Ruthy es natural de la ciudad de Chicago. Nació allí, pero no fue el lugar donde se crió ya que desde que era pequeña fue adoptada y puso rumbo a uno de los lugares más lejanos y fríos del país. A los cuatro días de nacer, se unió a la familia Hebard y puso rumbo a Alaska a estar durante su infancia y adolescencia.
John y Dorothy, padres de raza blanca, no solo la adoptaron a ella sino que formaron un núcleo familiar. «Mi madre y mi padre también adoptaron a otros dos niños afroamericanos: mi hermano Jacob, que es tres años mayor que yo, y mi otro hermano Isaías, que es tres años menor, todos nosotros de diferentes familias. El amor y el apoyo que nuestros padres nos han demostrado a lo largo de los años es algo que ha sido una bendición«, compartió la jugadora en The Players Tribune.
De ese modo comenzó con su vida en un lugar con una temperatura muy baja y teniendo que convivir con los tópicos que se tienen sobre un lugar tan alejado de los grandes núcleos de población en Estados Unidos. «Definitivamente hay trineos tirados por perros… Pero no es una cosa normal. Tenemos autos, tenemos todas las cosas normales. No hay iglús alrededor. Hay alces que caminan por el vecindario, pero sí, todavía estamos al día con la tecnología y cosas así. Una chica dijo: ¿Tienes iPhones? Otra persona me preguntó si teníamos naranjas y ese tipo de fruta y yo dije: Sí, lo tenemos«, comentó Hebard en el medio Chicago Sun Time.
Aunque también es una persona avispada que supo utilizar el humor o desconocimiento del resto sobre Alaska a su favor. «Siempre es divertido burlarse de las personas a veces. Yo decía cosas como ‘mis amigos y yo salíamos a cazar, traíamos la cena a casa y la cocinaríamos a la hoguera, y cosas así«, dijo Ruthy.
Ese clima frío de Fairbanks fue algo que se quedó implícito en la mentalidad de Ruthy dentro de la cancha de baloncesto. Cada vez que toma decisiones sobre la pista, una ventisca cubre sus pensamientos y hace que cometa muy pocos errores eligiendo la mejor opción en cada momento.
Este factor se ve reflejado en la gran elección de las jugadas en las que finalizar ella a canasta. En todas sus temporadas en Oregon Ducks marcó un gran nivel a la hora de ser productiva de cara al aro, pero el curso senior consiguió rozar la perfección en este ámbito.
La temporada 2019-20 Hebard hizo un 68.5% en tiros de campo, haciendo el mejor porcentaje de toda la liga universitaria. Con esto superó la marca de 2.000 puntos acumulados en su carrera de college, siendo junto a Sabrina Ionescu las únicas que estaban en esa cota la temporada pasada en activo.
En toda su etapa de Oregon los números de la interior hija adoptiva de Alaska fueron 16.4 puntos con un 65.1% en tiros de campo, haciendo la mejor marca en porcentaje de tiros de la PAC-12 en todas sus temporadas. Incluso hizo un récord de 33 canastas metidas de forma consecutiva. «Fue muy divertido seguir esa racha y hacer que la gente me animara. Recuerdo que cuando fallé el tiro, toda la multitud se puso de pie y vitoreó. Esa fue la única vez que me aplaudieron por fallar un tiro. Pero fue realmente divertido, realmente memorable, y estoy feliz de romper un récord en la universidad«, dijo la jugadora para NBC Chicago.
Al terminar su formación como jugadora, llegó como la octava elección general del Draft 2020 a la WNBA. Con esto no solo cumplió el sueño de ser profesional en la mejor liga del mundo, sino que mató dos pájaros de un tiro regresando a la ciudad que la vio venir al mundo. Las Chicago Sky la eligieron para que Ruthy cerrara un ciclo de su vida volviendo de nuevo a Illinois.
«Cuando vi que era Chicago, estaba súper emocionada. Estaba pensando, oh, si Chicago me eligiera, sería genial. No solo jugar para un gran equipo, sino también poder ver y aprender un poco más sobre Chicago, donde nací«, dijo la novata de las Sky cuando fue elegida de manera online al no poderse celebrar el evento de manera presencial por culpa de la pandemia.
El nivel de afinidad entre rookie y franquicia parece uno de los mayores de esta generación, teniendo además la mejor historia personal gracias a la reconciliación con su pasado y niñez justo en el momento donde más madurez tiene que demostrar.
Ahora Ruthy tiene que trasladar esa frialdad en su mente a la hora de jugar siendo parte de las Sky para conseguir aportar a que el proyecto siga creciendo. Cada temporada que ha pasado desde la llegada de James Wade como gerente general y entrenador el equipo ha ido en línea ascendente, y esta off-season la novata de las Ducks ha sido el principal refuerzo para ellas habiendo tenido la salida de Astou Ndour rumbo a las Dallas Wings.
«Creo que es una locura. Todo el mundo dice que la vida se cierra, así que sé que definitivamente estoy emocionada de ir a Chicago, explorar, mirar alrededor y ver todas esas cosas divertidas, como lo que podría haber visto (de niña)», dijo Hebard para NBC Chicago, añadiendo sobre unas palabras sobre el equipo: «Tengo muchas ganas de jugar con ellas y poder aportar. Sé que probablemente no será el impacto que tuve en mi último año en Oregon, pero espero seguir trabajando hasta dar ese rendimiento«.
Cuando fue drafteada por las Sky, en Fairbanks se celebró en las calles. Un gesto que unió de alguna manera Alaska y Chicago, los lugares que han marcado la vida de Ruthy junto a Oregon. «Nunca olvidaré simplemente conducir a través de la nieve con mi familia a mi lado y en el camino simplemente saludando y tocando la bocina. La gente tocaba la canción de Oregon Fight, había grandes señales y todas estas cosas divertidas. Así que solo recordaba a Fairbanks y sabía que siempre tendría a Fairbanks y toda Alaska detrás de mí«, dijo Hebard sobre ese día.
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