La cara visible de un equipo con mucho futuro

A falta del torneo nacional de final de temporada, se están agotando los adjetivos para definir el gran impacto que está teniendo Paige Bueckers en su curso freshman.

Desde los primeros partidos que disputó dejó claro que llegaba a las UConn Huskies para hacer historia, superando récords de anotación y asistencias que tenían jugadoras como Breanna Stewart o Renee Montgomery. Además lo ha hecho siendo siempre muy productiva en el juego colectivo tanto dentro como fuera de la cancha.

«Nombra a una jugadora que haya hecho tanto por su equipo como Paige lo ha hecho por nuestro equipo» dijo Geno Auriemma tras vencer a Marquette y conquistar el torneo de la Big East como acostumbran en su programa.

Bueckers fue nombrada la mejor jugadora de la temporada regular y del torneo de conferencia, siendo la primera novata que lo ha conseguido. Un inicio por todo lo alto, pero es la cara visible de una plantilla con muchísimo talento y que dentro de unos años se verá con otra perspectiva.

Es habitual que en las Huskies salgan grandes generaciones de jugadoras, como se ha ido viendo desde finales del siglo pasado. Siempre suelen destacar algunos nombres individuales como los citados anteriormente o Diana Taurasi, Sue Bird, Maya Moore, Katie Lou Samuelson y una larga lista. Pero el respaldo de las principales estrellas ha estado ahí temporada tras temporada.

Si bien es cierto que el caso de Paige es muy especial por el nivel de fama que arrastra desde el instituto, eso no debe quitar valor a otras jugadoras de la platilla que tienen muy buena pinta para hacer carrera como profesional.

 

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Este grupo que tiene ahora mismo Auriemma en sus manos parece muy especial, liderados por una novata y con la mayoría de sus compañeras todavía en sus primeros cursos. «Nunca he estado más orgulloso de ningún equipo, para ser honesto» dijo el mítico entrenador de UConn que lleva desde el año 1985 hasta el presente y ha tenido en su vestuario a grandes leyendas.

Christyn Williams, Olivia Nelson-Ododa, Evina Westbrook o Nika Mühl son jugadoras que han demostrado grandes cosas y apuntan a poder llegar a la WNBA cuando finalicen sus carreras universitarias. El quinteto titular de las Huskies tiene mucho potencial y eso ha ayudado a Bueckers a impulsarse tanto en estos últimos meses.

Y esto da bastante mérito al estilo de juego de la gran promesa, ya que su brillo individual no ha opacado a ninguna de las que comparten equipo con ella. Ha sabido gestionar muy bien prácticamente todas las acciones sobre la pista para siempre sumar y nunca restar a los planteamientos de Geno partido tras partido.

Han tenido una ofensiva letal, pero la forma de defender que han tenido durante la regular y el torneo de la Big East ha sido sublime dejando a la mayoría de las rivales por debajo de su media de puntos. Incluso en la final contra Marquette ganaron por 73 – 39 con Christyn siendo quizá la principal arma frenando a las jugadoras del otro equipo.

«Me he estado tomando esos enfrentamientos como algo personal» dijo Williams recalcando que sus esfuerzos defensivos han sido gracias a estar muy enfocada en cumplir en ese apartado del juego. Y esto sumado a Olivia protegiendo la pintura y Paige cortando líneas de pase les hizo ser un muro prácticamente infranqueable.

Westbrook, que será la primera en salir de las Huskies, apunta a ser una primera elección del próximo WNBA Draft y estar compartiendo backcourt con Bueckers le ha ayudado bastante a sacar una buena versión. Ya se vio el año pasado como Crystal Dangerfield salió de UConn como una de las tapadas de la generación y terminó siendo la mejor rookie de en la burbuja de Bradenton dando una muy buena impresión con las Minnesota Lynx. Un camino similar al que podría seguir Evina este verano.

 

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Por otro lado Williams y Nelson-Ododa son de la clase de 2022, pero ambas están pronosticadas también como elecciones de la primera ronda siendo Christyn una de las más destacadas para ese año junto a Rhyne Howard de Kentucky Wildcats o Naz Hillmon de Michigan.

Dentro de unos años cuando veamos al pasado y miremos a este grupo de las Huskies seguramente lo veremos de una forma muy distinta. Ya han conquistado trofeos, pero les queda todavía mucho por ganar en las próximas temporadas y lo importante vendrá después cuando den el salto a ser profesionales. Si se cumplen las expectativas con todas o la mayoría de ellas, de este vestuario de Connecticut pueden salir jugadoras que serán muy importantes en la WNBA.

Todavía tienen que seguir evolucionando y demostrando cosas sobre la cancha, pero el futuro de estas jóvenes apunta a ser brillante y aunque a veces sea difícil no debemos quedarnos solo con Bueckers sino disfrutar de un auténtico equipazo universitario.

 

 

 

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Imágenes vía: UConn Huskies

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