Dulce debut de Alba Torrens con el Valencia Basket

Cuando en mayo se hizo oficial el fichaje de Alba Torrens (Mallorca, 1989), el aficionado de Valencia Basket se frotaba las manos. Llegaba a la capital del Turia una de las jugadoras más laureadas del viejo continente. En su palmarés aparecen 6 Euroligas femeninas con 3 clubes distintos, 2 MVP de Euroliga, 1 MVP de Eurobasket con España, ligas, copas, supercopas, medallas con la selección… una auténtica leyenda del baloncesto, cuyo nivel competitivo todavía seguía en un nivel muy alto, como demostrara con la selección nacional.

Las expectativas eran enormes en Valencia porque significaba un salto cualitativo a la élite del baloncesto nacional e internacional (Valencia debutaba en Euroliga por primera vez en su historia), aunque la lesión de rodilla que arrastraba le iba a hacer perderse el inicio de campaña.

La noticia saltó a principios de esta semana: Alba recibía el alta médica y estaría disponible para las de Rubén Burgos. Comenzaban las especulaciones sobre su retorno a las canchas. ¿Sería en el partido de Euroliga?

Este miércoles, con la llegada del siempre peligroso KSC Szekszard húngaro, parecía el momento perfecto para reaparecer algunos minutos. La Fonteta respondió y de qué manera, llenando las gradas y emocionando a más de uno cuando se escuchó en nombre de Alba Torrens por la megafonía. Había ganas de ver a una superclase como ella.

En el segundo cuarto y con un Valencia bastante atascado en ataque, Rubén Burgos decidió que Alba debutara. Y vaya debut.

 

 

 

La mallorquina se echó el equipo a la espalda, quizás algo nerviosa al principio e inició el comienzo de la remontada de Valencia en el partido. Intensidad, rapidez y dos triples que hicieron saltar de sus asientos a los aficionados que tuvieron el privilegio de contemplar a semejante mito del baloncesto. Solo 10 minutos bastaron para conocer las cualidades que puede aportar Alba al equipo y la actitud con la que se deben afrontar los duros partidos de Euroliga, esa que conoce tan bien.

El partido se quedó en la Fonteta y Alba no volvió a salir a pista tras sentarla al final del tercer cuarto, pero en el imaginario colectivo quedarán esos minutos grabados a fuego, los del debut, que plasmaron a la perfección lo que va a dar ella, lo que puede cambiar un partido la presencia de las más grandes, lo que arrastra a las demás a querer mejorar y vencer a cualquier rival que se ponga en su camino. Quizás Valencia Basket haya dado el paso definitivo, eso está por ver, pero lo que no se le puede negar es la habilidad para emocionar a un pabellón con la mera presencia de una de las más grandes de este deporte. Eso, al menos, nos lo llevaremos todos los aficionados.

 

 

 

 

 

Imagen vía: FIBA

 

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