Antes de empezar la temporada ya nos hacíamos ilusiones con ver al Valencia Basket usando un quinteto con Cristina Ouviña, Queralt Casas, Alba Torrens, Rebecca Allen y Raquel Carrera. El dúo de confianza en el exterior, el fichaje estrella de la liga, una australiana que ya es de la casa y una de las interiores con más potencial en el mundo. Todo parecía demasiado bonito para ser verdad y más poder tenerlo en la Liga Femenina Endesa.
Ahora, una vez comenzado el curso, se está viendo algo muy distinto a lo esperado. Torrens todavía no ha podido jugar, Allen se lesionó en el Mundial con su país y Ouviña también se quedó alejada de las pistas tras la segunda jornada.
En el Valencia van a tener que saber sobrevivir sin un tridente de jugadoras de primer nivel, probablemente las mejores de la plantilla taronja.
El inicio de las valencianas en la LF Endesa es con un balance de 1 – 2, pero el contexto hace que no sea tan malos los resultados. Compitieron contra el Uni Girona y luego con la baja de Ouviña también se dejaron la piel en Salamanca contra Perfumerías Avenida. Ambos partidos de visitantes. Y eso contando con la Supercopa y un partido contra Casademont Zaragoza de por medio. El calendario sumando a las ausencias hicieron muy cuesta arriba este arranque.
Aunque no todo es malo, ya que en el Valencia han tenido brotes verdes con jóvenes promesas como Laia Lamana que se salió ante el conjunto maño. Además, recuperaron a Elena Buenavida que también les va a ser de muchísima ayuda.
Y es que ahora mismo dependen más que nunca de las jugadoras que vienen del Paterna, en las que también entran Awa Fam o Noa Djiu. Tienen mucho donde elegir para poner parches durante las próximas semanas.
Por otra parte está Eleanna Christinaki, con menos de 9 minutos de media. Fue un fichaje que parecía que iba a ayudar a descargar los minutos de otras jugadoras, pero su paso por Valencia está siendo testimonial. No ha tenido el mejor rendimiento, pero darle continuidad es otra opción viendo la situación que tienen.
El proyecto taronja, que busca tener asegurado el futuro con tanto talento en el equipo afilado, va a tener que recortar el plazo de espera y necesita impacto inmediato de las caras nuevas.
Desde que se vio la construcción de la plantilla se esperaba que con lesiones sufrieran bastante, pero perder a más de la mitad del quinteto titular las pone en alerta roja y a rezar para que Lamana, Buenavida, Fam y compañía den un paso al frente.
¿Algo positivo que se pueda sacar? Que solo tendrán que sobrevivir así en el inicio de la competición. Una vez se recuperen todas podrán empezar a ser el superequipo que se esperaba en verano.
Imágenes vía: Valencia Basket
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