Seimone Augustus: la Lynx que inició la dinastía

Seimone Augustus se ha convertido en la primera jugadora en ver su imagen convertida en estatua en la antigua Universidad de Louisiana State. Y es que Seimone tuvo un paso universitario al nivel de las mejores de la historia, consiguiendo el trofeo Naismith a la mejor jugadora del año en 2005 y 2006, y llevando a las Lady Tigers a tres Final Four consecutivas entre los años 2004 a 2006, que hasta ese momento era el mayor hito de la Universidad.

La propia Seimone eligió LSU por encima de otras como Tennessee porque había disfrutado viendo jugar a otras leyendas de esa universidad cuando era niña, ya que vivía a pocos kilómetros de allí. Para ella era todo un orgullo vestir la camiseta púrpura y dorada e intentar lo que nadie había hecho en la larga trayectoria deportiva. A nadie le extraña que finalmente la Universidad haya decidido inmortalizar su famoso tiro en suspensión para la eternidad.

Y es que, echando la vista atrás, su impacto fue tan inmediato y tan importante en el deporte nacional que fue portada de la famosa revista Sport Illustrated cuando todavía estaba en High School con el título: «¿Es ella la siguiente Michael Jordan?». Todo parecía encaminado para ella, una vez finalizara su etapa universitaria, a desarrollar una carrera profesional de leyenda.

Las Minnesota Lynx se hacían con el número 1 del draft y su paso a profesional se convirtió en un soplo de aire fresco para la franquicia de Minneapolis. Su llegada a la liga supuso la confirmación de la estrella que venía, ya que ese primer año promedió 21.9 puntos por partido, solo superada por una tal Diana Taurasi. Todo un éxito para una debutante. Por supuesto, fue galardonada con el premio de rookie del año ese 2006, aunque las Lynx todavía no estaban preparadas para perseguir el título.

 

 

 

La 2007 fue todavía mejor anotando 22.6 puntos por partido, solo superada esta vez por Lauren Jackson, pero la reconstrucción todavía estaba en proceso. Lo que no cabía duda era que aquella franquicia había encontrado a su estrella y el camino hacia la mejora ya parecía inevitable.

El año 2008 fue un tanto irregular para ella, sin embargo el equipo estuvo a punto de entrar en playoffs y las victorias aumentaron tras dos años sin apenas llegar a 10 durante la temporada.

El primer golpe vino en junio de 2009 cuando había comenzado magníficamente la temporada, una jugada fortuita contra Diana Taurasi, le provocó la maldita lesión de ligamento cruzado o ACL. Eso le provocó momentos de depresión, que se acentuó cuando a su padre le diagnosticaron esclerosis múltiple. Ambos se unieron para superar sus problemas, pero en 2010, cuando estaba muy cerca de volver a la pista, otra dura noticia sobrevino: unos miomas de tamaño considerable le hicieron pasar por el quirófano para extirparlos y, nuevamente, su regreso se tuvo que posponer. Por fin, pudo disputar el final de aquella temporada, 25 partidos que no tuvieron tampoco la recompensa de jugar por el campeonato. Sin embargo, algo estaba creciendo en la franquicia y la entrenadora Cheryl Reeve lo sabía.

En 2011 formaron un equipo altamente competitivo. Con la adquisición en años anteriores de Lindsay Whalen, Rebekkah Brunson y la rookie Maya Moore aquel mismo año, las Lynx parecían otras. Y esta vez Seimone estaba a pleno rendimiento.

Aquel año acabaron primeras del oeste y accedieron a los playoffs tras seis años de sequia. Había muchas ganas en la plantilla y Seimone estaba preparada para el reto. Vencieron a San Antonio y Phoenix para llegar a la primera final de la franquicia, contra Atlanta Dream, promediando 22 puntos durante la post temporada. Ella dominó las finales, bien secundada por Moore, Whalen y Brunson. Los 36 puntos convertidos en el segundo partido de las finales sellaban prácticamente la eliminatoria que acabaría con 3-0 para las Lynx. Primer título y MVP de las finales. El trabajo estaba hecho. ¿Sería flor de un día?

La coach Reeve tenía en mente algo duradero y así se lo había explicado a Seimone al comienzo de aquel año 2011. Una estructura de juego construida a partir de Augustus y continuada por la creciente promesa, Maya Moore. Dureza en defensa gracias a Brunson, creativas a partir de Whalen y Moore, y la ejecución siempre delicada de Seimone. Habían venido para quedarse y forjar una dinastía y los años venideros lo corroboraron: Finales en 2012, en donde perdieron contra todo pronóstico contra Indiana Fever de Tamika Catchings. Título en 2013 con MVP para Maya Moore. Derrota en las finales de conferencia en 2014 contra Phoenix Mercury de Britney Griner y nuevamente final en 2015 contra Indiana en la revancha del 2012. Finales en 2016 contra las Sparks de Candance Parker y derrota y nueva oportunidad en 2017 contra ellas para acabar ganando 4 anillos en siete temporadas.

El impacto de Seimone en el juego del equipo se fue diluyendo a lo largo de su dilatada carrera pero sin perder nunca su estilo característico y una habilidad defensiva que supuso uno de los puntos de inflexión en el rendimiento de las Lynx a lo largo de la dinastía.

Money Mone fue la que inició el proceso de creación de una época de esplendor en Minnesota, una de esas jugadoras que marcan un antes y un después. El tiro en suspensión y el crossover formarán parte del imaginario de todos cuando la recordemos, por la belleza plástica de ambas ejecuciones. Ese salto recto con la pelota detrás de su cabeza ha merecido una estatua, por algo será. Y ese cambio de dirección que realizaba flotando frente a cualquier defensora que quisiera enfrentarla, destilaba una clase inconmensurable.

El impacto de su llegada en Minnesota Lynx es innegable, ya que supuso un cambio de mentalidad en las metas que podían conseguirse. Fue el punto de inflexión que toda franquicia busca cuando incorpora a su plantilla a una número 1 del draft. Ella acogió bajo su dirección a jugadoras que después han sido leyendas, pero ese primer anillo, el de 2011, fue el suyo. El resto es historia.

LSU y las Lynx retiraron su número porque su impacto fue de leyenda en ambos equipos. Por eso se encuentra entre las 25 mejores jugadoras de la historia de la WNBA, por méritos propios, porque ella fue la que inició la dinastía y así debe ser recordado.

 

 

 

 

 

Fotos: ESPN y Getty Images

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