llegar con sacar las fechas con poco margen de maniobra para que las jugadoras terminen una competición y empiecen con la siguiente a tiempo.
Un escenario que puede darse es que muchas lleguen tarde a unirse a sus equipos del extranjero, dado que se plantea complicado que antes de septiembre se puedan terminar los playoffs sin tener las semanas muy colapsadas de partidos.
La Liga Femenina Endesa empezó el 28 de septiembre el año pasado, por lo que con una fecha similar desde la WNBA podrían tener mucha comodidad para hacer el formato habitual para decidir las campeonas. Sumando la regular y los playoffs, teniendo en cuenta que las series pueden ser de diferentes duraciones, se puede calcular que se jugarán un total de 30 partidos aproximadamente por las franquicias que lleguen a las Finales.
Contamos con que en 60 días tendrán que jugarse partidos día si y día no. Algo que se hace similar a la temporada que se esperaba con los Juegos Olímpicos en julio. La suspensión de ese evento hasta 2021 ha sido clave para que la WNBA y el extranjero puedan mantener su ciclo natural para beneficiar a las jugadoras.
Por suerte, al ser una competición tan corta de cara al futuro no existirán problemas como en otras ligas. La temporada que viene lo más probable es que se utilice el modelo que se tenía para jugar este año antes de la pandemia. A mitades de mayo 2021 ya el calendario de la WNBA volverá a la normalidad, a no ser que luego se atrasen las competiciones europeas.
Efectos a largo plazo
Un factor importante de cara al futuro es que las jugadoras regresen del extranjero lo antes posible. Van a tener Juegos Olímpicos en Tokio, por lo que empezar pasada la fecha que se espera puede ser un problema. Jugadoras importantes como Diana Taurasi o Sue Bird tienen como objetivo estar en Japón el verano de 2021, y quizá eso pueda ser un riesgo para la WNBA en el caso de no poder iniciar en mayo.
El equilibrio que tiene que conseguir tener Cathy Engelbert con respecto a los otros países es uno de los principales motivos que hacen tan complicado cuadrar bien todas las fechas. Además de eliminar los extras que no sean totalmente necesarios para poder jugarse. Uno de ellos son los training camps, los cuales dejaron fuera a muchas jóvenes sin la oportunidad de jugar.
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En el peor de los casos lo que puede ocurrir es que al alargarse la WNBA hasta el comienzo de las ligas extranjeras, las jugadoras se perderán algunas semanas. Un escenario que es probable que se repita luego en mayo en el caso de que se empiece a jugar en Estados Unidos antes de terminar el resto.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que Cathy Engelbert piensa en lo mejor para lo suyo aunque eso pueda no ser del todo beneficioso para las otras ligas. Su plan es colocar la WNBA en el lugar más alto posible, en todos los sentidos incluyendo el juego, la economía y el apoyo de los fans. Algo por lo que reducir aún más el calendario puede ser un gran retroceso en sus planes a largo plazo. El problema es que por cuestión de salarios puede haber jugadoras que en el caso de tener que elegir entre una u otra prefieran estar unos años en Rusia o China por tener más ingresos. Por lo que realmente lo mejor para la WNBA es seguir buscando los malabares para estar adaptadas al resto.
Es un tema muy delicado, dado que cualquier decisión puede afectar a muchas jugadoras, equipos y competiciones. Aunque como dijo Dearica Hamby hace poco en una entrevista, lo que hacen es un trabajo para las nuevas generaciones y quizá en algún momento llegue el punto en el que las jugadoras no necesiten de diferentes contratos simultáneos para tener mayor seguridad económica. Quizá algún día la decisión de jugar en un lugar u otro sea por amor al deporte y no por cuestiones salariales. Puede que falte mucho, pero poco a poco se han ido viendo muchas mejoras importantes.
https://elperimetro.es/2020/06/01/a-que-ritmo-economico-evoluciona-la-wnba/
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