En la historia del baloncesto siempre ha habido duplas que han ilusionado al público, como Sue Bird y Lauren Jackson, Michael Jordan y Scottie Pippen, Sue Bird y Diana Taurasi, Shaquille O’Neal y Kobe Bryant, Sue Bird y Breanna Stewart… (sí, echo de menos a Sue). Y ahora, en España, no tenemos una dupla, sino un trío. La «Triple C» viene ilusionando a los seguidores de la SelFEM desde el verano pasado, y no es para menos.
Por separado, Maite Cazorla, María Conde y Raquel Carrera, tienen una buena legión de fans pero, cuando se enfundan la camiseta de España y juegan juntas, el fenómeno se multiplica, algo que ya analizamos en este artículo.
Hoy vamos a hablar de su impacto en la pista usando la estadística avanzada de Clutch Data, tomando como referencia el partido que disputaron el miércoles contra Islandia.
La «Triple C» coincidió en pista durante 9 minutos y 12 segundos. En ese tiempo, el equipo cogió un 75% de los rebotes, mientras que sin ellas solo el 58.9%. La defensa con ellas también fue mejor, ya que con ellas en pista el porcentaje de pérdidas del rival fue del 61.2%, y sin ellas bajó hasta el 42.4%. El rating defensivo, dato con el que calculamos los puntos encajados en 100 posesiones, fue de 33.1 cuando la Triple C coincidió en pista, y de 75.8 cuando ellas no estaban. Este último dato, cuanto más bajo mejor, porque significa que te anotan menos puntos por posesión. Además, de todos los puntos anotados cuando ellas estaban en pista, el 24.1% fue anotado o asistido por este trío. El impacto es tremendo.
Es evidente que el futuro cercano del baloncesto español pasa por las manos de estas jugadoras por su tremendo talento y, viendo estos datos, también entendemos por qué se han vuelto indispensables para el seleccionador Miguel Méndez.
Imagen vía: FEB
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