A sus 35 años, la base de las Opals afrontaba una temporada muy especial donde tendría a la mayor estrella nacional jugando a su lado. Una oportunidad perfecta para conquistar el campeonato y seguir sumando curriculum.

Leilani Mitchell en la temporada regular se desenvolvió muy bien siendo la máxima asistente de la liga con sus 6.8 pases de canasta por partido. La playmaker del equipo con el mejor registro de victorias, siendo ella una engranaje fundamental en un motor que prácticamente no ha tenido fallos. También aportó con 9.8 puntos por encuentro.

Una vez llegada la Gran Final, Liz Cambage se cargó rápido de faltas y quedó el peso de las Southside Flyers en los hombros de Leilani como la segunda referencia y Rebecca Cole como tercera espada.

Esto no fue problema para Mitchell, quien hizo 31 puntos con muy buenos porcentajes, siendo además una jugadora que tuvo impacto en todos los aspectos del juego como siempre suele hacer cuando sale a la cancha. Con lo que fue nombrada la MVP de la Gran Final.

 

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La línea estadística de la base se completa con 5 de 7 en triples, 8 de 8 en tiros libres, 4 rebotes, 5 asistencias y 1 robo, siendo con diferencia la jugadora que tuvo más impacto durante el partido contra Townsville Fire.

Leilani ya ha ganado la WNBL jugando con Syndey Uni Flames, UC Capitals y ahora conquista su tercer título con las Flyers, siendo una leyenda de la liga australiana en activo. En el 2017 ya fue la MVP de la Gran Final, por lo que no es una sensación nueva para ella.

 

 

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