Las actuales subcampeonas de la WNBA no se tienen que sentir mal por quedarse a las puertas del anillo. Su plantilla tuvo muchas bajas y bajo contexto su temporada no fue para nada una experiencia negativa.
En la regular, la primera plaza de la clasificación perteneció a Las Vegas Aces y luego en los playoffs hicieron lo que estuvo al alcance de sus manos para dar guerra contra unas Storm que arrasaron en Bradenton.
«Oh, ni siquiera quiero decir que algo salió mal. Parece que somos un coche y simplemente dejamos de trabajar. Creo que Seattle tenía sus piezas juntas y eran una máquina bien engrasada, estaban trabajando mucho y habían estado allí antes, así que conocían la sensación» decía recientemente A’ja Wilson en una entrevista con el medio The Ringer, dando a conocer que la misma perspectiva que se veía detrás de la pantalla se veía desde el vestuario.
En lo individual, la joven interior formada en South Carolina se consolidó como una auténtica superestrella siendo la ganadora del MVP en una carrera corta pero intensa contra Breanna Stewart. Algo que le sirvió para ejercer de líder y potenciar a sus compañeras. «Puedo decir que todas y cada una de nosotras lo dejamos todo en la cancha, y eso es por lo que estoy realmente agradecida. No creo que nada esté mal cuando lo das todo. Creo que si dudamos o si sentimos que no dimos lo suficiente, entonces diría: Está bien, ese era nuestro problema» añadía Wilson.
Para esta nueva temporada, si todo sigue lo planeado, contarán con Liz Cambage y Kelsey Plum, además de Angel McCoughtry y algunas de las jugadoras de rol que ya estaban en la plantilla.
Han perdido a Kayla McBride, pero se han sabido mover en el mercado para incorporar a una exterior que ha sido varias veces All-Star y tiene la experiencia de conquistar un campeonato con Los Angeles Sparks. Un fichaje que da un salto de calidad al backcourt de las Aces y puede dar recursos muy diferentes a los habituales en el equipo de Nevada los últimos años.
La llegada de una estrella de tanto calibre como Chelsea Gray será clave para que Bill Laimbeer consiga tener un equilibrio suficiente con su juego interior desde el perímetro.
«Fichar a Chelsea es, por supuesto, un gran negocio en sí mismo porque necesitábamos una base. Ha estado allí antes, ha estado en las Finales y las ganó. Ella ya ganó el anillo, así que es genial tenerla a la cabeza de nuestro tren. Vamos a intentar jugar bien juntas, por supuesto, formar química y partir de ahí el resto llegará» dijo A’ja sobre el nuevo refuerzo estelar de Las Vegas.
Pero todavía falta ver el rendimiento de tantas All-Stars en un mismo quinteto, teniendo además complementos de primer nivel. En la teoría tiene muy buena pinta, pero les falta llevarlo a la práctica. Una cosa que no es un gran misterio, y que las propias jugadoras del equipo saben. Esto decía la actual MVP sobre las expectativas para este año: «Honestamente no lo sabré hasta que lleguemos a la cancha y formemos química, porque realmente no importa cuáles son los grandes nombres o cómo se ve en el papel«.
Laimbeer tiene en su poder una de las mayores armas de destrucción masiva de los últimos años en la WNBA, ya que dispone de diferentes jugadoras aptas para pelear por el MVP, veteranas con mucho talento y ansias de ganar su primer anillo y una nueva estrella que sabe los pasos necesarios para llegar al éxito.
Los ingredientes son perfectos para que consigan el primer campeonato de la historia de la entidad desde que se formó en 1997 como las Utah Starzz antes de pasar por San Antonio.
Aunque viendo la competencia, quizá pensar que son las claras favoritas sea caer un poco en el hype de la super plantilla que han conseguido construir. Tendrán que sudar mucho para superar a algunas rivales. «¿Cómo funcionará el vestuario, y en esos pequeños momentos, la confianza, las cosas que tenemos que trabajar para ganar un campeonato? Porque creo que eso es como Seattle. Tienen una gran química de equipo. Juegan bien juntas, se conocen a la perfección, y creo que eso es clave. Entonces sí, se ve muy bien en papel. Oh Dios mío. Si viera nuestra lista en papel, diría: ¿Cómo sucedió esto? Pero no es algo tan sencillo como eso cuando se habla de baloncesto. Así que no sé si es campeonato o fracaso» comentaba A’ja en la entrevista antes citada.
A sus 24 años, la interior nacida en Carolina del Sur, ya sabe lo que es ganar el premio individual a mejor jugadora de la liga pero eso no frena su ambición por seguir incrementando su legado. Ya consiguió con su trabajo dentro y fuera de la cancha una estatua en su universidad, pero siendo tan joven le queda mucho por recorrer para terminar de convertirse en una leyenda de la pelota naranja.
«Por supuesto que quiero el MVP de nuevo. Soy una competidora, por supuesto que me encantaría volver a tenerlo. Creo que en la burbuja, estaba estrictamente enfocada en trabajar, trabajar, trabajar, y ahora tengo que mirar hacia atrás y reflexionar» explicaba la estrella de las Aces dejando claro que su paso por Bradenton sin casi estímulos externos a la temporada le ayudó a focalizarse a sacar lo mejor de su juego.
Todavía le falta mucho por evolucionar, y esta última temporada sin la pivot australiana teniendo para ella toda la pintura en la ofensiva le sirvió mucho para dar su mejor versión hasta el momento como profesional. Le quedan muchas páginas por escribir en su historia, pero los primeros capítulos apuntan a best seller.
«Es una gran compañera de equipo, mucha gente confiaba en ella, era dominante en la cancha, pero también está en nuestra comunidad entregada siempre que tuvo la oportunidad. Simplemente ser una buena persona en todos los aspectos, porque así es como me criaron» son las palabras de A’ja sobre como quiere que la recuerden como jugadora de baloncesto y también fuera de las pistas.
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