La mítica entrenadora de la Universidad de Stanford se ha convertido en la persona con más victorias en un banquillo de la NCAA femenina. La cifra de 1,098 de Pat Summitt había sido la marca que estaba vigente, pero el paso de los años ha hecho que llegue el cambio en la parte alta de la lista. Tarde o temprano tenía que llegar y se queda en buenas manos este reconocimiento.

Este récord pasa de una auténtica coach trascendental en la historia del baloncesto a otra que cuando se retire estará con ella en el olimpo. Desde hace mucho tiempo que Tara Vanderveer veía a la leyenda de Tennessee Lady Vols como una rival en la pista pero una referente fuera de ella.

Además de competir se tenían un gran respeto y Tara se nutría mucho de Pat. Sus palabras al superarla en victorias son la prueba de ello: «Realmente espero que Pat Summitt mire hacia abajo y diga: Buen trabajo, Tara. Sigue así«.

 

Tennessee Lady Vols: Pat Summitt's legacy is her records can be broken

 

Ya han pasado muchos años y como sigue en activo quizá pase por alto, pero Vanderveer fue incluida en el Salón de la Fama del Baloncesto Femenino en 2002. Han pasado prácticamente un par de décadas y nada ha cambiado para la entrenadora que sigue formando a jóvenes atletas temporada tras temporada, viendo pasar por delante de ella a grandes estrellas.

Algunas de las alumnas más brillantes que han pasado por Stanford desde 1985, cuando Tara empezó en el cargo, hasta el presente han sido: Nneka Ogwumike, Candice Wiggins, Chiney Ogwumike o Nicole Powell.

Este equipo a las órdenes de Vanderveer ha sabido lo que es colocar una pareja de bonitos trofeos de la NCAA en su vitrina. A lo que suman 13 apariciones en la Final Four y ganar 23 títulos de la temporada regular de la Pac-12 que han llevado a 13 títulos de torneos de conferencia.

Pero lo más importante para la entrenadora de Stanford no es el éxito en cuanto a premios, ella ha aprendido a lo largo de su carrera que el camino es otro gracias a tener a Summitt como ejemplo a seguir:

Éramos grandes amigas. Aprendí mucho entrenando contra Pat. Entrené a muchas a jugadoras de Pat a nivel internacional… Aprendí lo mucho que a sus jugadoras les encantaba jugar para ella. Como entrenadora, creo que esos son todos nuestros objetivos: Ser como Pat, ser una entrenadora a la que a tus jugadoras les encante jugar para ti”.

 

Tara VanDerveer: La filosofía de ser como Pat Summitt | El Perímetro

 

 

Ahora que se ha convertido en la coach que más partidos ha ganado, se ha visto como muchas de las que han sido sus alumnas y ahora son profesionales le han alabado con bonitas palabras. Un ejemplo claro se ha visto en Karlie Samuelson, actual jugadora del Perfumerías Avenida y con experiencia en la WNBA tras su paso por la universidad californiana.

En este caso Karlie dijo literalmente que se siente orgullosa de haber sido entrenada por Tara. Una muestra pequeña pero representativa de sus pupilas.

Fueron 15 años en el siglo pasado y va por la segunda década del actual. Para aguantar tanto tiempo en el puesto además de ser una buena profesional hay que saber trascender en el programa fusionándose con él hasta el punto actual donde no se entiende a Stanford sin Vanderveer de pie en la banda dirigiendo a sus chicas.

Tara tiene ya 67 años, y por desgracia no durará para siempre siendo una entrenadora universitaria. Muchas veces no se le reconoce como la leyenda que es y queda olvidada cuando se habla de coachs históricas, pero por seguir en activo no pierde valor todo lo que ha logrado durante su carrera y la gran influencia que ha sido para sus jugadoras.

 

Tara VanDerveer of Stanford passes Pat Summitt with 1,099 career wins - The Washington Post

 

Para entender el presente, lo mejor es conocer el pasado

Para Vanderveer no siempre fue fácil el camino hasta llegar a donde está ahora, y más partiendo de que sus inicios no fueron nada sencillos. Su familia no apoyaba su decisión de querer centrar su vida en el deporte, siendo algo contra lo que tuvo que luchar desde que era muy joven. Mientras jugaba en el aro de su vecino tuvo que aguantar a su padre diciéndole: «El baloncesto no te llevará a ninguna parte. Entra y haz tu álgebra«.

Para entender mejor esto hay que conocer el contexto, y es que habiendo nacido el 26 de junio de 1953 no es fácil apostarlo todo por una disciplina deportiva que no estaba arraigada en las mujeres. Ya en los años 90’s se veía a las estrellas estadounidenses teniendo de ídolos a jugadores de la NBA por falta de referentes femeninas. Por lo que si miramos más atrás se puede pensar que el padre de Tara la veía como una ilusa. Pero es que en esa época todavía no había equipos deportivos para niñas en la escuela secundaria.

No hay dudas de que la insistencia de aquella joven de Melrose, Massachusetts, la convirtió en una adelantada a su tiempo. Una pionera en querer centrar su vida en un deporte que cuando ella comenzó a practicarlo no estaba nada extendido en las mujeres y parecía algo que solo estaba al alcance de los hombres.

Una vez llegado el momento de comenzar con la pelota naranja la primera opción fue ir a Mount Holyoke, pero como forma parte de una familia de varios hijos no era financieramente posible para ella asistir a esa universidad privada de artes liberales para la mujer, por lo que por descarte eligió Albany.

Al terminar su formación tuvo una etapa donde le tocó regresar a casa sin dinero encerrándose en el ajedrez y dormir hasta que el destino la llevó de nuevo al baloncesto. Le dieron la oportunidad de ayudar con el equipo donde estaba su hermana menor, siendo ese el primer contacto con el coaching que tuvo en su vida.

Desde ese momento hasta la victoria 1,099 en su carrera en la NCAA todo lo que ha pasado en medio ya está escrito tanto en el viejo como en el nuevo testamento del deporte en los Estados Unidos.

 

 

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Por Manu Fresno

La magia ocurre sobre el parqué, solo soy encargado de narrarla.

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