Los primeros destellos olímpicos de una estrella en construcción
Los habituales años de espera de unos Juegos Olímpicos a los siguientes se vieron aumentados debido a la pandemia que cambió el planeta, como también cambió el destino a corto plazo de Raquel Carrera.
La joven gallega siempre ha apuntado maneras para llegar muy lejos en su carrera, pero la última temporada con el Valencia Basket fue la confirmación de que ser una promesa es parte del pasado. A pesar de tener una edad tan corta como haber nacido en el año 2001, está lista para ser importante en su club y en el combinado nacional.
En el 2020 no hubiera tenido la oportunidad de estar en Tokio compitiendo con la Selección, así que el año donde el mundo pulsó el botón de pausa sirvió para acelerar su ciclo olímpico. La proyección era para estar en los de París en 2024, pero su llamada olímpica llegó de forma prematura.
A los 19 años ya sabe lo que es jugar un EuroBasket llegando incluso a ser titular en un partido y también sus primeros Juegos disputando más de un cuarto en cada encuentro de la fase de grupos. Hay muchas jugadoras que están toda una carrera para llegar a estar en el mayor evento deportivo, por lo que tiene mucho valor lograr una participación dando los primeros aleteos fuera del nido.
Desde su explosión en la EuroCup hasta hoy, Carrera se ha convertido en uno de los principales fenómenos del baloncesto femenino mundial. No solamente se queda en Europa, ya que fue elegida como la española en un pick más alto de la historia de la WNBA. Su llegada a Japón con la Selección es solamente la parte de arriba de una pirámide que lleva meses construyéndose a una velocidad vertiginosa.
Parece que fue ayer el domingo 11 de abril cuando metió los tiros libres contra Reyer Venezia para conseguir el primer título de la historia del equipo taronja. Y es que realmente solo han pasado 114 días desde ese partido hasta cuando se publica esto, lo que pasa es que han sido muy intensos ya que ha tenido la atención que se merece un caso tan especial como el suyo.
Esos encuentros ante Flammes Carolo y el equipo italiano en la EuroCup fueron el momento de despegue de Raquel, empezando a vivir en la órbita de ser una futura estrella. Su potencial es lo que demuestra. En las semifinales contras las francesas terminó sumando 22 puntos, 8 rebotes y 27 de valoración siendo la más destacada en números mientras que en la final todos sabemos lo que ocurrió además de sus 13 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias y 17 de valoración.
No debe ser fácil vivir con tanta presión y expectativas después de que Valencia la haya fichado por varias temporadas siento tan joven y haber explotado tan rápido, pero ella sigue respondiendo igual. Parece tener la mentalidad necesaria para acompañar a su calidad y conseguir llegar muy alto.
Con su 1’90 de estatura tiene un gran físico que se suma a unas muy buenas cualidades, haciendo que sea perfecta para este deporte. Desde inteligencia para saber leer lo que ocurre en la cancha hasta habilidad para definir jugadas de cara a canasta desde un amplio rango de acción y bajo presión. El abanico de cosas que hacen especial a Carrera es muy amplio y todavía tiene un irrisorio tiempo por delante para seguir demostrando más mientras crece como jugadora hasta llegar a su madurez baloncestística.
No es habitual una joven de 19 años teniendo una presencia con tan buen aporte defensivo jugando contra algunas de las mejores rivales del mundo. Es cierto que no tiene un rol protagonista muchas veces sobre todo en la Selección, pero las sensaciones que ha dado Carrera han sido buenísimas en casi todos los minutos que ha tenido en la cancha en lo que llevamos de 2021 ya sea con el Valencia o con España.
Sus primeros pasos en los Juegos Olímpicos
En los primeros partidos de España la participación de Raquel se quedó en 35 minutos repartidos en las citas contra Corea, Serbia y Canadá. Una primera toma de contacto con la competición olímpica donde anotó 12 puntos y capturó 5 rebotes yendo de menos a más. Sin una explosión como en la Final Four europea con Valencia, pero cogiendo cada vez más confianza en un escenario tan grande como los Juegos.
Debutó con 2 puntos, luego anotó 4 ante las serbias y terminó en los grupos con 6 frente a las canadienses en solamente 10 minutos en la pista. Unos números aceptables para su edad, su rol y su inexperiencia en la competición, pero fuera de las estadísticas ha dejado muy buenos destellos de su gran inteligencia a la hora de moverse por la pista.
Es una joven que muchas veces juega como si llevara los años que tiene de vida dedicándose al baloncesto. Su IQ natural no es nada habitual, y menos es una jugadora de su estatura. Tiene la materia prima para que durante esta década se hable mucho de ella temporada tras temporada y verano tras verano.
Sus primeros Juegos siendo tan joven se traduce en que cuando lleguen los de París en 2024 tendrá 22 mientras que a los siguientes en los Estados Unidos llegará con 26, luego a Australia con 30 y si alarga su estancia en las pistas de forma profesional incluso llegaría a poder ir con 34 y quien sabe si 38. Esto significa que estamos ante los primeros pasos de una trayectoria olímpica que puede ser muy larga y brillante.
Imágenes vía: FIBA
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