Kelly Graves sobre Sabrina Ionescu: «Nunca he visto un espíritu competitivo como el suyo»

Kelly Graves, actual entrenador de Oregon, se ha convertido en una de las figuras más relevantes de la NCAA en las últimas dos décadas. Tras su etapa en St. Mary’s, donde dio sus primeros pasos como entrenador principal (1997-2000), recaló en unas Gonzaga Bulldogs en las que se hizo un nombre en la liga, llegando a ser nombrado ‘mejor entrenador del año’ de la conferencia hasta en ocho ocasiones. En Spokane, Graves consiguió revertir la imagen del programa, que pasó de ser un habitual entre los últimos puestos de la conferencia a dominarla. También allí entrenó a Courtney Vandersloot, que, antes de convertirse en una leyenda de la WNBA, ya rompió récords bajo las órdenes de Graves, convirtiéndose en la primera jugadora en alcanzar 2.000 puntos y 1.000 asistencias, entre otros hitos.

La segunda jugadora en conseguir esto seguramente le resulte familiar a cualquier aficionado al baloncesto, y también lo hizo con Graves como entrenador. No es otra que Sabrina Ionescu, la última número 1 del Draft de la WNBA. En 2014, Graves abandonó la West Coast Conference para poner rumbo a Oregon, donde la mejora también ha sido progresiva y sustancial. Fue en su tercer año en Eugene cuando las Ducks irrumpieron con fuerza en el March Madness tras varios años sin clasificarse (desde 2005). Ya por entonces parecía evidente que el núcleo que conformaban esas Ducks tendría un gran futuro, y hoy podemos afirmar que así ha sido.

 

Imagen vía Twitter/OregonWBB.

 

Efectivamente, en las últimas cuatro temporadas las Ducks de Graves ha alcanzado el Elite 8 en dos ocasiones y la Final Four en una, además de dominar la PAC-12. Con la decisión de las estrellas del equipo (Ionescu, Sabally, y Ruthy) de permanecer en la universidad, las Ducks se posicionaron como una de las favoritas al título nacional para la temporada 2019-20. El desenlace, sin embargo, nunca lo sabremos debido a la cancelación de todas las competiciones a causa de la COVID-19.

Ahora, con unas Ducks renovadas, Graves buscará seguir protegiendo su legado. Con la graduación de su big three comienza una nueva era, pero las exigencias y las expectativas seguirán siendo altas. Sobre todo esto le hemos preguntado al entrenador en la entrevista que ha concedido por vía telemática a El Perímetro y que te ofrecemos a continuación:

 

¿Qué sensaciones te quedan de un equipo tan especial como el que tenías el año pasado?

Es un grupo que nunca va a ser olvidado en la Universidad de Oregon. Puede que en algún punto ganemos el campeonato nacional, puede que tengamos mejores equipos… pero no creo que vuelva a haber otro grupo como este por la forma en la que captaron la atención y la fascinación no solo de los aficionados de Oregon, sino de aficionados de todo el país con su estilo de juego, la pasión con la que jugaban y, obviamente, su talento.

Tener a jugadoras como Sabrina, Ruthy, Satou, y Minyon como seniors, liderando el grupo, es algo especial. Así que, partidos con todas las entradas agotadas, muchísima atención mediática, tres campeonatos de la PAC-12… Todo eso va a ser difícil de repetir para cualquiera. Es genial entrenar a un grupo tan especial como ese.

 

¿Cómo ves a las chicas (Sabrina, Satou y Ruthy) en la WNBA esta temporada? ¿Qué rol tendrán en sus nuevos equipos?

Por lo que sabemos ahora mismo, lamentablemente, es más que probable que Sabrina se pierda lo que resta de temporada. Quedó claro en sus primeros partidos que iba a estar entre las mejores jugadoras de la liga. Tiene un techo altísimo y creo que será una de las caras de la WNBA en la próxima década y una futura olímpica. Espero que se mejore pronto.

Creo que Satou ha demostrado que va a ser una futura superestrella, una gran líder, y un talento increíble; la llamamos ‘unicornio’ y definitivamente tiene esa habilidad. Ya ha tenido un partido de 23 puntos y 17 rebotes en su temprana carrera profesional, así que de ella espero que siga mejorando más y más.

En cuanto a Ruthy, creo que está haciendo un gran trabajo. Está cumpliendo su rol, juega en uno de los mejores equipos de la liga y creo que continuará mejorando según vaya ganando fuerza y experiencia. Está jugando detrás de jugadoras muy buenas, y está jugando con una jugadora cercana y querida para mí, Courtney Vandersloot, a la que entrené durante cuatro años y que es la mejor base del mundo. Así que Ruthy ahora es la típica rookie, desempeñando un buen papel en un gran equipo.

 

Tú que la has visto de cerca y la conoces mejor que pocos en lo deportivo, ¿qué hace especial a Sabrina para tener tanta popularidad y tanto éxito mediático?

Creo que es popular porque la gente aprecia la forma en la que juega. Lo da todo en la cancha, obviamente tiene muchísimo talento pero además juega con mucha pasión y alegría. Nunca he visto un espíritu competitivo como el suyo y creo que ganará varios campeonatos en su carrera.

Tiene la capacidad de conectar con cualquier persona a cualquier nivel, desde los niños y las niñas que vienen a los partidos hasta los patrocinadores, aficionados regulares al baloncesto… Ha desafiado los límites y se ha convertido en una figura muy conocida en los círculos de baloncesto masculino, recibiendo reconocimiento habitualmente de algunos de los mejores. Su amistad con Kobe Bryant está bien documentada, él vio en ella la ‘Mamba mentality’ que él tenía y reconoció su grandeza.

 

Imagen de John Locher (Associated Press).

 

¿Qué opinas de las normas de traspaso de la NCAA? ¿Preferirías que las jugadoras pudieran jugar sin tener que esperar un año?

Siempre he sido defensor de no poner límites a los traspasos. Creo que los chavales y las chavalas deberían poder cambiar de universidad en cualquier momento sin tener que estar un año sin jugar; siempre he defendido esa opción. Hemos tenido suerte de que Taylor Mikesell recibiera la autorización para jugar esta próxima temporada con nosotros. Creo que así es como debe ser, a veces puedes tomar una decisión equivocada o las cosas no van como esperabas. Sea cual sea la razón, creo que debería estar permitido. Lo hacen en todos los deportes de la NCAA excepto en baloncesto y fútbol americano, y creo que eso no está bien y que en algún momento, más pronto que tarde, cambiará.

 

¿Y en cuanto a pagar a las jugadoras? ¿Piensas que ese es un camino para mejorar la liga universitaria?

Totalmente a favor también. Entiendo que las becas tienen un gran valor, es mucho dinero. Pero, al mismo tiempo, pienso que un estudiante-atleta debería poder trabajar los fines de semana o en su tiempo libre, cobrar por derechos de imagen y publicidad… Creo que es algo positivo, no tengo ningún problema con ello y honestamente nunca lo he tenido.

 

 

 

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