16:15 de una tarde lluviosa en Ferrol. El cielo y el mar, grises, observan como cientos de personas se arremolinan a las puertas del pabellón de A Malata. Al otro lado, las jugadoras se preparan para el partido. Las anfitrionas saben que, si consiguen la victoria, harán saltar de alegría a las 2700 personas que allí se congregan.
El ascenso está a 40 minutos de distancia. Con tres jornadas por jugar, ni siquiera es necesario ganar ahora, pero el equipo quiere hacerlo delante de su afición −no como dos años atrás, en Leganés, lejos de casa y todavía en pandemia−.
Soriano, Mungo, Gómez, Fequiere y Allen son las primeras en saltar a la cancha. En el otro banquillo, el del Real Canoe, son Rodríguez, Claudia Gómez, Noix, Baeza y Roldán las que salen a pista. Ambos equipos comienzan con mucha intensidad, a pesar del desacierto en el tiro de las madrileñas. Es el parcial inicial de 9-2 a favor de las locales el que marca las distancias entre ambos conjuntos.
El segundo cuarto les sirve a las gallegas para agrandar la diferencia en el electrónico. De un paupérrimo 16,7% desde el perímetro en los primeros diez minutos (1/7 en T3 frente a 7/15 en T2) a un flamante 60% (6/10) en el siguiente periodo, con una Claudia Soriano pletórica (3/4 en triples en el segundo cuarto). Todo un festival triplero ante un público entusiasmado, con ganas de fiesta.
El conjunto dirigido por Lino López, toda una institución a día de hoy en Ferrol, no dejó opción a su rival. Las del Canoe, mermadas debido a la escasa rotación disponible, no pudieron sino intentar aguantar el aluvión de puntos de las gallegas, aunque con escaso éxito. Aupadas por los tambores y palmas de la afición, las locales se adueñaron del rebote (43 rechaces capturados frente a los 21 del Real Canoe al final del partido) y defendieron con uñas y dientes, en un encuentro en el que los colegiados permitieron mucha fluidez en el juego.
Hacia el final del partido, los cánticos de celebración ya se dejaban oír en A Malata. Sin embargo, el conjunto departamental no se relajó en ningún momento. Nada más lejos de la realidad. A falta de siete minutos para el final, Mataix y Soriano eran aclamadas por el público tras una acción en la que ambas acabaron por los suelos intentando apresar una bola perdida. Esta, por supuesto, acababa en canasta al contraataque de las ferrolanas.
Y, al fin, sonó la bocina tras 40 minutos de disfrute en tierras gallegas. Objetivo cumplido. Todo el equipo, eufórico, entró en pista para bailar, gritar, saltar e incluso cantar, siempre de la mano de su querida afición. Próxima parada, Liga Femenina Endesa.
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— El Perímetro (@ElPerimetro_es) March 25, 2023
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Imagen vía: Baxi Ferrol