Para poner en contexto la situación, el hype que tiene detrás la rookie de New York Liberty no es habitual en una jugadora tan joven. Aunque realmente ha sido un público nuevo que se ha sumado al baloncesto femenino a raíz de conocerla a ella.
Los más conocedores de la NCAAW es probable que tuvieran expectativas más altas en Breanna Stewart o A’ja Wilson, sin irnos demasiado atrás en los años con nombres históricos. La diferencia es que Sabrina Ionescu ha tenido un escenario que la ha hecho ser posiblemente la jugadora favorita de muchos seguidores de la NBA. Algo que no era demasiado habitual en universitarias, pero ya está cambiando. Ahora mismo se puede ver como Paige Bueckers tiene el apoyo de Karl Anthony-Towns desde antes de firmar por UConn Huskies.
La relación de amistad que mantenía la joven de Oregon Ducks con Kobe Bryant ha sido un escaparate que ha hecho a muchas personas poner sus ojos en el deporte femenino. Ha tenido que surgir a raíz de una desgracia como la pérdida de ‘La Mamba’ y su hija, pero el apoyo que ha llegado a la WNBA ha sido enorme, y en gran parte a sido Sabrina quien ha canalizado toda esa atención en su figura. Se podría decir que el legado se ha trasladado hacía ella de alguna manera.
Por otra parte, se ha convertido en la protegida de Stephen Curry y eso ha hecho que sigan todas las cámaras pendientes de ella. El escenario que ha tenido Ionescu ha sido muy especial y es por ello que tiene un gran números de fans que prácticamente no la han visto jugar durante una temporada completa. Incluso habrá un porcentaje de sus seguidores que puede que ni la hayan visto jugar más lejos de vídeos en redes sociales.
Gran parte del nuevo público que llega a la WNBA lo hace con una venda en los ojos y teniendo una jugadora favorita a la que no han visto demasiado sobre la cancha. Y cabe aclarar que en ningún momento estoy diciendo que ‘Sab’ no sea buena. Su talento es inmenso y cualquiera que la haya visto en profundidad debería saberlo. Solo hago hincapié en que muchos de sus seguidores no tienen nociones del nivel de las estrellas de la liga, la situación de New York y otros factores que pueden hacer que no sean conscientes del escenario que tendrá Sabrina.
Es por ello, que las expectativas que se tienen sobre Ionescu son en parte un espejismo. Es muy probable que cuando pase una temporada en donde se conozca el contexto real que tendrá cambie todo.
Aunque esas personas que tienen tanto hype con Sabrina, habiéndola visto jugar, no lo hacen sin motivos. El apoyo de las leyendas de la NBA ha sido vital, pero sin que ella mostrara un rendimiento tan exquisito como universitaria no lo hubiera tenido. Su paso por Oregon fue brillante, y se ha ganado ser una de las mejores prospects de los últimos años. Pero hasta que demuestre jugando habitualmente contra profesionales su capacidad, no se puede juzgar del todo su talento real.
Hasta el momento ha marcado una época en college, pero sin ganar el campeonato ya que Baylor Lady Bears fueron superiores en 2019. Y su equipo no era especialmente malo. Se podría decir que Ionescu era la cara visible de una gran plantilla. Incluso hay personas del entorno de la liga que piensan que Satou Sabally o Chennedy Carter pueden tener un mayor impacto desde el primer momento.
En la NCAA ha dominado desde la habilidad y la competitividad, pero ahora entrará en un nuevo panorama donde va a tener muchas rivales de un mayor prestigio. Su última temporada con las Ducks fue después de haber sido pronostica la primera elección de 2019, por lo que tuvo un curso extra estando ya preparada para ir a la WNBA. Algo que también hay que tener en cuenta a la hora de pensar en su transición a ser profesional.
Además de que no sería la primera elección que no es la más destacada de su generación. En el Draft 2019 tenemos a Arike Ogunbowale y Napheesa Collier que han tenido mejor impacto que Jackie Young. Por lo que ver a Sabally o Carter poder brillar más que ella no es un escenario utópico.
Aunque por norma general siempre las que salen elegidas las primeras hacen una buena carrera. Al tener que jugar hasta ser juniors o seniors, en la WNBA es mucho más difícil equivocarse eligiendo prospect. Por lo que no tiene pinta que Ionescu vaya a ser una excepción y defraude.
Por suerte para ella, tiene una lectura del baloncesto muy buena y si es inteligente buscará como intentar crear un juego dinámico en las Liberty donde se involucren todas. Va a tener las llaves del equipo, pero no debe de pensar en ella individualmente sino construir una cultura ganadora. Otra media decena de novatas llega con ella, por lo que no tiene un escenario para competir. Aunque si consigue un rendimiento escandaloso y consiguiendo que el resto estén cómodas en los sistemas, mejor que mejor.
Para terminar, vamos a formular y responder algunas preguntas: ¿Tiene posibilidades de ser la mejor novata de su generación? Claro, es ilógico pensar lo contrario. ¿Puede ser All-Star en su primera temporada? Tampoco es una locura, no sería la primera ni seguramente la última en conseguirlo. Como mismo su equipo no está formado para luchar por el anillo, si lo está para que ella pueda hacer unos grandes números. El punto de ser MVP como rookie al igual que fue Candace Parker ya si que puede salirse un poco de la órbita de Sabrina, pero hasta que se juegue la temporada tampoco se puede descartar.
Aunque independientemente de las distinciones que pueda sumar al palmarés, lo más importancia es dar buenas sensaciones sobre la cancha para seguir manteniendo los focos sobre ella. Ha conseguido tener un apoyo mediático muy grande y tiene que exprimirlo. Tiene más seguidores en Twitter que Breanna Stewart y casi la mitad de seguidores que Maya Moore sin haber debutado aún en la liga.
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