En estas semanas, ha habido algunas complicaciones con el virus desde antes de comenzar la temporada. Desde las jugadoras que no han podido ir a la burbuja hasta las que han tardado más que el resto para poder incorporarse.
Los casos más conocidos son Elena Delle Donne y Liz Cambage a la hora de no ir, y de las que han llegado tarde o aún no han llegado están Courtney Williams, Erica Wheeler o Briann January.
Varias jugadoras hicieron público que pasaron por el virus como Sophie Cunningham, Glory Johnson o Sydney Colson, habiendo otras que no lo han comunicado oficialmente pero se puede presuponer.
Dentro de la burbuja ha habido algunos sustos con las pruebas, siendo Te’a Cooper la última en sufrirlo. La rookie de Los Angeles Sparks dio positivo en un test pero en una segunda prueba resultó negativo. Aún así la jugadora tuvo que estar aislada para no correr riesgos el resto de su equipo y las rivales.
Finalmente, la WNBA ha sacado un comunicado en el que confirman que las 139 pruebas realizadas a jugadoras han sido todas negativas y no se encuentran con ningún tipo de riesgo por ahora dado que el resto de personas de la burbuja siguen los mismos protocolos. Es normal que realizando tantos test algunos salgan defectuosos y por eso han ido saltando pequeñas alarmas por el camino.
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