El fin de una era y el comienzo de otra

Hay jugadoras que se hace prácticamente inconcebible imaginarlas cambiando de equipo, pero el tiempo nos ha enseñado que aunque nadie lo espere ocurre. Uno de los movimientos recientes que más ha marcado fue Seimone Augustus abandonando Minnesota Lynx para irse a Los Angeles Sparks. Y ahora han sido las californianas las que han perdido de alguna manera un trozo de su historia.

La salida de Candace Parker del equipo de toda su vida adulta ha sido muy llamativa, y hay que tomarse mucho tiempo para asimilar que la veremos con otra camiseta. Por si estos últimos 365 días no han sido raros, todavía se siguen sumando más cosas que nos alteran y forman parte de la nueva normalidad.

La leyenda de la entidad angelina ha puesto fin a una etapa de 13 temporadas en las Sparks donde ha besado la gloria tanto en lo individual como en lo colectivo. Ha sido, no solamente una de las caras del equipo sino, una de las mayores representantes de la WNBA en toda la última década e incluso desde antes.

Angel McCoughtry decía hace poco que si se organiza un partido de la liga en África tendría que estar LA porque todo el mundo allí conoce a Candace, así que eso simboliza bien el párrafo anterior.

Su marcha de Los Angeles ha sido, entre otras cosas, condicionada por querer jugar sus últimas temporadas cerca de su ciudad natal para tener de forma habitual a sus cercanos en las gradas. Ese motivo ha hecho a CP3 acercarse a las Chicago Sky para regresar a Illinois, donde empezó todo para ella en su larga y bonita historia con la pelota naranja entre las manos.

Cuando pasen los años y miremos atrás recordando este momento, sabremos que hemos vivido uno de los mayores bombazos en el mercado que se han dado en las décadas de existencia de la WNBA.

 

 

Candace llegó al equipo angelino en el 2008, ganando el MVP en su temporada rookie dejando claro que se había vestido de oro y púrpura para hacer grandes cosas. Desde que era jugadora de las Lady Vols que se le veía especial y no necesitó sino unos meses de profesional para demostrarlo.

Año tras año con las Sparks dejó comprobado que era un talento generacional, y que su nombre iba a estar grabado para siempre en los libros de baloncesto como una interior muy diferente. El dorsal 3 de Los Angeles es algo que, a pesar de su salida, debería quedar como algo sagrado tras media vida entregada en la cancha del Staples Center para intentar traer todos los éxitos posibles hasta dentro de las paredes del pabellón.

En el 2016 incluso llegó un campeonato a las vitrinas californianas después de muchos años de sequía, con Candace siendo la líder de un vestuario que será recordado por haber derrocado a las legendarias Lynx de Maya Moore y Cheryl Reeve por un apretado 3 – 2 en las Finales.

Ahora le toca un escenario completamente diferente, ya que Chicago no busca en Parker volver a ganar un anillo sino conquistar el primero de su historia. Una gran responsabilidad, pero con las ganas de competir que mostró la estrella interior tras su eliminación contra Connecticut Sun en los últimos playoffs deberían tener un buen feedback en ese aspecto la jugadora y la filosofía de su nuevo equipo.

En las Sky han conseguido oro durante esta agencia libre con esta contratación, aunque hayan tenido que dejar escapar a una jugadora de mucho nivel como Cheyenne Parker que además venía de dar su mejor nivel en la burbuja.

 

 

Contar con CP3 es una noticia maravillosa para las Sky en todos los sentidos, pero sobre todo porque suple las mayores carencias que tuvieron la última temporada: Falta de ideas y presencia en la pintura para defender.

La actual DPOY tiene un gran impacto ofensivo con su habilidad anotadora y su gran capacidad de organizar a las compañeras, pero defensivamente tanto en la zona como en el perímetro va a ser vital para que James Wade sueñe con tener un título de campeón como head coach en los próximos años.

Desde la era de Elena Delle Donne como líder de Chicago que las opciones de un campeonato no han sido muy habituales en Illinois, así que ese testigo que habían heredado Courtney Vandersloot y Allie Quigley ahora pasará a Candace teniendo a la pareja de exteriores como sus principales escuderas.

En Bradenton, a pesar de las ausencias de muchas estrellas en distintos equipos, las Sky no fueron capaces de llegar a las segundas Finales de su historia. Por lo que era necesario dar un salto de estatus tan importante como han hecho consiguiendo a una All-WNBA perenne.

También hay que recordar que Azura Stevens sufrió una lesión en la rodilla que puso fin a su temporada, y tanto ella como Diamond DeShields por motivos personales abandonaron la burbuja antes de tiempo. Un duro golpe que afectó mucho a las aspiraciones que tenían en los playoffs.

 

 

Parker junto a Vandersloot y Quigley forman un big three de All-Stars, lo que potencia mucho el proyecto. Aunque lo hace a corto plazo ya que todas son veteranas, a pesar de que la base se encuentre más en el limbo.

Unas de las principales jugadoras de la plantilla de Wade serán Candace y Allie cerca de cumplir los 35 años, algo que obliga a rendimiento inmediato con una adaptación rápida de la nueva estrella. Ambas han mostrado un gran rendimiento en las últimas temporadas, pero nada dura para siempre. Ver a CP3 con la camiseta de Chicago va a ser una gran muestra de ese refrán.

El escenario parece idóneo para los últimos coletazos de una leyenda, y por fin se alejará de las polémicas con el entrenador de Los Angeles que la han acompañado durante sus últimas participaciones en los playoffs como una carga en su espalda.

 

 

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