Hace unos años la idea de ver a una jugadora española partir hacia Estados Unidos tras su etapa junior rozaba lo inverosímil. Estaba reservada para unas pocas y no solíamos hablar de este tipo de migraciones baloncestísticas, pero ahora todo esto ha cambiado y nos encontramos ante una temporada en la que la representación española en la NCAA ha alcanzado un nuevo récord histórico. La historia del baloncesto femenino español partiendo hacia la NCAA comenzó hace ya muchos años y muchas son las jugadoras españolas que han pasado por la liga universitaria estadounidense. Entre ellas podemos encontrar nombres como el de la ex jugadora Anna Montañana o de actuales jugadoras como Maite Cazorla, Leticia Romero, María Conde y un largo etcétera de jugadoras que tras su etapa universitaria han vuelto a Europa y han jugado o juegan al máximo nivel.
Pero, ¿Cuándo empezó esta «fuga» de talento nacional a Estados Unidos? ¿Quién fue la que abrió la veda y le mostró el camino a muchas otras que la siguieron con el paso de los años?
El inicio de la aventura española universitaria
Tenemos que remontarnos a la temporada 1985/1986 para encontrar a la primera española que se aventuró a cruzar el charco. Y es que en el verano de 1985, la manresana Nina Pont, decidió iniciar su aventura universitaria, y con ello poner a España en el mapa NCAA, marchándose a la universidad de Old Dominion. Nina jugó dos temporadas allí, y tras esos años volvió a España para jugar al más alto nivel. Ella había hecho historia, lo que no sabía es que décadas después, su aventura inverosímil acabaría siendo el anhelo de muchas baloncestistas.

Hace ya 37 años de esta gesta y pese a que los primeros años costaba mucho ver a otras jugadoras seguir los pasos de Nina, poco a poco la jugadora española fue introduciéndose en el baloncesto universitario. Hace tan solo 10 años, en la temporada 2012/2013, sólo contábamos con 7 jugadoras en la división 1 de la NCAA, pero esto tardaría muy poco en cambiar, ya que en el verano de 2015, 18 jugadoras decidieron dar el salto a Estados Unidos y un total de 34 jugadoras establecieron un nuevo récord histórico español en la NCAA.
La evolución de la aventura universitaria
Esto me trae a la cabeza un extracto del poema de Marianne Williamson que habrás podido oír en la película «Coach Carter»: «Y al dejar brillar nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo». Y es que, tras ese gran crecimiento en 2015, llegó otro aún más grande en la temporada 2017/2018 ya que un total de 60 jugadoras españolas comenzaron dicha temporada NCAA. Fue esa temporada, en la que el número de jugadoras españolas en la liga universitaria comenzó a estabilizarse ya que hasta la temporada pasada el número siempre oscilaba entre 60 y 70 representantes españolas.
Pero el auge del baloncesto federativo femenino español en los últimos años y el espacio que se le ha dado a esta experiencia, ha provocado que la representación española en la NCAA alcance un nuevo récord histórico. Y no sólo eso, si no a que también las jugadoras continúen allanando este camino para que en los próximos años continuemos hablando de un nuevo récord español en la NCAA femenina. Esta temporada, la podremos recordar siempre, como la primera temporada en la que se superó la centena de jugadoras españolas en la NCAA D1, y es que serán 113, las que lucharán por dejar su nombre en lo más alto del baloncesto universitario estadounidense.
Más pronto que tarde hablaremos de algunas de ellas como jugadoras en la Liga Femenina, Liga Challenge, Liga Femenina 2 o jugadoras de primer nivel en otros países o incluso internacionales. Pero por el momento, nos toca disfrutar de ellas viviendo este sueño americano y viendo cómo dejan huella más allá del charco.
Imagen vía: Getty Images
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